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La unidad multirracial puede derrotar al terrorismo de ICE

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28 Noviembre 2025 49 visitas

NUEVA YORK, 15 DE NOVIEMBRE—Comunistas en el PLP han logrado hoy otra victoria para la clase trabajadora, desempeñando un papel fundamental en unirse al Alto Manhattan en una manifestación local que reunió a como 200 personas y supuso un gran paso adelante en la ruptura de las barreras racistas que han mantenido segregado nuestro barrio durante muchos años. Trabajando colectivamente, hicimos nuevos contactos, reforzamos los antiguos, distribuimos unos 100 periódicos Desafío y planteamos públicamente nuestra línea sobre el capitalismo y la revolución comunista internacional. 

Una lucha aguda contra el liberalismo y el nacionalismo da frutos

Cuando los comunistas trabajamos dentro del movimiento de masas, vemos la lucha de clases como una escuela para el comunismo, extrayendo lecciones sobre lo que los trabajadores realmente necesitan para resolver sus problemas. Ahora mismo en «el Alto», por ejemplo, nos estamos enfocando en movilizar a nuestros vecinos contra las redadas y deportaciones del ICE, pero a la vez estamos aprovechando la oportunidad para denunciar todo el sistema capitalista y sus divisiones racistas y nacionalistas y, lo que es más importante, para construir la unidad multirracial y la conciencia de clase. Visto así, la organización contra ICE va más allá de la «resistencia» al fascismo y avanza hacia la construcción de un movimiento comunista para acabar con el capitalismo de una vez por todas.

Este «Día de Acción Comunitaria» fue organizado por Hands Off NYC, una rama de Indivisible, que en sí es un grupo fachada de la maquinaria nacional del Partido Demócrata. Indivisible ha estado dando a los demócratas una imagen «militante», diciendo a los trabajadores que es Trump quien ha causado sus problemas y canalizando la justificada ira de la clase trabajadora hacia el habitual callejón sin salida electoral. Es importante reconocer que algunos de estos trabajadores liberales se han dedicado a trabajo comunitaria antirracista, dando cursos de entrenamiento sobre «Conoce tus derechos» y «Defensa del barrio» y trazando un mapa de nuestra zona de la ciudad en el camino a establecer patrullas vecinales. ¡Estas acciones son vitales! Pero su principal debilidad, aparte de su fieldad al capitalismo, ha sido la falta de contacto con los propios vecinos inmigrantes a los que desean proteger.

Al otro lado, nuestra Coalición por la Defensa de los Inmigrantes de Uptown, una coalición mayormente hispanohablante que ha organizado dos exitosas marchas multirraciales en Uptown (véase Desafío 6/4/25 y 10/29/25), se ha visto a menudo aislada, debido a su nacionalismo terco, de sus vecinos no latinos, ignorando o menospreciando a menudo a los trabajadores «blancos» que quieren unirse a ellos. 

Entran en escena los comunistas, que llevan meses organizando diligentemente dentro de ambos grupos y luchando con ambos para conectar entre sí. En los días previos a la manifestación, no sorprende que los organizadores pidieran a uno de nuestros miembros del PLP que fuera el maestro de ceremonias, lo que instantáneamente convirtió todo el evento en bilingüe. Tras una lucha insistente y aguda, varios miembros de la Coalición aceptaron asistir y uno accedió a hablar, lo que mejoró instantánea y cualitativamente el carácter del evento. 

En los días previos a la manifestación, otros camaradas se pusieron en acción. Uno se unió al comité organizador y ofreció hablar en español e inglés; otro llegó al evento armado con periódicos Desafío y se dispuso a ocupar el mejor lugar en la concurrida intersección para instalar una mesa y distribuir el periódico. 

¡Cállalos a gritos a estos políticos racistas!

Aunque gran parte de la organización se centró en las bases, los oradores de la comunidad y el empoderamiento de nuestros vecinos con silbatos anti-ICE y paquetes de «Conoce tus derechos», hubo un debate interno entre los organizadores sobre si debíamos permitir que los políticos hablaran. Varios argumentaron que sí, pero dijeron que debíamos intentar «obtener algo» a cambio y «presionarlos». Cuando uno de los organizadores se preguntó si podríamos decirles que nuestro objetivo era elevar las voces de la comunidad y sugerirles que hablaran con la gente de forma individual, uno de nuestros camaradas intervino en inmediato, argumentando que los políticos «acaparan toda la atención» e instando al grupo a que simplemente les pidieran que no hablaran y, en su lugar, apoyaran a nuestros vecinos para que tomaran el liderazgo. 

