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¡NO AL GENOCIDIO EN PALESTINA SI A LA GUERRA DE CLASES!

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29 Noviembre 2012 48 visitas

TEL-AVIV, 17 de noviembre — Cientos de manifestantes judíos y árabes se reunieron en el centro de Tel-Aviv en protesta por la guerra criminal emprendida por los gobernantes israelíes contra la Franja de Gaza. Exigieron fin al derramamiento de sangre y al sufrimiento causado por la clase capitalista dirigente (tanto patrones israelíes como los jefes de Hamas) a los trabajadores de todas las nacionalidades y religiones en y alrededor de Gaza. Una pequeña banda de fascistas sionistas se reunieron cerca de la manifestación, agitando banderas israelíes y gritando en apoyo a la guerra, pero no se atrevieron a acercarse a los manifestantes de izquierda.
Los gobernantes israelíes dicen actuar “en defensa de los ciudadanos israelíes en el sur de Israel” que enfrentan ataques con cohetes desde Gaza, pero es solo una excusa falsa como la que utilizaron para iniciar la guerra de hace cuatro años, en la que murieron 1300 palestinos. Entonces adujeron que era para “liberar a un prisionero israelí capturado por Hamas” El hecho fue que no hicieron ningún esfuerzo real para liberarlo (fue liberado en un acuerdo de intercambio con Hamas) Sin embargo, desde hace cuatro años, el gobierno israelí ignora el sufrimiento de los trabajadores judíos del sur de Israel, en su mayoría trabajadores pobres. De pronto, justo después de las elecciones en Estados Unidos y dos meses antes de las elecciones en Israel, se acordaron de “proteger” a estos ciudadanos.
Netanyahu y los magnates a quien representa, realmente no se preocupan por los trabajadores afectados por los bajos salarios, el aumento del costo de vida, y por los recortes generales en materia de educación, salud y bienestar. La verdadera razón por la que el gobierno de Netanyahu lanzó esta nueva carnicería, que desde el inicio mató a 132 palestinos, entre ellos 18 niños, es el cambio de situación en el Oriente Medio.
Después de la primavera árabe que depuso al dictador egipcio Mubarak pro-Estados Unidos, quien silenciosamente acordaba cualquier acción militar de Israel, ahora los sionistas se enfrentan a un mundo árabe más inestable, en disputa entre los imperialistas de Estados Unidos y China. En países árabes como Egipto y Túnez, la Hermandad Musulmana está ahora en el poder, presumiblemente ganando elecciones “democráticamente”, pero sirviendo a los imperialistas y no a los trabajadores.
En estas condiciones, y teniendo en cuenta la lucha de poder entre Netanyahu con sus ricos patrocinadores en EEUU tales como (Adelson y Romney), y Obama y sus patrocinadores capitalistas financieros, el régimen israelí debe demostrar su poder como “policía” de EEUU en Oriente Medio. Los bombardeos masivos en Gaza y el estacionamiento de 75.000 soldados en la frontera con Gaza, son una advertencia a todos los regímenes de la región, y en particular a Irán, así, Israel y sus patrocinadores estadounidenses están lanzando un mensaje a todo aquel que llegue a acuerdos con la competencia china.
Además, esta guerra vino después de la protesta social masiva en Israel durante el verano de 2011 (similar a Ocupar Wall Street) en la que cientos de miles de trabajadores salieron a las calles para protestar por la destrucción de sus vidas por el capitalismo. Netanyahu y sus amigos ricos saben muy bien que una guerra “exitosa” (con pocas bajas israelíes y muchos palestinos muertos) puede hacer a un lado momentáneamente las protestas masivas por el costo de vida, la carga de los impuestos, los salarios de hambre y la explotación de clase, y ganar apoyo al régimen, a los magnates y a la masiva presencia militar.
Fascistas israelíes de todo tipo babean por la guerra, por ejemplo, la Universidad de Haifa, en respuesta a una vigilia silenciosa organizada por los estudiantes de Palestina en memoria de los muertos en Gaza, los fascistas “Im Tirzu” bailaron celebrando con banderas israelíes. La guerra anterior llamada “Operación Plomo Fundido”, incrementó el apoyo popular para el régimen. Lo mismo ocurre con la actual operación militar.
