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Entrevista de historia roja: De un partidario del PL en la huelga de Mack Ave

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13 Abril 2024 109 visitas

Hace cincuenta y un años, el PLP ayudó a liderar la huelga de brazos caídos en Mack Avenue en Chrysler, la primera de este tipo desde la huelga de brazos caídos en Flint Michigan de 1936-37 que lanzó el sindicalismo industrial y el Sindicato Unido de Trabajadores del Automóvil. (Ver “La Gran Huelga de Brazos Caídos de Flint” del PLP, disponible en http://www.plp.org/leaflets-pamphlets/pamphlets/)

Huelgas de brazos caídos en los 1930s incluyeron acciones en Obras de Caucho Akron y en el gran almacén de Woolworth, pero esta táctica fue abandonada por el liderazgo reformista del movimiento obrero mientras se hundía aún más en el sindicalismo empresarial. La huelga de brazos caídos de Mack Avenue expuso el liderazgo falso del sindicato, fortificó el trabajo de PLP entre los trabajadores industriales, y estímulo a PLP alrededor del mundo.

Históricamente, comunistas han liderado a la clase trabajadora en luchas en contra de los patrones. Por medio de estas luchas, nuevos cuadros revolucionarios pueden presentarse para avanzar la visión de una sociedad sin salarios y clases sí comunistas luchan por estas ideas en el transcurso de batallas en contra de la clase dominante.

A continuación es una entrevista con un miembro de PLP que estuvo activo en la huelga de brazos caídos en Detroit.
Por muchos años el PLP ha argumentado que la construcción de una base revolucionaria entre trabajadores industriales es una tarea central para los comunistas. ¿Por qué esto es importante?

De todos los trabajadores, aquellos que trabajan en fabricación, minería, o otras industrias pesadas generalmente son forzados por las condiciones de producción a cooperar en lugar de competir. Esta es la razón por la cual la formación de sindicatos obreros ocurrió primero entre estos trabajadores. Además, la clase capitalista depende de trabajadores industriales para producir la riqueza de la sociedad y las ganancias que obtienen de esto. Por lo tanto, los trabajadores industriales están mejor posicionados y tienen la mejor experiencia en el proyecto cooperativo de detener la producción y el flujo de ganancias hasta que los capitalistas concedan sus demandas de mejores salarios y condiciones laborales. Como hemos visto con los trabajadores ferroviarios, conductores de UPS, y trabajadores de UAW, nada más la amenaza de una huelga industrial amplia aterroriza a los patrones y se ponen a toda velocidad para detenerlas. Sí comunistas están sumergidos entre estos trabajadores y explicando cómo el capitalismo debe de ser derrocado, entonces la lucha de los trabajadores industriales puede ser un escalón hacia el derroque del sistema capitalista.

Tu estabas encargado de coordinar la venta y distribución del periodico Challenge-Desafio en Detroit en 1973. Puedes describir cómo los trabajadores de los automóviles respondieron al periodico y otra literatura que compartimos con ellos?

Detroit era un centro de fabricación de industria pesada, automóviles y camiones con numerosas plantas en el área. Esta configuración creó una gran oportunidad para conocer a trabajadores entrando y saliendo de cambios de turno. Un grupo de unos 5 o 6 camaradas rotaría de una planta a otra y regresaría a cada una semanalmente. Por el paso del tiempo, nos hacíamos amigos de varios de los trabajadores  y hablábamos con ellos acerca del capitalismo y cómo creaba condiciones malas en su trabajo forzandolos a llevar a cabo huelgas constantes o tomar alguna otra acción en el trabajo para mejorar sus condiciones laborales y salarios. Una historia interesante sobre esto fue cuando argumentamos que deberían salir de la planta dentro de las horas de trabajo hasta que se cumplieran sus demandas si la gerencia se negaba a mejorar la ventilación o la temperatura en los meses de verano. Cuando ocurría una huelga en una planta al otro lado de la ciudad, la usábamos como ejemplo de lo que ellos también podrían hacer. A menudo la respuesta era: “Yo estaría dispuesto, pero estos otros tipos nunca harían eso”. Un día llegamos al complejo Ford River Rouge y nos encontramos todo el turno dando vueltas en el estacionamiento. Preguntamos, “¿Qué está sucediendo?” “Salimos en contra del calor”, fue la respuesta de uno de los muchachos, quien dijo que sus compañeros nunca tomarían tal acción. Entonces, para aclararlo, dijimos: “Pensábamos que habías dicho que tus amigos nunca harían esto”. “Bueno, me equivoqué”, fue la respuesta. Los trabajadores deben actuar juntos para saber cómo piensan el uno y el otro.
La huelga de brazos caídos de Mack Avenue fue un evento icónico tanto en el trabajo del PLP como en la historia de los trabajadores automotrices.

