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Editorial: La rivalidad imperialista se agudiza, el fascismo estadounidense aumenta

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29 Noviembre 2024 74 visitas

Mientras la crisis global del capitalismo lleva a los patrones hacia el fascismo y la guerra, el enfrentamiento sangriento entre Rusia y Ucrania está escalando semana a semana. Entre la especulación de si el presidente electo, Donald Trump forzara un acuerdo con los términos que presenta Vladimir Putin, que son un golpe a la OTAN, las tropas de Corea del Norte se amasan por toda la frontera de Kursk junto a tropas rusas. En respuesta, el presidente Joe Biden dio su consentimiento para que Ucrania lance misiles británicos dentro de territorio ruso.  Rusia aumento la apuesta amenazando con acortar su límite para uso de armas nucleares (NY Times, 19/11), y le llovió a Ucrania con misiles capaces de cargar armamento nuclear (Reuters, 22/11). 

Aunque no podemos predecir cuándo o en donde comenzara la siguiente guerra mundial; tres cosas son claras.  Primero; el colapso del viejo orden liberal mundial nos trae un periodo de peligrosa inestabilidad y caos. Segundo; los gobernantes estadounidenses, mientras tratan de obviar sus rivales imperialistas rusos y chinos, ellos mismos están profundamente divididos y en un intenso declive. Tercero; los pleitos callejeros de los patrones imperialistas son una propuesta perdedora para la clase trabajadora internacional. A la fecha cerca de 200,000 trabajadores entre soldados conscriptos y civiles han sido asesinados en la guerra inter-imperialista en Ucrania (economist.com, 26/11).

Para la clase trabajadora internacional, sólo existe una solución para acabar con la locura y carnicería capitalista: la revolución comunista. Necesitamos personas que quieran voltear las armas y decidan luchar por un mundo comunista sin fronteras, ¡dirigido por el Partido Laboral Progresista!

La rivalidad Inter imperialista se agudiza después de las elecciones estadounidenses

Mientras que Tump se prepara para tomar la presidencia, el ala principal de los gobernantes estadounidenses; los grandes fascistas del capital financiero – luchan por mantener a bordo sus aliados europeos, quienes ya han invertido más de mil millones en la carnicería en Ucrania.

Mientras que Francia y Bretaña apoyan los misiles que Ucrania lanza a Rusia, los alemanes rehúsan enviar sus misiles de alto alcance para esta causa (político.eu, 18/11). Donal Tusk, primer ministro de Polonia advirtió que esta escalada “era una seria y real amenaza de una guerra mundial” (Político, 22/11) demostrando la desesperación, desprecio de los grandes fascistas hacia la vida de millones de trabajadores – quienes al final de cuentas pagarán con sus vidas.

Mientras tanto, China se promueve como un aliado más confiable que EE.UU. En la reunión de los G20 en Río de Janeiro, el presidente Xi Jinping promovió la iniciativa del cinturón de seda y fortaleció la relación bilateral con Brasil (al jazeera.com, 20/11). Contrario a las amenazas de Trump de elevar los aranceles estadounidenses, Xi prometió abrir el comercio y beneficios para las economías emergentes en Asia, África y Latinoamérica (New York Times, 20/11). Además de endulzar, los patrones capitalistas chinos también afilan sus cuchillos. Avanzan más que EE.UU. en la manufactura de armas, y alardean de tener la más grande armada de alta mar en el mundo (Foreign Affairs, 2/10). En septiembre, China probó su primer misil balístico intercontinental en el Océano Pacifico desde 1980 (AP, 26/9). Aunque los patrones chinos tienen problemas en casa por el lento crecimiento y la crisis en el sector vivienda, aún tienen ventaja sobre sus rivales estadounidenses; una clase dominante más disciplinada y unida además de que, en el camino hacia el fascismo, están también más avanzados. 

