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Jefe de Hezbollah Un Comprometido Candidato Imperialista

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03 Marzo 2011 73 visitas

Beirut, febrero 2011 — La mayoría de los partidos burgueses de las diferentes sectas y naciones en el Líbano están ahora de acuerdo en establecer un gobierno liderado por Hezbollah que podría causar un cambio sustantivo en las relaciones inter-imperialistas y el balance de poder en la región. Las facciones pro EEUU de la clase dominante Libanesa están debilitándose, debido parcialmente a la derrota de Israel en la guerra del 2006 contra la campaña de lucha guerrillera de Hezbollah.
Al mismo tiempo, el proyecto de reconstrucción de Hezbollah en el Líbano después de la guerra del 2006 lo ha hecho popular en amplios sectores de la clase trabajadora Libanesa, que pertenecen en su mayoría a la secta Shiita. Los trabajadores Libaneses a menudo perciben este proyecto de reconstrucción como una iniciativa ‘popular’, en comparación a la política del gobierno anterior que sólo produjo recortes, privatizaciones y el alza de los precios de bienes básicos.
Después de la guerra del 2006, Hezbollah organizó marchas masivas en las calles y pudo haber tomado el poder, pero no lo hizo porque no estaba lo suficientemente organizado para tomar el poder. Más bien sacó ventaja política jugando el papel de “oposición de línea dura”. Es posible que los líderes de Hezbollah recibieran instrucciones de sus patrones en Terán y Damasco, guiados por sus amos imperialistas en Pekín y Moscú, para que no alterasen el balance de poder inter-imperialista en la región.
Los regimenes de Irán y Siria necesitan relaciones comerciales estables con EEUU. La política “anti-imperialista” de Hezbollah defiende una postura de “co-existencia pacifica” con los patrones de EEUU, mientras se apoya en los imperialistas en ascenso, como son Rusia y China.
La victoria del campo pro EEUU de la clase dominante Libanesa en las recientes elecciones se debió en gran parte a la intervención de EEUU en las elecciones, así como a la presencia de fuerzas militares Europeas (especialmente de Italia y Francia) en el Líbano después del cese al fuego al final de la guerra del 2006.
El imperialismo occidental en general, y en particular EEUU, tienen menos recursos para apoyar a sus sirvientes en la clase dominante local, lo que permite que sus rivales imperialistas – China y Rusia – aumenten su influencia en la región a través de los regimenes de Irán y Siria. Hezbollah en el Líbano, y en menor grado, Hamas en la Franja de Gaza y Cisjordania, son los representantes del imperialismo Chino y Ruso. Así mismo, los capitalistas Sionistas Israelí, ocupados en el robo colonialista en la región, le sirven al imperialismo de EEUU, que los financia y arma.
Los patrones occidentales, junto con China y Rusia, están unidos contra los trabajadores del Medio Oriente
El Líbano se aproxima a una crisis similar a la que produjo la guerra civil al final de los 70, mientras su clase dominante parece más dividida que nunca. Los EEUU y los otros poderes occidentales tienen dificultades para estabilizar el régimen burgués y la economía capitalista del Líbano debido a la debilidad de la economía de EEUU, así como al fracaso de sus esfuerzos para lograr que Israel acertara un “golpe mortal” a Hezbolla en el 2006. El fracaso de la guerra más bien produjo el resultado opuesto – que se debilitara el dominio de los patrones de EEUU sobre la región.
Ahora hay más libertad de acción para las fuerzas políticas que se apoyan en partes de la burguesía nacional conectada con el bloque Terán-Damasco, y, por extensión, con los patrones de China y Rusia. Hezbollah, con su poderío militar, le sirve a este bloque imperialista como un látigo para disciplinar a la burguesía Libanesa y servir así a sus amos imperialistas.
Hezbollah, con seguridad bajo el comando de sus amos en Terán y Damasco y guiados por Pekín y Moscú, no dan pasos para derrocar al régimen con el propósito de preservar la actual condición geo-política en el Líbano y el balance del poder inter-imperialista en la región.
Esta es la razón por la cual el capitalista Najib Mikati ha sido nominado candidato a primer ministro Libanés. Mekati ha invertido fuertes sumas de dinero en regiones que están bajo la influencia China y Rusa (por ejemplo en varios países Africanos, incluyendo a Sud África), pero también tiene inversiones en países imperialistas occidentales, como lo es Francia, incluyendo acciones en corporaciones multinacionales occidentales. Su función es la de mediar entre los intereses imperialistas, suprimir y debilitar la activa resistencia de la clase trabajadora Libanesa, y tratar de bloquear cualquier situación revolucionaria que pudiese presentarse en el horizonte.
Sin un liderazgo revolucionario comunista, la clase trabajadora Libanesa a menudo se ve dividida según sectas y grupos étnicos, siguiendo varios campos burgueses. La clase trabajadora, que ya esta activa en las calles, debe expandir su lucha y trascender las divisiones y barreras nacionales y sectarias, al paso que forja un liderazgo comunista conciente que conduzca a la clase trabajadora a tomar el destino en sus manos.