¿Podría describir los acontecimientos que condujeron a la huelga, cómo se desarrolló y cómo terminó?

¡Seguro! Dos miembros del PLP trabajaron en la planta en la misma línea de montaje. El liderazgo del Partido sugirió que organizaran una huelga de brazos caídos, ocuparan la maquinaria y se negaran a trabajar o dejarán que otros trabajadores de otros turnos ocuparan su lugar. Ésta iba a ser la primera huelga de brazos caídos en la industria automotriz en 36 años. El plan fue desarrollado cuando los dos camaradas preguntaron a todos los demás trabajadores en la línea si estarían dispuestos a sentarse para mejorar sus condiciones y salarios. Cuando la mayoría estuvo de acuerdo, los demás trabajadores también se unieron, por lo que se fijó el día de la huelga de brazos caídos. Cuando llegó ese día, el equipo de trabajadores de Mack Avenue llevó a cabo su plan, sentándose en sus máquinas y negándose a trabajar. El PLP movilizó a todos los miembros del PLP en la ciudad para rodear la planta y distribuir folletos a los transeúntes explicando lo que estaba sucediendo. Este fue el evento principal en el ring central de Detroit durante varios días. Los trabajadores se sentaron en sus máquinas, se negaron a irse y cerraron toda la producción en esa planta. Los patrones estaban furiosos pero no pudieron hacer ceder a los trabajadores.
Después de tres días, la policía y los guardias de la planta finalmente pudieron expulsar a los huelguistas, quienes luego establecieron sólidos piquetes alrededor de la planta. El PLP trajo refuerzos de toda la ciudad para unirse al piquete, mientras repartía folletos y vendía el DESAFIO. Un líder del PLP vino a Detroit desde Nueva York para ayudar en la lucha y escribir un artículo para la próxima edición de DESAFIO.

Shawn Fain, el actual presidente del UAW, se ha referido frecuentemente con elogios hacia la huelga de brazos caídos de Flint Michigan de 1936-37 que impulsó al sindicato de trabajadores automotores hacia adelante. Challenge-Desafio también señaló en 1973 que la huelga de brazos caídos en Mack Avenue fue la primera huelga de brazos caídos en el sector del automóvil desde entonces. ¿Cómo reaccionaron los dirigentes sindicales de esa época ante la huelga de Mack Avenue? ¿Por qué crees que reaccionaron de esta manera?

Los dirigentes del UAW se opusieron a la huelga de brazos caídos en Mack Avenue por su audacia, su desafío abierto al control de Chrysler y su desafío al convenio colectivo que prohibía tales acciones. Estos líderes sindicales reformistas no estaban dispuestos a comprometerse, ya que no querían poner en peligro la propiedad sindical o enfrentarse a la cárcel. De hecho, actuaron como si fueran agentes de Pinkerton para Chrysler, formando un grupo de dirigentes sindicales locales del UAW de todos los estados del Medio Oeste, ¡pero no por solidaridad! ¡Todo lo contrario! Este grupo de cerca de mil hombres (todos eran hombres) marchó sobre el piquete para disolverlo. Estaban armados con bates de béisbol; no estaban bromeando. Se advirtió a los dos camaradas que esta turba los estaría buscando y algunos trabajadores se los llevaron a un lugar seguro. Pero este ataque de los supuestos líderes de los trabajadores puso fin a la huelga y los trabajadores se vieron obligados a volver a trabajar.

¿Hubo otras repercusiones de esta acción?