Las guerras actuales, de comercio, de armamento, de alianzas inestables y cambios dramáticos en poder económico son un recordatorio de los años antes de la primera guerra mundial, cuando más de 20 millones de trabajadores fueron masacrados para el lucro de los patrones. Azuzados por la competencia capitalista, los patrones siempre terminan yendo a la guerra mundial, lo quieran o no. 

Pero, así como ahora los trabajadores están siendo coartados para asesinar a sus hermanos y hermanas de clase al otro lado de las fronteras, también pueden ser ganados a destruir el sistema que ni siquiera los considera dignos de vivir. Conforme desarrollan una conciencia internacional, antirracista, una óptica con conciencia de clase, los trabajadores pueden organizarse en un partido masivo para aplastar el sistema de ganancias patronal y construir un mundo dirigido por y para la clase trabajadora internacional.

Creciente fascismo bi-partisano en EE.UU.

La volatilidad global y la división dentro de la clase dominante estadounidense traerá consigo ataques más fuertes contra la clase trabajadora estadounidense. Los pequeños fascistas, a quienes Trump representa, tienen menos interés en una democracia liberal (ver glosario, p. 6) y lo utilizan para acelerar el fascismo. En la mayoría de los casos se construyen sobre la base creada por los liberales racistas del partido demócrata en los últimos treinta años. Haciendo eco de las reformas al welfare de Bill Clinton, los republicanos están presionando para que se exijan más requerimientos para Medicaid y recortes presupuestarios que podrían quitarles el servicio de salud a millones de trabajadores y sus hijos (NYT, 20/11). Siguiendo las amenazas de la administración Biden de recortar la ayuda para las universidades que permitan protestas anti sionistas genocidas, Trump ahora jura eliminar la ayuda y acreditación de esas universidades (Jerusalem Post,14/11).

Avanzando con el plan nazi de Trump para las deportaciones masivas de trabajadores indocumentados, Tom Homan el “zar fronterizo” ha aceptado la oferta, de un ranchero tejano, de 1400 acres para campos de concentración de inmigrantes (Texas Tribune, 19/11). Citando una ley de 1807 para sofocar “insurrecciones” o “violencia doméstica”, Trump ya está presionando al ejército estadounidense a hacer redades de trabajadores inmigrantes para su expulsión (NYT, 18/11).  El futuro racista en jefe heredará un gran avance en política anti-migrantes e infraestructura, gracias a los ataques de Biden a los asilos y la construcción de jaulas bajo la administración de Barack Obama (cnn.com, 13/7/19). 

¡A Luchar!

Desde Ucrania hasta Gaza y EE.UU., necesitamos la unidad multirracial para poder luchar contra estos brutales ataques. Debemos desenmascarar el sistema capitalista como lo que es la dictadura de los patrones que nunca servirá a las necesidades de nuestra clase.  Bajo el capitalismo, los asesinatos masivos, el racismo, el sexismo, son elementos esenciales que los patrones usan en el camino hacia las ganancias y el poder.  Nuestra alternativa es el comunismo, la dictadura de la clase trabajadora.

Claro que el periodo actual es peligroso, pero, aunque tenemos un largo camino que recorrer para construir un partido comunista masivo, este periodo es uno de gran oportunidad.  Mientras que sembrar el terror y utilizar chivos expiatorios se convirtió en moda para Trump no es verdad que su victoria fue aplastante. Donde Trump obtuvo 77 millones de votos y Kamala obtuvo 75, cerca de 90 millones ni se molestaron en acudir a las urnas (usnews.com 15/11) –sin incluir los millones de trabajadores indocumentados o los presos por el sistema de injusticia criminal racista. 

En otras palabras, existe un mayor número de trabajadores que han perdido la confianza en el sistema capitalista, y no creen posible mejorar sus vidas.  Es nuestro trabajo transformar su cinismo y pasividad en conciencia de clase y organizar la lucha contra la maquinaria de muerte de los gobernantes.  Debemos luchar juntos uniéndonos al comunista internacional Partido Laboral Progresista.  ¡Juntos podremos luchar y ganar un mundo comunista! ¡Unetenos!