CIUDAD DE NUEVA YORK, 11 de marzo—Después de 100 días de haber sido reasignado administrativamente para la defensa de Palestina, un educador regresó victoriosamente a las aulas. Acusado de impulsar una agenda política, este educador fue sacado abruptamente del aula y finalmente devuelto al aula gracias a una poderosa lucha de la comunidad escolar. Los partidarios liberales de la clase dominante de los fascistas israelíes demostraron abiertamente su hipocresía y represión proclamando neutralidad política mientras atacaban a la oposición a su guerra genocida en Gaza. Este doble rasero fue evidente para toda la escuela. Todo educador sabe que qué y cómo enseña en un aula es un acto político; un sionista o un capitalista seguramente no enfrentarían ninguna crítica.
La postura educativa “apolítica” de los grandes liberales fascistas teje ilusiones ideológicas de inclusión y pluralismo para mantener el apoyo interno a su horrible matanza de nuestros hermanos y hermanas de clase en el extranjero. A medida que el capitalismo atraviesa crisis cada vez mayores, es más necesario que nunca superar el liberalismo en todas sus formas y luchar contra él.
Contraatacando en una noche oscura
A través de esta lucha educativa, hubo lecciones valiosas que aprender sobre cómo organizarse bajo un fascismo creciente. En esta Noche Oscura de organización política y lucha, a menudo hay niveles muy bajos de conciencia de clase. Esto incluye incluso a sindicatos traidores como el grupo principal de la Federación Unida de Maestros. Prefieren acuerdos clandestinos con los patrones, así como el secreto y el aislamiento para los miembros del sindicato. Contra el temor a represalias por parte de los patrones, los trabajadores deben sacar las cosas a la luz y defenderse unos a otros. La clase trabajadora es más débil cuando no estamos unidos en una lucha multirracial. Los patrones cuentan con la fragmentación y el miedo para silenciar a quienes estamos bajo ataque.
Aunque el Sindicato intentó esta estrategia de silenciamiento, fue el trabajo de organizar a padres, estudiantes y maestros lo que finalmente trajo al educador de regreso a la escuela. Nuestra estrategia finalmente dio sus frutos: los padres se agitaron contra la administración, los estudiantes reunieron a sus compañeros y los maestros presionaron al sindicato para que adoptara una postura de lucha de clases. Para defenderse de los ataques de la clase dominante, es necesario construir continuamente bases con aquellos que trabajarán colectivamente para defenderse unos a otros. Hacerlo hace posible obligar a la clase dominante a pagar un precio por sus acciones y al mismo tiempo generar conciencia en la lucha. Por encima de todo, el conocimiento de que existe una colectividad puede empoderar a quienes, de otro modo, se sentirían derrotados, agotados, asustados o aislados.
Esta victoria debe celebrarse. Sin embargo, lograr esta reforma no es suficiente. Sin un partido revolucionario que luche por un horizonte comunista, es demasiado fácil olvidar las lecciones de la lucha en esta Noche Oscura. Una de esas lecciones del pasado que no debe olvidarse es la política nazi de la Gleichschaltung, en la que casi todos los profesores alemanes se alistaron en el proyecto del fascismo. Estas ideas fascistas y nacionalistas en la educación continúan hoy en día, ya que muchos maestros en Estados Unidos siguen siendo cómplices de las escuelas bombardeadas y los estudiantes asesinados en Gaza hoy. A medida que el capitalismo continúa deteriorándose, los docentes sin duda estarán en la primera línea para imponer la violencia contra los inmigrantes, las personas sin hogar y aquellos atrapados en medio de una guerra interimperialista. ¡Contra estas amenazas, junto con el Partido Laborista Progresista, seguiremos luchando!
