El fallo de la  Corte Suprema de EEUU de aprobar lo más importante de la ley de salud del presidente Obama (Obamacare) no beneficiara a la clase trabajadora.  El mandato que obliga a la gente a comprar seguro medico es una lotería multimillonaria para las compañías de seguros y los HMO,  los cuales obtendrán decenas de millones de nuevos “clientes” a quienes les sacaran millones en ganancias.  Lo mismo es cierto para las compañías farmacéuticas y la industria hospitalaria, pues continuaran robando a la población en general con sus caros medicamentos y el alto costo de examen medico tras examen, mucho de ellos innecesarios.   Entre más ganancias saquen, menos le queda a la clase trabajadora para sus necesidades.  
El dinero para pagar la reforma de salud, en efecto, saldrá de un impuesto a toda la clase trabajadora, esa fue la base del voto decisivo para declarar el Obamacare constitucional, el voto del nuevo héroe de la clase dominante, el Juez Supremo Roberts.  El Congreso tiene el poder de imponer impuestos a voluntad, dijo.  Claro los 12 millones de trabajadores indocumentados no podrán acceder a esta nueva cobertura y aun enfrentaran deportaciones masivas por parte de Obama y su pandilla, quien ha deportado mas de 1.4 millones hasta ahora.  
Los mas grandes beneficiarios con el fallo de la Corte Suprema serán; Obama ya que su apuesta para continuar en la Casa Blanca en las próximas elecciones ha recibido un gran empujón, y el capital financiero que lo escogió como su imperialista y asesino en turno. Quienquiera que quede, ellos o Romney y los republicanos, los trabajadores no tienen nada que ganar con los candidatos de la clase dominante ni con el proceso electoral del capitalismo (ver recuadro en la P. 2).  Las elecciones solo reiteran el sistema de ganancias promotor del desempleo masivo, racismo, sexismo, pobreza y guerra a costa de la clase trabajadora.  Sin duda el complejo industrial medico usara esta reforma para exprimir mas a los trabajadores, y hasta se tragara competidores mas pequeños, creando mas ganancias y despidos.  
La discriminación racista es una carga especial para los trabajadores negros, latinos y asiáticos, ya que debido a la discriminación sufren el doble de desempleo y salarios bajos aportando súper ganancias para los patrones. El racismo no solo les permite a los patrones sacar cientos de miles de millones de dólares en ganancias de la explotación asalariada y la diferencia en salarios sino que también divide y debilita a la clase trabajadora en la lucha contra estos ataques.  Los capitalistas nos necesitan los suficientemente saludables para producir ganancias y para sus guerras, para que tengamos hijos que los patrones puedan explotar en el futuro.  Estos son los escasos límites de la preocupación por el bienestar de las masas.
El problema en la aprobación del Obamacare, el voto fue de 4-5 refleja el conflicto entre los patrones de EEUU.  Las necesidades de los imperialistas de EEUU, quienes enfrentan la agudización de la rivalidad global, no siempre están alineadas a las necesidades de los patrones de las compañías de fármacos, de seguros médicos y HMO, quienes obtienen sus ganancias principalmente de la explotación de la clase trabajadora domestica, no de las guerras imperialistas.  
Primero en la agenda de Obama es frenar los altísimos costos médicos para poder financiar su guerra.  Segundo, es imponer una disciplina de guerra fascista, no solo a los patrones de la salud, sino a todos los capitalistas, grandes o pequeños.  Tercero, es crear patriotismo haciendo que los trabajadores dependan y sean leales a un “benevolente” gobierno estadounidense.  
El ala imperialista liberal ya antes ha tratado de “reformar la salud.”  Teddy Kennedy lo puso al centro de su campaña electoral a la Casa Blanca de 1980.   Bill y Hillary Clinton trataron de pasarla durante el primer periodo de Clinton pero fueron derrotados principalmente por las compañías de fármacos y seguros.  Hoy son los políticos que representan a los antes mencionados patrones en el ámbito domestico quienes obstaculizan los controles centralizados que Obamacare representa.
El fracaso de Obama de forzar obediencia hacia Washington decepciona a los expertos liberales de Brookings, quienes lloran lágrimas de cocodrilo por los no asegurados mientras revelan que  Obamacare no es lo que aparenta ser:
[B]ajo la superficie, el fallo es menos liberal de lo que parece…Primero, el fallo sobre Medicaid limita el poder del gobierno federal sobre los estados para que extiendan el cuidado medico.  Esto le da a los estados autoridad para resistir los esfuerzos de extender los seguros médicos…Segundo, aunque el Juez Supremo Roberts apoye la constitucionalidad del mandato individual, su opinión limita la capacidad del gobierno federal de regular el comercio interestatal a través otras tácticas en vez de a través de impuestos.  Esta parte de la decisión podrá restringir la capacidad del Congreso de regular el comercio…El resultado final de la decisión será que menos personas no aseguradas serán cubiertas por los reformistas de la salud. (Pagina Brookings, 29/6/12)
Los reformistas liberales que promocionan Obamacare podrán engañar a algunos, quienes creerán que EEUU obtendrá un sistema de salud, a lo Canadá, sin el complejo industrial medico, por lo tanto a menos costo.  Pero en realidad ese sistema es sostenido por los impuestos a la clase trabajadora en su conjunto, lo cual es exactamente lo que Obamacare hará a nuestra clase, pero con la agregada carga de pagar por las ganancias de las corporaciones de fármacos, aseguradoras, y hospitales.
Solo un sistema comunista que pone las necesidades de los trabajadores al frente podrá crear el servicio de salud que beneficie a toda la clase trabajadora.  Sin patrones ni ganancias, los trabajadores – quienes producen todo lo de valor en la sociedad – podrán asignar el valor de la salud de los trabajadores en base al comunismo; de cada quien según su compromiso al bien social, para cada quien según su necesidad.  Esto es por lo que el PLP lucha cuando organiza por una revolución comunista.  ¡Únetenos!