Después que China se embarcó en un modesto plan de re evaluación de su moneda antes de la reunión de los G-20 en Toronto en junio, la prensa occidental continúa atacándola por “intencionalmente” devaluar el renminbi (también conocido como “yuan”).  Paul Krugman, del NY Times (24/6) ha liderado la arremetida, diciendo que la re evaluación fue un acto de “mala fe” y “un intento de explotar la contención estadounidense”, hasta promovió sanciones contra China.  Pero investigando mas a fondo nos damos cuenta que esos ataques se basan no en hechos, sino en la creciente rivalidad inter-imperialista entre los patrones de EEUU y China.

Desde el 2005, Estados Unidos ha dicho que China desvalorizó injustamente su moneda, dando la ventaja a productores chinos y exacerbando el déficit de comercio EEUU-China. Muchos, en la prensa y el Congreso, han culpado a la valuación China de su moneda por la crisis económica en EEUU, crisis creada por ellos mismos. 

En realidad, la valuación de la moneda se ha convertido en un negocio altamente especulativo desde la disolución del Acuerdo Bretton-Woods de 1971 y la caída del oro.  Analizando todos los diferentes modelos de valuación de moneda, en el 2007 el FMI reportó que el renminbi podría estar subvalorado hasta en un 50% o en un 0%, dependiendo en el modelo utilizado.  Ese mismo año, Morgan Stanley uso cuatro diferentes modelos para valuar el renminbi y encontró que a lo sumo, estaba subvalorado en un 1%.

El FMI continúa diciendo que la subvaloración del renminbi es menor o inexistente.

Así que, ¿Por qué siguen los ataques contra China? Ellos representan la creciente rivalidad inter-imperialista entre los patrones de EEUU y China.  China se ha convertido en un ogro atractivo para el colapso de la economía estadounidense (para mas de estos mitos ver “China Bashing” en “El Comunista”, Verano del 2008).  Los ataques de que los chinos “roban los trabajos” y la “manipulación” de la moneda son usados como pantalla para esconder las debilidades del capitalismo estadounidense. 

La retorica anti china también sirve como base para los crecientes ataques al imperialismo chino.  Como lo dijo claramente el Reporte Hart-Rudman en 1999, el futuro de los patrones estadounidenses está en la capacidad de contener el crecimiento económico chino.

Los esfuerzos para forzar a China a inflar artificialmente el valor de su moneda eran para disminuir las exportaciones chinas y que el mercado doméstico chino fuera más accesible a la inversión extranjera.  Esta re evaluación podría castigar severamente a los trabajadores chinos y sofocar el crecimiento de su economía, mientras premia a especuladores occidentales.   No es de sorprenderse, que los capitalistas chinos no hayan querido participar en el jueguito de los patrones estadounidenses.  Los ataques occidentales China fueron revelados en abril, cuando, en vísperas de un reporte del Congreso detallando la vileza de la economía china, la administración de Obama decidió retractarse de su retorica anti China después de que China accediera a relajar sus leyes contra el flujo de capital foráneo en el mercado domestico Chino.

Los capitalistas estadounidenses usan estos ataques para tratar de entrar en los crecientes mercados chinos mientras simultáneamente preparan a los trabajadores estadounidenses para una posible guerra con China.  China ha respondido cambiando sus mercados de exportación de EEUU a la Unión Europea y Rusia.   China también ha expresado repetidamente su interés en vender los bonos del Tesoro de EEUU.   La tensión actual entre los capitalistas estadounidenses y chinos no cesará hasta que un imperialista pueda imponer su voluntad en el otro.  Como anotó Lenin en “El Imperialismo, la Etapa más Alta del Capitalismo”, esta es la pre-condición de una guerra mayor inter-imperialista en la era moderna.