Cuando las naciones imperialistas – particularmente EEUU, Rusia, China, miembros de la Unión Europea  - hacen la guerra es porque necesitan dos cosas: un pretexto público y una razón verdadera.   El primero nunca es el mismo que el segundo.  Cuando EEUU invade Afganistán, poco después del 11/9, el pretexto fue que sacarían a Al Qaeda del país y derrotarían al Talibán (creado por EEUU), quienes protegían al antes protegido por EEUU Bin Laden y su sequito.  
La clase dominante de EEUU y su gobierno trataron de usar ese pretexto para ganar a la clase trabajadora, en particular a los soldados a pelear en Afganistán e Irak.  Los gobernantes sabían que seria mucho más difícil venderles la razón de la guerra: proteger el gaseoducto proyectado TAPI que se origina en Turkmenistán y pasa a través de Afganistán, Pakistán e India. Todas las Guerras en el Medio Oriente – grandes y pequeñas, directas o por poder – representan los esfuerzos de sus rivales imperialistas de asegurar el control de los recursos de energía, especialmente el petróleo y el gas natural.    
Más de una década después, la energía aun es una gran parte de la razón por la que los capitalistas mantienen la guerra.  Petróleo y gas los forzara a continuar la ocupación de Afganistán aun después de que la mayoría de las tropas combatientes se hayan retirado para enfrentar más guerras por ganancias en otro lado del mundo.  Pero, desde la invasión del 2001, los gobernantes han encontrado otras razones para quedarse, además de la energía: Afganistán es rico en toda clase de minerales.    
Poco después de la invasión, geólogos del U.S. Geological Survey, una organización científica bajo el Departamento del Interior, fueron enviados a Afganistán a investigar el área y determinar donde se encontraban las reservas de minerales y las cantidades.  Bajo la protección directa de los Marines, estos geólogos han descubierto fabulosas cantidades de fortuna por todo el país en forma de docenas de metales pesados y elementos raros de la tierra. Aunque pocos fuera de la comunidad científica han escuchado de estos minerales, estos son un componente crítico de los láseres, aviones, baterías, y computadoras, y muchos otros productos tecnológicos.  Muchos de estos minerales no tienen substituto.  (Ver, “Afghanistan’s Buried Riches,” Scientific American, Octubre 2011.)
El pretexto que dio el gobierno de EEUU por su busca sistemática de minerales es que es para tener suficiente fortuna y sacar a la gente de Afganistán de la pobreza y reducir su necesidad de producir opio, la base de la heroína.  (Afganistán y Pakistán, son conocidos como el Creciente Dorado, produce mas opio/heroína que todos los países del llamado Triangulo Dorado en el Sur este de Asia.) En realidad, la gente que vive en la región rica en recursos naturales será sacrificada por millones mientras que imperialistas rivales luchan por el control de esta fortuna.  Par suplir sus armas y bombas, los capitalistas compran y corrompen a gobernantes locales a costa de los trabajadores de estas naciones.  
Hasta que los trabajadores de todas las naciones se unan para derrocar a los opresores imperialistas y su sistema capitalista que pario esta rivalidad asesina, este circulo de muerte y miseria no tendrá fin.  El Partido Laboral Progresista es el único que tiene el potencial de surgir con esa unidad entre los trabajadores del mundo y poner fin a la dictadura asesina del capitalismo.