A lo que se le llama “la primera huelga contra las ‘Big 3’” y “la huelga del automóvil más grande en décadas”; 13,000 trabajadores de la GM, Ford y Stellantis, están en huelga. Sin embargo, hasta ahora solo el 10% de los trabajadores están en huelga, 90% siguen trabajando sin contrato (el contrato expirado no se ha extendido).
Con el trasfondo de 100,000 trabajadores en huelga de la TV, escritores y actores en los sindicatos WGA y SAG-AFTRA, aumentaron las huelgas y organización alrededor de EE.UU. El ánimo de los trabajadores está cambiando. Después de las “huelgas veraniegas”, los líderes pro-capitalistas ¡tienen a un tigre por la cola! En las recientes luchas de contratos, Biden y los seudo líderes sindicales pudieron acabar las huelgas de 120,000 ferroviarios y 350,000 trabajadores del UPS ¡antes que comenzaran! Los trabajadores aún no han podido romper con los políticos liberales ni los seudo líderes sindicales.
Joe Biden, quien se autodenomina; “presidente pro sindicato como ninguno”, fue uno de los arquitectos del rescate del 2008 que cosechó $250 mil millones en ganancias para los patrones del auto, mientras los trabajadores recibían un 20% de reducción a sus salarios. Estas concesiones ayudaron a que la GM, Ford, y Stellatis se embolsaron $250 mil millones en ganancias durante la última década, mientras sus ejecutivos [CEOs] aumentaban sus salarios en un 40%, cada uno recibe entre $25-$29 millones anualmente (Economics Policy Institute).
Recientemente, Biden forzó un contrato nacional a los trabajadores ferroviarios, que ellos ya habían rechazado, y rápidamente envió a la Ministra del Trabajo Julie Su a Detroit para resolver la huelga, mostrando que existe un asunto más grande en juego. Uno, es la transición a los vehículos eléctricos (VE). El otro es ganar la lealtad de la fuerza laboral industrial conforme EE.UU. aumenta su guerra delegada con Rusia en Ucrania y se prepara para un posible conflicto con China.
La huelga ocurre mientras los patrones invierten miles de millones para desarrollar VE y se enfrentan a la competencia con Tesla y otros desafiantes internacionales. China es el primer productor de VE en el mundo, y Hyundai pronto construirá vehículos eléctricos en su nueva fábrica en Georgia, John Casesa, quien anteriormente fuera estratega de la Ford dijo, “La transición a los VE está dominando toda la discusión”. (NYT, 16/9).
La transición de motores de gasolina a eléctricos podría afectar millones de empleos, conforme fábricas que producen motores, mofles, convertidores catalíticos, inyectores de combustible y otros componentes tendrán que ser remodeladas o cerradas. Una de las principales metas del sindicato UAW es que los patrones del auto acuerden que las fábricas de baterías y VE, muchas de las cuales son en conjunto con compañías más pequeñas, sean cubiertas por el contrato laboral nacional. El sindicato también quiere recuperar el derecho a la huelga por el cierre de fábricas.
El nuevo liderato “reformista” del UAW, elegido sin mucho entusiasmo por el 10% de la membresía, tiene una lista de demandas que no tienen la más mínima intención de ganar, entre ellas un aumento salarial de 40%, una semana laboral más corta, abolición del sistema de salarios dual, revertir concesiones que el viejo liderato permitió en las últimas décadas para mantener los patrones del auto competitivos con sus rivales internacionales. Las compañías han propuesto un 20% de aumento en un lapso de 4 años.
En 2019, el UAW dirigió una huelga de 40 días contra la GM mientras que su presidente internacional y un grupo de oficiales nacionales estaban bajo investigación federal o camino a prisión por coimas y con cargos de corrupción. Entonces, como ahora, la huelga en parte es un intento por consolidar la membresía alrededor del liderato.
Para los militantes y amigos del PLP, la lección principal de este actual brote es que no debemos dejarlo pasar. Estamos viendo muchas de estas batallas desde afuera. Eso debe cambiar. Hacemos un llamado a que más camaradas y lectores del DESAFÍO busquen trabajo en las fábricas automotrices y Amazon, UPS y en transporte público, para que podamos estar mejor posicionados para luchar por el liderato político de los trabajadores. Esta lucha, en su centro, es la lucha por la reforma o la revolución.
Como señaló Marx en “Valor, Precio y Ganancia”, no podemos limitarnos a luchar por contratos y quejas, a lo que llamó las “inevitables luchas guerrilleras”, que surgen de la constante guerra de clases. “En vez del lema conservador, ‘Un día de salario justo por un día de justo trabajo’, [nosotros] debemos llevar en [nuestra] bandera las palabras revolucionarias, ‘¡Abolir el sistema de salarios!’”