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Italia: Inmigrantes se rebelan contra explotación racista

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03 Marzo 2010 85 visitas

Quedan dudas sobre la rebelión de trabajadores inmigrantes en la pequeña ciudad de Rosarno, en Calabria. El NY Times (12-1) especula que la violencia resulta de la competencia entre locales e inmigrantes por los trabajos agrícolas, auque los inmigrantes han trabajado por años en la cosecha de frutas. Cincuenta personas resultaron heridas, se quemaron autos y rompieron ventanas. La mayor agencia de noticias italiana alegó que “el racismo y las condiciones de trabajo azuzaron la violencia”, ignorando no sólo la marcha anti-racista en Rosarno después del conflicto, sino también la marcha nacional anti-racista en octubre que contó con 250,000 participantes en Roma. Como siempre, la prensa patronal se queda corta.

El Comitato Lavortori Immigrati e Italiani Uniti (Comité de trabajadores inmigrantes e italianos unidos), una organización de derechos del inmigrante en Roma, analizó lo que pasó. Este reporte se basa en ese análisis.

La violencia que explotó después que unos jóvenes locales les dispararon a tres jornaleros africanos, es producto de la intensa lucha de clases que comenzó hace unos años, cuando los mayoristas aumentaron sus ganancias bajando los precios que pagaban por productos agrícolas y los residentes locales se negaron a aceptar un euro menos por cada caja de frutas. Para compensar por la escasez de mano de obra, la mafia calabrense, o ‘Ndrangheta, empezó a organizar la inmigración “ilegal”. A los trabajadores africanos les prometieron buena paga y condiciones de vida, pero cuando llegaban a Italia tenían que aceptar sueldos mucho más bajos y condiciones de vida infrahumanas en su condición de indocumentados.

La prensa italiana reportó que uno de los trabajadores decía, “Yo también estaba protestando... pero entonces la situación empeoró y empezaron a disparar... No puedo regresar [a Rosarno]”

No es difícil leer entre líneas. Los inmigrantes no estaban protestando contra los disparos al azar, sino contra salarios y condiciones de vida miserables. Para intimidarlos y que anden callados y cabeza baja, la ‘Ndrangheta empezó a dispararle con rifles de aire. El plan de los mafiosos fracasó y la lucha de clases se manifestó abiertamente en Rosarno.

El actual gobierno italiano ha adoptado una línea dura con la inmigración “ilegal”. Ha enviado cerca de 1,200 trabajadores indocumentados a centros de detención. Otros se han ido a regiones cercanas. El xenofóbico ministro del interior, sin embargo, anunció que más de la mitad recibirán permisos de trabajo.

La fruta se pudre en los árboles, pero no es lo único que esta podrido en Calabria. En un pueblo de menos de 16,000 residentes, no es posible que casi 2,000 africanos trabajen en la agricultura y la policía no se de cuenta. Calabria era un ejemplo concreto de la lucha de clases, ilustrando cómo el capitalismo no sólo necesita un ejercito de reserva en los desempleados a escala global, sino que también necesita que su gobierno sirviente y su crimen organizado regulen su fuerza de trabajo.

Lo que pasó en Calabria demuestra que los trabajadores inmigrantes, llamados no-calificados y no sindicalizados, poseen una conciencia de clase militante, y que son los patrones al lucrarse de su trabajo—y no los trabajadores nativos—los que fomentan la violencia racista.

Aunque por ahora modesto en tamaño e influencia, PLP en Italia esta ayudando a forjar un movimiento anti-racista internacional que propone una solución revolucionaria a la opresión que enfrentan por igual los trabajadores explotados y súper-explotados.