¡Definitivamente! Tras el fin de la huelga, algunos de los trabajadores que desempeñaron un papel central fueron despedidos y los dos camaradas fueron arrestados y acusados ​​de ataques con tuberías a los guardias de la planta que fueron los primeros en intentar derrocar a los huelguistas. El juicio fue presidido por un juez “izquierdista” (muchos ex radicales se convirtieron en títeres de los patrones, incluido Coleman Young, el alcalde, que en algún momento había sido miembro del Partido Comunista). El juez había sido elegido por una gran mayoría para su cargo en esta ciudad sindicalista, pero en lugar de ser un amigo de los camaradas acusados, hizo todo lo que pudo para ayudar a la fiscalía y debilitar la defensa. Los abogados defensores, amigos y antiguos compañeros del juez, quedaron impactados por su comportamiento. Uno de ellos, objetando frustrado el fallo del juez, dijo en voz alta: “Pero Chuck, quiero decir, señoría, ¿cómo puede tomar tal fallo?”. Fue un fiasco. Pero la selección del jurado no favoreció a la fiscalía. La fiscalía intentó eliminar a los trabajadores de Chrysler, a sus familiares u otros trabajadores del sector automovilístico y sus parientes, pero en Detroit eso no dejó a mucha gente. ¡Así que el jurado se llenó de gente de clase trabajadora que se negó a condenar, a pesar de que hubo numerosos testigos que confirmaron que los camaradas efectivamente habían defendido su posición en la planta golpeando a los guardias con tubos!

Por favor, cuéntenos sobre algunas de las personas que fueron figuras importantes en la huelga, tanto miembros del PLP como amigos del PLP y otros trabajadores.

Los dos camaradas eran uno blanco y otro negro. La mayoría de los trabajadores en la línea de montaje también eran negros, lo cual era característico de la industria automotriz en Detroit. Amigos del PLP entre los trabajadores que ayudaron a dirigir la huelga fueron despedidos, junto con los dos camaradas. Pero la unidad de toda la línea de montaje de unos 50 trabajadores fue un ejemplo conmovedor de la militancia, la ira por su condición y la voluntad de luchar incluso contra la policía y los guardias de la planta. Este es un microcosmos de lo que los trabajadores son capaces de hacer una vez que están convencidos de que pueden contar unos con otros.

Mirando hacia atrás a la huelga, ¿cuáles fueron las fortalezas y debilidades de la acción, tanto en términos de avanzar las condiciones cotidianas de los trabajadores como en términos de construir el movimiento revolucionario para el comunismo?

Creo que es muy difícil en los primeros días de la construcción de un movimiento por la abolición del capitalismo pedir a los trabajadores que arriesguen sus empleos y sus medios de vida. La construcción de confianza mutua, tanto dentro del Partido como entre el Partido y la clase trabajadora, es un proceso largo, y se necesitan relaciones estrechas entre camaradas y compañeros de trabajo para lograrlo. ¡A esto lo llamamos construcción de base! Esto es cierto tanto para la lucha diaria como aún más para la lucha a largo plazo por el comunismo.

Un Partido tiene que crecer a un tamaño mucho mayor que nuestro estado actual antes de que una visión comunista pueda convertirse en un fenómeno de masas, aunque podemos participar en la lucha de clases en todo momento con miras a lograr que nuestros compañeros trabajadores, estudiantes y luchadores se pongan de acuerdo con una estrategia y visión comunistas. Esto es especialmente cierto en estos días de completa confusión sobre en quién confiar entre los funcionarios gubernamentales, las organizaciones políticas y los candidatos, y cómo distinguir la verdad de la falsedad.

¿Qué consejo ofrecería a los trabajadores jóvenes de hoy que buscan expandir el trabajo del PLP en las industrias básicas?

Todos debemos estar dispuestos y preparados para cuestionar todos los aspectos de nuestro pensamiento y estrategia actuales y, a través del estudio y la práctica, desarrollar aún más nuestro análisis del mundo y las estrategias necesarias para cambiarlo. Avanzar hacia la revolución requiere que aprovechemos cada paso que damos, como la huelga de brazos caídos en Mack Avenue, para evaluar hasta qué punto hemos tenido éxito (¡o hemos fracasado!) en lograr mejoras a corto plazo y capacidad de lucha a largo plazo.

Tengo confianza en que con el proceso de aprender, cuestionar y cambiar, podremos atraer a muchos más trabajadores a nuestra órbita, especialmente en el caótico entorno actual de creciente guerra, racismo y calentamiento global.