Esa postura pareció haber ganado hasta el día del evento, cuando los organizadores volvieron a ceder y les permitieron decir «unas pocas palabras», lo que es como pedirle a un político que sea honesto: imposible. Cuando nuestro congresista local racista y pro-genocidio ignoró nuestras peticiones de ser breve, los miembros de la comunidad, otra vez liderados por un camarada, comenzaron a abuchearlo e interrumpir su discurso con gritos de «¡Que paren el genocidio!» y «¿Qué estás haciendo tú?». ¡Deberíamos haberlo callado por completo!

Afortunadamente, debido a sus posiciones racistas, pro-patronales y anti-trabajadoras, este gusano se ha vuelto muy impopular y tuvo que salir corriendo, y el evento continuó, centrándose en múltiples vecinos de la comunidad que expresaron su rabia contra el ICE, el genocidio de los palestinos y, en el caso de nuestros compañeros, contra todo el sistema capitalista.

Próximos pasos

En nuestro vecindario seguimos con nuestros planes de educar y capacitar a más vecinos y crear patrullas anti-ICE que funcionen. La Coalición sigue averiguando cuál su misión, manteniendo al resto de la comunidad a distancia. Depende de nosotros, los comunistas, continuar la lucha en todos los frentes. 

Lo más importante es la base de nuestro partido. Muchos trabajadores han expresado su curiosidad por nuestro partido. Muchos reciben el periódico regularmente y varios de ellos han asistido a nuestros grupos de estudio recientes, enriqueciendo nuestros debates y quedando impresionados con lo que nuestro partido propone. Nuestra tarea es conocer mejor a estos trabajadores y convencerlos de que dar el siguiente paso y UNIRSE a nuestro partido es esencial para que la clase trabajadora de Uptown logre avances duraderos en la lucha de clases.

Discurso de un compañero: ¡Unámonos contra el fascismo!

La lucha es mundial

Estoy aquí porque es crucial que unamos nuestros vecindarios contra los fascistas que utilizan a nuestros vecinos inmigrantes como chivos expiatorios y los culpan de los fracasos de su propio sistema corrupto.

Vemos esta táctica en todo el mundo: en la República Dominicana, donde se deshumaniza a los haitianos, y en Puerto Rico, donde muchos resienten a los migrantes dominicanos. Estas fronteras, ya sean entre barrios o entre naciones, se inventan para convencernos de que otros trabajadores son una amenaza. Pero la verdad es que todos queremos lo mismo y todos estamos bajo el ataque del capitalismo: un sistema construido sobre la opresión de la clase trabajadora, especialmente de las personas negras, los inmigrantes, las mujeres, y otros grupos marginados. El racismo es una de sus herramientas más poderosas, una que insensibiliza a la gente ante el sufrimiento de loscongoleños, los sudaneses, los palestinos, y tantos otros que tienen más en común con nosotros que cualquier multimillonario.

El mundo parece dividido, pero hoy se demuestra que los fascistas no han ganado. Quieren que estemos aterrorizados, callados, obedientes. 

Estamos aquí para hacer lo contrario: para luchar y unirnos más allá de la raza, la edad, el género, y el barrio. No podemos confiar en ningún partido capitalista para que nos proteja: ¡nos protegemos unos a otros!

El fascismo está aumentando en todo el mundo y la clase trabajadora está siendo atacada en todas partes. Desde Gaza hasta el Congo, desde la República Dominicana hasta aquí mismo, en nuestra ciudad, la segregación y la división sirven al sistema de ganancias. La verdadera seguridad proviene de la solidaridad y la integración, traspasando fronteras, comunidades, y luchas, porque todas son parte de la misma lucha.
Una clase trabajadora multirracial y unida PUEDE y DEBE luchar. Y hoy estamos demostrando exactamente cómo lo hacemos.