El 4 de octubre, algunos camaradas míos, así como algunos amigos del Partido Laboral Progresista (PLP), fuimos a Jersey City para una manifestación y marcha contra el genocidio en Gaza. Nos esforzamos por recordar la importancia de difundir la política comunista entre los trabajadores que se oponen a los ataques internacionales contra la clase trabajadora. Distribuimos cerca de 100 DESAFÍOS, practicamos la introducción de cánticos comunistas que intensificaron la política de la protesta y acercaron a nuestra base al Partido.
Que el PLP y todos sus miembros necesitan salir a las calles para llevar nuestra línea a los trabajadores es ESPECIALMENTE cierto cuando los trabajadores están siendo engañados por líderes que trafican con reformismo y nacionalismo. Si el reformismo y el nacionalismo son lo único a lo que los trabajadores están expuestos, no nos sorprende que sea en eso en lo que los trabajadores terminen creyendo. Debemos estar presentes para explicar por qué la respuesta no es “votar por Mikie Sherrill” o “Palestina Libre”, sino que los trabajadores luchen por el comunismo.
Y, sin embargo, muchos de nosotros nos volvemos tan tímidos cuando llega el momento de hacerlo. Dudamos en lanzar DESAFÍOS, y si lo hacemos tratamos de evitar ‘ofender a nadie’. Podemos oír el anticomunismo en nuestras propias cabezas. “¿Cómo puedes decir que los palestinos no necesitan su propio estado?” “Ahora no es el momento de hablar de revolución”. Aunque SABEMOS que tales ideas llevan a la clase trabajadora de vuelta al capitalismo, de vuelta a más guerras, más divisiones racistas y nacionalistas, y más impotencia. Los trabajadores en Palestina no necesitan su propio estado capitalista ni un ‘alto el fuego’ que no dure, negociado por los mismos jefes que comenzaron la guerra. Necesitan el comunismo. Los trabajadores indocumentados no necesitan un político que ofrezca retórica anti-ICE. Necesitan el comunismo. Toda la clase trabajadora no tiene sentido para el nacionalismo ni el reformismo. Necesitan el comunismo. Necesitan al PLP y su línea.
Por eso luchamos juntos para distribuir los DESAFÍOS, incluso mientras los organizadores del evento pronunciaban discursos sobre la masacre en Palestina. Por eso, cuando los organizadores gritaban consignas para liberar a Palestina, usamos nuestro megáfono para añadir cánticos de “¡Árabes, judíos, negros y blancos, trabajadores del mundo, uníos!”. Cuando se les pidió a los trabajadores que escanearan códigos QR con enlaces a los sitios web de campaña de los demócratas, les hablamos sobre la intensificación de la rivalidad imperialista y el fascismo, y la necesidad de una revolución comunista.
Sentimientos de timidez como este están vinculados a nuestras propias ideas anticomunistas, y todos las tenemos. Debemos trabajar junto con nuestros camaradas para combatir esas ideas antiobreras, tanto en nosotros mismos como en los demás. Así es como triunfaremos en una revolución comunista que verdaderamente pondrá fin a estas guerras y beneficiará a los trabajadores de todo el mundo.