Por supuesto, todo esto ayudará a Netyanyahu en las próximas elecciones de enero 2013 (a pesar de que su oponente socialista Yehimovich, ha comenzado a hablar en tono militarista e incluso fascista) Todo esto le cae de perlas al abiertamente fascista miembro del parlamento Michael Ben-Ari, quien habla en voz alta de los sueños de Netanyahu: “Convertir Gaza en Cementerio”.
Mientras tanto, Hamas, una organización religiosa reaccionaria, aplica un régimen capitalista corrupto en la Franja de Gaza, donde los ricos disfrutan de elegantes centros comerciales y restaurantes caros, mientras que la clase trabajadora se muere de hambre y sufre 50% de desempleo. A pesar de los discursos de odio mutuo, entre Hamas e Israel, en realidad, ambas clases dominantes desean continuar con la actual situación en Gaza. Es decir, Hamas como un subcontratista de Israel en la Franja de Gaza, manteniendo el control de los trabajadores y reprimiendo las facciones más radicales.
Ahmed Jaabari, el militar palestino que fue asesinado al comienzo de la ronda actual de violencia, era, de hecho, un servidor indirecto de la clase dominante israelí (y de EEUU) Incluso hizo un acuerdo cómodo con Israel para el intercambio de prisioneros de guerra el año pasado. Pero él no hizo suficiente bien su trabajo, y pagó por ello con su vida.
Israel no tiene interés en acabar con Hamas y hacerse cargo otra vez de la Franja de Gaza. Gastaría una gran cantidad de dinero y sumiría a Israel en una guerra prolongada contra las masas en Gaza. Cuando la presente “Operación Militar” termine, Hamas muy probablemente continuará gobernando Gaza y los cohetes seguirán cayendo sobre los trabajadores en el sur de Israel, lo que permitirá a Hamas mantener credibilidad entre la población de Gaza que clama venganza por los bombardeos israelíes. A Netanyahu, por supuesto, no le importa que los trabajadores en el sur de Israel sigan siendo golpeados de vez en cuando por cohetes, siempre y cuando el control en Gasa continúe a largo plazo.
La guerra de los actuales gobernantes va en contra de los intereses de los trabajadores judíos en Israel. Los asesinatos masivos en Gaza no harán que sus vidas sean más seguras. Por el contrario, el ministro de Finanzas Yuval Shteinitz ya ha anunciado recortes presupuestarios masivos (con excepción de los militares, por supuesto) para financiar esta guerra costosa, recortes que empeorarán las vidas de los trabajadores judíos.
El odio predicado por la clase gobernante de todas las naciones y credos sirve sólo a los barones de Hamas y las 19 familias gobernantes de Israel, que se ríen todo el tiempo, mientras que los trabajadores nos apretarnos el cinturón por una guerra sin sentido que sirve sólo a las ganancias de los gobernantes.
Nosotros en el Partido Laboral Progresista nos oponemos tanto a Netanyahu y sus patrocinadores - los capitalistas israelíes – como a los capitalistas jefes de Hamas en Gaza. Nosotros no somos pacifistas, sin embargo, solo admitimos un tipo de guerra: la guerra de clases librada por la clase obrera contra los explotadores capitalistas. Los verdaderos terroristas aquí son ambos, Hamas y el gobierno de Netanyahu y sus patrocinadores, los grandes magnates, que nos convierten en esclavos de sus ganancias.
La única respuesta real a la pobreza y la guerra es salir a las calles y luchar contra nuestro propio enemigo - los capitalistas. ¡Debemos luchar para derrumbar las fronteras entre los trabajadores erigidas por los capitalistas para separarnos! Sólo la revolución comunista hará posible una sociedad dirigida por y para la clase trabajadora y podrá liberarnos de la explotación capitalista que oprime a los trabajadores y los sacrifica en esta guerra. ¡Trabajadores del Mundo, Uníos!