Después de las elecciones generales del 8 de febrero en Paquistán, miles de trabajadores en todo el país, han bloqueado carreteras, manifestado en los edificios de gobierno, y unido en huelgas. Los patrones capitalistas del país han respondido con policías anti-motines y gases lacrimógenos para golpear a manifestantes y arrestarlos en masa.
Millones de trabajadores y jóvenes están enojados por el resultado de las elecciones, ya que el anterior primer ministro, encarcelado, Imran Khan y los candidatos de su partido Tehreed-e-Insaf (PTI) fueron marginado en medio de acusaciones de estafa y fraude electoral (Guardian, 17/2). La ira de estos trabajadores esta enraizado en la profunda miseria económica que se ha intensificado en los últimos años. Los trabajadores se encuentran en fuego cruzado en medio de la creciente división de la clase dominante de Paquistán y el control que tienen los imperialistas estadounidenses y chinos. El comunista internacional Partido Laboral Progresista hace un llamado a la clase trabajadora de Paquistán y del mundo, para que rechacen las tretas patronales que nos obligan a escoger entre facciones en competencia de explotadores racistas y nacionalistas. Nuestro único camino hacia el futuro, para poder aplastar la pobreza y las guerras imperialistas genocidas – es construir la lucha revolucionaria por una sociedad sin fronteras e igualitaria comunista.
Trabajadores en Paquistán son exprimidos por la rivalidad Inter imperialista
Paquistán, estratégicamente situada en Asia del Sur, con una población de 200 millones y armada con armas nucleares, ha sido por mucho tiempo de gran interés para los bloques imperialistas rivales. En 2001, después de los ataques en EE.UU. del 11 de septiembre, mientras que las fuerzas de la OTAN invadían a su vecino Afganistán, los patrones estadounidenses presionaron a patrones en Paquistán a una alianza militar en contra del Talibán. Las consecuencias de esta ocupación de 22 años fueron devastadoras: más de 70,000 muertos, una deuda de $150 mil millones, y el surgimiento letal de grupos insurgentes (Time, 20/5/22).
La devastadora deuda hizo que los patrones buscaran más préstamos para mantenerse a flote, una crisis que el depredador Fondo Monetario Internacional, dirigido por EE.UU., felizmente aprovecho. Para calificar para este último rescate monetario, la clase dominante paquistani apretaba más los tornillos de una clase trabajadora ya explotada, aumentando los precios de la electricidad, desencadenando una ola de protestas en las principales ciudades (Reuters, 11/1).
En la última década, los imperialistas chinos se posicionan como una alternativa de préstamos para Paquistán, invirtiendo decenas de miles de millones de dólares. Durante este proceso, China ha incorporado a Paquistán en su proyecto de Franja y Ruta (BRI, siglas en ingles). Bajo el disfraz de “desarrollo”, los patrones chinos obtuvieron acceso al puerto Gwadar y el Océano Indico, evitando otras rutas marítimas vigiladas por EE.UU. (Wilson Center, 20/10/20).
En realidad, la inundación de inversiones chinas en todo Paquistán ha creado mucha más explotación y pobreza. En la provincia Beluchistán, los trabajadores protestan contra los botes chinos que dominan las vías fluviales y aumentan el desempleo local (The Diplomat, 29/5/22). Es más, los contratos económicos chinos, y más proyectos de infraestructura en todo Paquistán, están estancados. Y China menos dispuesta a perdonar sus miles de millones de préstamos, la economía en Paquistán esta de caída (South Asian Voices, 22/3/23). Los trabajadores serán quienes paguen por este desastre imperialista.
Patrones Locales aumentan disciplina fascista
Mucho del caos que sufre Paquistán es debido a la división dentro de la clase dominante paquistani, sobre qué lado imperialista escoger, el imperialismo estadounidense, chino, o ruso. En un país donde el ejército ha controlado la economía para su propio beneficio, esta inestabilidad no es nueva. Desde la formación de Paquistán en 1947, ningún primer ministro ha durado el periodo completo de cinco años (Al Jazeera, 12/2).
En abril de 2022, después que el seudo líder populista Imran Khan tomo la posición neutra sobre la invasión imperialista rusa a Ucrania, fue atacado con un voto de desconfianza en el parlamento y destituido de su cargo. Poco después documentos filtrados mostraban que diplomáticos estadounidenses habían amenazado con consecuencias económicas y políticas si Kahn se mantenía en el poder. Ya destituido, las ventas de armas desde Paquistán al ejército ucraniano aumentaron (The Intercept, 9/8/23).
Este último fiasco electoral refleja un periodo de creciente fascismo en Paquistán. La vieja guardia patronal, representada por partido políticos pro- EE.UU., abiertamente disciplinan a Khan y sus partidarios capitalistas que se inclinan hacia China. Aunque el PTI gano la mayoría de los escaños en la elección, sus rivales; La liga Musulmana de Paquistán y el Partido Popular de Paquistán han unido fuerzas para formar una mayoría gubernamental y garantizar que las fuerzas pro EE.UU. mantengan su reino – al menos por ahora (BBC, 2/20).
Aun sin las acusaciones de corrupción y colusión, los trabajadores en todos lados debemos reconocer que Khan o cualquier otro político capitalista no son la respuesta a las necesidades de nuestra clase. Aunque le dio unas cuantas migajas a los trabajadores, Khan no hizo nada para frenar la galopante inflación o desempleo, ni desafió a los imperialistas y sus voraces instituciones financieras (Stratheia, 23/8/23). En vez de movilizarnos con nuestros opresores, los trabajadores debemos direccionar nuestra ira al sistema capitalista, y unirnos como clase para derrocarlo.
Destellos de lucha señalan un futuro comunista
Los trabajadores de Paquistán han demostrado una fuerte cultura de lucha que puede inspirar a nuestra clase y nuestro futuro comunista. El verano de 2022, inundaciones sin precedente devastaron el país. Mientras miles morían y más de treinta millones fueron desplazados, los trabajadores tomaron acciones de rescate en sus propias manos y salvaron muchas vidas. A pesar de los limitados recursos, camaradas del PLP ayudaron en estos esfuerzos, crearon campos médicos y distribuyeron alimentos y carpas mientras señalaban los fracasos de los patrones capitalistas y su sistema (Ver DESAFIO, 21/9/22).
En octubre 2023, cuando los patrones racistas crearon políticas despiadadas para expulsar a refugiados afganos y militarizar la frontera, los trabajadores de diferentes etnias se unieron para organizar plantones que duraban meses para presionar al gobierno a retroceder (Times of India, 25/12/23).
Estas valientes acciones son solo destellos de lo que la clase trabajadora puede lograr cuando nos unimos y organizamos por nuestros propios intereses. En un mundo volátil y camino hacia una próxima guerra mundial, nuestro futuro depende de nuestra capacidad de tejer estos hilos de lucha convirtiéndolos en un movimiento internacional masivo por el comunismo. ¡Trabajadores del mundo unámonos! ¡Únete al PLP!
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Pakistán: desgarrado por la rivalidad y la crisis
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- 03 Marzo 2024 260 visitas