En una vibrante celebración colectiva de la historia revolucionaria, jóvenes camaradas del Partido Laboral Progresista (PLP) encabezaron un evento inspirador que conmemoraba la Revolución de Octubre de 1917: el momento histórico en que la clase trabajadora, liderada por los bolcheviques, tomó el poder y comenzó a construir el primer estado obrero del mundo.
Un grupo multirracial de aproximadamente 25 participantes —estudiantes de secundaria, universitarios y trabajadores— se reunió para conmemorar la revolución que demostró que los trabajadores pueden dirigir la sociedad sin patrones. Lo que hizo este evento aún más especial fue que fue diseñado y dirigido íntegramente por jóvenes camaradas. Su liderazgo, creatividad y compromiso con la construcción de un futuro comunista brillaron a lo largo de toda la jornada.
El programa se organizó en cuatro secciones dinámicas, cada una de las cuales propició un debate profundo y un aprendizaje colectivo.
Comprensión de los sistemas: capitalismo, socialismo y comunismo
Una estudiante de secundaria dio inicio al evento con una charla interactiva sobre capitalismo, socialismo y comunismo. Utilizando imágenes vívidas para representar cada sistema, animó a todos a compartir sus observaciones. Juntos, los participantes elaboraron definiciones compartidas, reconociendo el capitalismo como un sistema basado en la explotación y el lucro, el socialismo como un periodo de transición aún marcado por la desigualdad y vestigios de la dominación de clase, y el comunismo como el verdadero objetivo: una sociedad sin clases ni dinero, basada en la colectividad y la satisfacción de las necesidades humanas.
Esta sección marcó la pauta del evento. Hizo que todos comprendieran que las ideas y la claridad política son armas en la lucha por la liberación.
La política es primordial: Lecciones de la lucha prerrevolucionaria
A continuación, dos estudiantes universitarios presentaron el panorama político previo a la Revolución de 1917. Explicaron cómo diversos partidos y movimientos moldearon el rumbo de la lucha obrera rusa y cómo sólo el compromiso de los bolcheviques con la política revolucionaria y el liderazgo obrero hizo posible la victoria. Esta sección puso de relieve una verdad fundamental para la actualidad: sin una política revolucionaria, incluso las luchas más valientes pueden ser instrumentalizadas o aplastadas.
Construyendo una nueva sociedad: Los logros de la URSS socialista
En la tercera sección, dos estudiantes universitarios más presentaron los extraordinarios logros de la URSS socialista en sus inicios. El público aprendió cómo la clase trabajadora, mediante la planificación colectiva y la participación masiva, erradicó el desempleo, mejoró drásticamente la alfabetización y la educación, e hizo grandes avances hacia la erradicación del racismo y el sexismo. Las mujeres se incorporaron masivamente al mundo laboral y a la vida política. El debate nos recordó que cuando la clase trabajadora ostenta el poder, el verdadero progreso es posible.
Aprender de los reveses: Por qué el socialismo volvió al capitalismo
Finalmente, un estudiante universitario y un profesor de secundaria guiaron una visita a la galería para explorar cómo y por qué el socialismo en la URSS finalmente dio paso al capitalismo. Los participantes analizaron cómo las persistentes desigualdades, la persistencia de los salarios y el dinero, y el surgimiento de nuevas élites burocráticas socavaron la revolución. Esta reflexión crítica permitió comprender la lección fundamental del PLP: no podemos luchar por el socialismo; debemos luchar directamente por el comunismo.
Un movimiento por el futuro
Tras cada sección, la sala se llenó de animados debates. Los participantes establecieron paralelismos entre las luchas del pasado y las batallas que libramos hoy. En el debate de clausura, los camaradas reafirmaron el compromiso del PLP de construir un partido internacional de masas de trabajadores, estudiantes y soldados, unidos para destruir el capitalismo y abolir por completo el sistema salarial. Asimismo, rechazamos el nacionalismo, que divide a los trabajadores por fronteras y nos ata a las clases dominantes de nuestras naciones. Nuestra lucha es global, nuestra clase es una y nuestra visión es clara: un mundo comunista sin explotación.
La energía y la unidad del día inspiraron a todos. De hecho, una joven trabajadora negra, conmovida por el espíritu colectivo y la claridad de la política comunista, tomó la importante decisión de unirse al PLP y dedicarse a luchar por un mundo dirigido por y para los trabajadores.
Este acontecimiento demostró que el espíritu revolucionario de 1917 sigue vivo en la juventud actual. ¡Con un liderazgo como este, el futuro pertenece a la clase trabajadora!