Trabajadores de la educación de Los Ángeles: ¡Basta de migajas, basta de explotación!

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16 Noviembre 2025 81 visitas

Los docentes y orientadores que mantienen nuestras escuelas en funcionamiento están hartos. Durante las negociaciones del contrato de nuestro sindicato, quedó claro que la administración no respetaba a quienes hacen posible la educación. Mientras los dos altos directivos se otorgaban aumentos salariales exorbitantes del 14% y el26 %, tuvieron la osadía de ofrecernos al resto —un equipo de trabajo dedicado a los estudiantes, las familias y las comunidades— un mísero 1%. Dado que el 45% de los docentes del distrito son latinos, este es un claro ataque racista que no quedará impune. Los miembros del Partido Laboral Progresista (PLP) se han estado organizando y alentando a otros a resistir. Más aún, los docentes deben luchar por una revolución comunista, que va más allá de conseguir un aumento salarial digno.

Bajo el capitalismo, la educación solo sirve a los jefes

El mensaje de la gerencia fue claro y alto: no nos valoran como profesionales. Nos tratan como mano de obra desechable, igual que a los trabajadores de cualquier otra corporación capitalista, ya sea Amazon, Starbucks o cualquier otra empresa explotadora que solo busca el lucro. La educación puede estar envuelta en discursos sobre “misión” y “valores”, pero en el fondo subyace la misma vieja estructura de clases: los jefes arriba, los trabajadores abajo, y la explotación que sostiene todo el sistema.

La primavera pasada, quince miembros sindicales, activos y comprometidos, asistieron a una reunión de la junta directiva para denunciar a la gerencia por no invertir donde realmente importa: en las aulas y los estudiantes. Sin embargo, nos fuimos de vacaciones de verano sin ningún contrato.

Tomando medidas contra la administración

Al inicio del nuevo año escolar, la administración presentó una oferta absurda que impulsó a muchos miembros del sindicato a la acción. Los docentes crearon y difundieron una presentación de Google Slides que exponía la explotación que sufríamos en comparación con los distritos vecinos. Esto motivó la organización de una protesta en un elegante evento de recaudación de fondos organizado por la administración. Quienes pagaron hasta $1000 por persona para entrar tuvieron que pasar junto a una protesta de 60 docentes, orientadores y estudiantes que contaban la verdad sobre lo que realmente ocurría en la organización. Esta acción contribuyó a un histórico voto en contra de la débil propuesta de contrato, sacudiendo los cimientos de la administración.

Este otoño, regresamos con más fuerza. Con más tiempo para organizarnos y más miembros motivados, planeamos llenar la próxima reunión de la junta directiva con docentes, orientadores, estudiantes y familias. Pero la administración, aterrada por el creciente poder de los trabajadores organizados, canceló la reunión el día anterior.

Pensaron que podrían silenciarnos, pero nos negamos a ceder. En cambio, sesenta personas se manifestaron durante horas frente a la sede del gobierno, coreando consignas, dando discursos y recibiendo bocinazos y vítores de los transeúntes. La manifestación demostró nuestra fuerza y ​​nuestra creciente unidad. Un compañero del PLP pronunció un discurso enérgico, vinculando nuestra lucha con la lucha más amplia de la clase trabajadora. Se estableció un vínculo entre la lucha por contratos y educación justos y la lucha contra las deportaciones y las redadas del ICE que aterrorizan a nuestros estudiantes y familias.

Estamos aprendiendo que nuestro poder no reside en las mesas de negociación ni en las apelaciones educadas a la “justicia”, sino en la acción colectiva y en apoyar incondicionalmente a estudiantes, padres y trabajadores de todo el mundo. Nuestro lema cobra más sentido cada día: ¡Las condiciones de aprendizaje de los estudiantes son las condiciones laborales de los maestros!

Nos organizamos no solo para obtener mejores salarios o beneficios, sino para lograr la educación y la sociedad que nuestros estudiantes realmente merecen. Pero bajo el capitalismo, la educación siempre servirá a los intereses de los empresarios, no a los del pueblo. Cada “déficit presupuestario” y cada “contrato abusivo” no es más que otra forma de proteger las ganancias y controlar a los trabajadores.

Por eso nuestra lucha no puede terminar en la mesa de negociación. Necesitamos una revolución por un mundo comunista donde la educación se base en la cooperación, no en la competencia; donde nadie se lucre con nuestro trabajo; y donde los trabajadores gestionen la sociedad para satisfacer las necesidades humanas, no la avaricia capitalista.

Seguiremos organizándonos. Seguiremos luchando. Y a medida que nuestro movimiento crezca, también crecerá nuestra comprensión de que cada lucha contractual es una lucha de clases. Continuaremos usando esta lucha como un paso hacia la construcción del poder que necesitamos para lograr un mundo libre de explotación.

¡Trabajadores y estudiantes, uníos! ¡Luchen por el mundo que merecemos!