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HAITÍ: Aplastar a los jefes imperialistas y las fronteras

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06 Julio 2023 241 visitas

HAITÍ, 2 de julio—Desde enero de 2023, el programa “Libertad Condicional Humanitaria” de dos años ofrece a haitianos, venezolanos, cubanos y salvadoreños la posibilidad de ingresar a EE. UU. sin pasar por los canales “ilegales” tradicionales. Este programa, cuyo objetivo es reducir el número de migrantes que cruzan las fronteras de EE. UU., ha sido elogiado por muchos trabajadores haitianos y otros que solo sueñan con huir de un país asolado por el terror de las pandillas, la miseria económica y la inestabilidad política. Incluso los niños solo hablan de viajar. Pero la realidad es que el imperialismo yanqui prefiere camuflar los problemas que enfrentamos más que venir realmente a nuestro rescate. En el mundo capitalista, la solidaridad no es una opción: los peces grandes no tienen piedad de los pequeños; los países del norte global no tienen compasión de los países del sur global. Su único objetivo es obtener ganancias de la mano de obra barata de los inmigrantes.

“No puedo esperar, no puedo esperar más a que llegue mi aprobación”, admite un joven licenciado en ciencias jurídicas que realiza su segundo año de prácticas como abogado. Elabora una lista de otros como él que tienen patrocinadores en los EE. UU. y ya se han postulado para el programa. Agrega que muchos de estos solicitantes, que han estado esperando seis meses en el limbo, corren peligro de desarrollar trastornos mentales por estrés, en particular depresión. Viven al límite, temerosos de la inseguridad creada por las pandillas y la inflación desenfrenada que los empobrece cada vez más a ellos y a sus familias. Y hay otros que no pueden encontrar patrocinadores porque las condiciones establecidas por Biden & Cía. son muy difíciles para patrocinar a amigos y familiares.

Los que logran salir provienen de todos los sectores de la sociedad: trabajadores (empleados y desocupados), profesionales, ejecutivos públicos y privados, docentes y estudiantes. “Nuestro país nos está expulsando; aquí no nos necesitan”, dijo una persona entrevistada para este artículo. “Es como si estuviéramos en una olla a presión, y el jefe de cocina ha abierto la válvula para dejar salir un poco de vapor. Esto no resolverá los problemas que enfrentan las masas haitianas debido al sistema de ganancias”.

Esta es la marcha hacia Canaán, la Tierra Prometida. Algunas personas dicen que es un éxodo forzado aun creyendo que Estados Unidos tiene intereses ocultos. Muchos saben que lo que les espera del otro lado no es el oro en las calles, sino más racismo, desempleo o empleos con salarios bajos, escuelas y hospitales desatendidos, viviendas abarrotadas y caras. Muchos deploran el programa, pero la contradicción es que es difícil resistir el impulso de aprovecharlo. Esperan poder desvanecerse entre la población después de que finalice la “libertad condicional” de dos años.

Los imperialistas estadounidenses no pueden encontrar otros países para invadir Haití
Desde hace varios meses, la “comunidad internacional”, es decir, los imperialistas y sus lacayos locales, titubean en encontrar una solución a la crisis de Haití. Ninguno de los países de la región está dispuesto a ceder a las demandas de Estados Unidos de desplegar una fuerza invasora para restaurar cierta apariencia de estabilidad. La disminución de la influencia de los patrones estadounidenses en la región es evidente. Incluso Canadá, un actor imperialista desde hace mucho tiempo en Haití, se está cubriendo; lo mejor que pudieron producir es establecer una oficina en la vecina República Dominicana para monitorear la situación. El gobierno dominicano rechazó esa idea, y ambos países emitieron un desdentado comunicado sobre su compromiso con la estabilidad en Haití.

Los políticos de la burguesía haitiana siguen funcionando como si llevaran anteojeras. La mayoría de la gente de la clase trabajadora entiende que estos políticos no son sus amigos, sino que buscan sus propios intereses personales, buscando cualquier oportunidad para tomar algún tipo de poder. La burguesía local se arrastra sobre manos y rodillas, en busca del favor de las potencias imperialistas y las organizaciones multinacionales.

La única solución es luchar.
Puedes sentir el nivel de inseguridad y miedo en las masas. Entonces, cuando una camarada del Partido Laboral Progresista dice que no va a buscar un patrocinador para irse, que está dispuesta a “luchar contra el sistema capitalista que ha creado este lío”, a menudo se encuentra con escepticismo. Pero con paciencia y todas las herramientas del materialismo histórico y dialéctico que ha aprendido en las escuelas de cuadros y grupos de estudio del PLP; ella puede decir que los trabajadores de Haití han luchado por su liberación en el pasado y lo volverán a hacer. El capitalismo y el imperialismo tienen contradicciones incorporadas que hacen que la vida sea miserable para una clase excepcionalmente grande de seres humanos que producen todo el valor en la sociedad. Que no tenemos solo unos pocos soldados polacos (que desertaron del ejército de Napoleón durante la Revolución Haitiana y lucharon del lado de los esclavos) sino que lucharemos por la solidaridad y la unidad de toda la clase obrera internacional. Construiremos un nuevo movimiento comunista revolucionario que luche resueltamente por los intereses de nuestra clase.

¡Este joven camarada puede marcar la diferencia en nuestra capacidad de organizar a los trabajadores para el comunismo y una sociedad igualitaria! Hemos dado pasos modestos, comprometiéndonos con nuestras poblaciones locales en la lucha contra la “inseguridad alimentaria”: el hambre a través de cocinas colectivas; organizarse para proporcionar máscaras y quioscos de saneamiento público contra la pandemia de Covid-19; colaborando con nuestros vecinos para reconstruir viviendas e infraestructura después del terremoto de 2021 en nuestra zona. Todas estas son luchas que nuestro Partido inició junto con nuestros amigos para combatir a los patrones locales que descuidan las necesidades de los trabajadores y llenan sus propios bolsillos con ‹ayuda internacional›. Podemos hacerlo mejor y podemos hacer más. Hay muchos más como ella que quisieran mantener su convicción y su compostura en situaciones sociales, económicas y políticas tan preocupantes. En el caos actual, la previsión ideológica de los militantes del PLP es revolucionaria. Elevar la conciencia de clase a través de la lucha y la educación política es una necesidad para el crecimiento de nuestro Partido. Este será nuestro objetivo este verano en nuestra escuela de cuadros.

Viva nuestra lucha, viva el PLP. ¡Adelante hacia la victoria final!