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Editorial: La crisis de Turquía en la encrucijada de las superpotencias imperialistas

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08 Junio 2023 221 visitas

La reelección acaloradamente disputada del presidente de Turquía Tayyip Erdogan resalta la crisis interna del país y la posición inestable entre los súper poderes imperialista. La victoria de Erdogan, significa un cambio lejos de la democracia liberal hacia la consolidación fascista de la clase gobernante turca. Con el oponente apoyado por EE.UU. de Erdogan, Kemal Kilicdaroglu, fallando el desempate, también refleja la influencia menguante de EE.UU. en una región geopolítica critica.

La inflación fugitiva (a un 84 por ciento el ultimo octubre) dos terremotos devastadores, y la crisis migratoria en aumento han puesto la economía turca a punto de colapsar. Para contener la ira de los obreros – los patrones capitalistas turcos están usando a Erdogan – ahora entrando su tercera década en el poder – a imponer un control más fuerte sobre los medios, el poder judicial, y el casi sin poder parlamento turco. Desde sobrevivir el atentando de golpe de estado del 2016, Erdogan se ha tomado más poder ejecutivo, puso al lado a oponentes políticos, purgo a grandes secciones del gobierno e ejército, y arresto a cientos de manifestantes. (Al Jazeera, 15/7/22).

La lucha que encara la clase obrera turca es un recordatorio solemnizador de las limitaciones de la ilusión de las elecciones capitalistas. El Partido Laboral Progresista está trabajando para construir conciencia de clase obrera comunista que rechaza el camino sin salida de la política electoral. Organizando y movilizando la clase obrera, podemos construir un movimiento revolucionario que aplaste el capitalismo y construya una sociedad que le sirva a las necesidades de la clase obrera internacional.

Liberales el peligro principal
El candidato de la oposición Kemal Kilicdaroglu y su Partido de la Gente Republicana se pintaron como campeones de reformas sociales, la alternativa liberal al Partido de Justicia y Desarrollo autoritario y ultra-nacionalista de Erdogan. Pero en una movida desesperada para derrotar el título, Kilicdaroglu gano el apoyo del candidato racista de alcantarilla del tercer partido, Umit Ozdag, prometiendo sacar a millones de refugiados sirios (Turkish Minute, 24/5). Kilicdaroglu culpo a Erdogan de fallar a “proteger las frontera de honor de Turquía” (Al Jazeera, 22/5/23). Ambos Kilicdaroglu y Erdogan se acusaron el uno al otro de conspirar con “terroristas” que se traduce a un empuje por más opresión racista de los obreros curdos.

En años recientes, mas obreros en Turquía se han desviado por estas apelaciones racistas divisivas. Bajo el despiadado sistema de ganancias, la sociedad que crear una manada de ganadores y masas de perdedores, una falta de conciencia de clase revolucionaria hace la clase obrera vulnerable a ideas racistas y fascistas. En un periodo volátil de aumentante inseguridad económica, racistas liberales y racistas abiertos ambos buscan explotar las frustraciones de la clase obrera y de canalizar su ira justificable otros obreros como chivos expiatorios. Los liberales son especialmente peligrosos en desviar la lucha de clase lejos de la lucha comunista por poder estatal y de vuelta al chaleco de fuerza de votación.

Atrapados en la mitad
Un puente crítico entre Europa y Asia, Turquía bajo Erdogan está forcejeando a balancear sus propias ambiciones nacionalistas con imperialistas competitivos en Rusia y los Estados Unidos. El país se ha posicionado como una jugador clave en la región rodeando el Mediterráneo y los Mares Negros. Recientemente ha girado hacia Rusia por apoyo militar y se ha comprometido en negociaciones de convertirse en el centro de un oleoducto ruso (Al Jazeera, 14/10/22). Pero con su economía en caos, Turquía necesitara más ayuda financiera de los Estados Unidos y La Unión Europea – o quien sea que esté dispuesto a firma un grande cheque.

Después de afirmar neutralidad en la guerra en Ucrania y actuar para bloquear a Suecia en unirse a la OTAN, Erdogan quizás necesita hacer concesiones para conseguir préstamos del Banco Mundial y de levantar la economía en colapso de Turquía (Bloomberg, 9/2). Para conseguir financiación del Fondo Monetario Internacional, necesitara aumentar tasas de interés e imponer medidas de austeridad que empobrecerán y harán morir de hambre a millones.

En lo que los grandes poderes tambalean hacia la próxima guerra mundial, los obreros de Turquía parece que estarán atrapados en el medio.

¡Lucha por el comunismo!
El apuro de los obreros en Turquía grita por más que solo meras reformas o promesas vacías por los políticos de los patrones. Los obreros necesitan un movimiento comunista revolucionario que expone la raíz de las luchas de los obreros económicas, políticas y sociales, y que construye solidaridad de clase internacional. Los obreros necesitan una organización que luche por una sociedad libre de explotación, racismo y sexismo imperialista. Al unirse bajo el Partido Laboral Progresista revolucionario comunista, los obreros de Turquía pueden formar un camino a una liberación genuina y un futuro brillante para todos. ¡Únete a nosotros en lo que organizamos este movimiento comunista internacional!