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Haití: Partidarios de Huelga Estudiantil Defienden Internacionalismo Comunista

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28 Febrero 2013 60 visitas

“Todo lo que hacemos cuenta.” Los revolucionarios del PLP internacional decimos esto a menudo. Queremos decir que ahora tenemos que ver cada actividad para organizar a los trabajadores como un paso en la forja del movimiento comunista que estamos reconstruyendo paso a paso. Hay que aferrarse a esa idea, especialmente ahora, que la clase trabajadora confronta derrotas en nuestras batallas por reformas cotidianas, las huelgas y protestas en todas partes y que DESAFIO reporta. Perdemos porque no tenemos un partido comunista masivo que pueda unificar nuestras luchas, reforzarnos, y avanzar el principio de quitarle al explotador todo lo de valor que nosotros creamos como trabajadores y que ellos nos roban para lucrarse.
La carta de los estudiantes de Haití en apoyo a la huelga de los chóferes escolares en NYC (DESAFIO, 27 de Feb) propone la idea como una meta internacional, diciendo que los trabajadores “de todas partes deben unirse para luchar bajo la bandera roja”. Este mensaje de apoyo cuenta porque levanta la mirada de los huelguistas de las luchas locales, que puede que no ganen en su nivel más amplio, como una clase internacional, para cambiar el juego por completo. Esta generación de estudiantes radicales en Haití han peleado y perdido muchas batallas (y han ganado algunas), pero se niegan a desesperarse.
Conforme se van graduando y se convierten en trabajadores van a seguir luchando, muchos de ellos, porque tienen la esperanza que una clase trabajadora unificada, internacional y liderada por comunistas puede lograr lo que las acciones locales desconectadas no pueden. Por eso escribieron esa carta. Para ellos, y para todos nosotros, eso cuenta porque representa un pequeño ejemplo de esa esperanza y decisión revolucionaria que el movimiento comunista internacional le puede llevar a los trabajadores, que a menudo pierden sus batallas locales por separado.
En Haití, la desesperación es precisamente lo que los patrones esperan generar (lea cualquier noticia periodística sobre Haití.) Pero los maestros sindicalizados y los chóferes de autobuses y conductores, que ya han liderado amargas luchas con pocos logros inmediatos (lea la historia de la huelga de maestros en la edición de noviembre y diciembre de DESAFIO), también escribieron cartas de apoyo a los huelguistas del Local 1181 de ATU. No tienen la llama revolucionaria de la carta de los estudiantes, pero lleva la sinceridad del mensaje entre trabajadores en lucha de diferentes países. Ellos cuentan como rechazo a aceptar una derrota. Se elevan por encima de la desesperación local para encontrar la esperanza en nuestro potencial como clase internacional.
Los chóferes despedidos de Puerto Príncipe, por ejemplo, en su carta hacen un llamado por el “respeto a los acuerdos ratificados por todos los países sindicalizados en el mundo – así como por el respeto por nuestros derechos humanos como trabajadores” ¡Este es un respeto que ellos en Haití no tienen de ningún modo! A todos los despidieron por irse a la huelga (como a los controladores de transito aéreo bajo Reagan), inclusive cuando eso es ilegal bajo las leyes laborales Haitianas.
Hasta ahora no han recuperado sus trabajos, y el desempleo en Haití es una sentencia vitalicia. Aun así, ellos mantienen viva la idea del internacionalismo; aunque en forma liberal, aun pueden ver la necesidad de hacer un llamado por el respeto a los trabajadores como un derecho humano internacional, y señalan acuerdos logrados por los sindicatos de trabajadores internacionalmente – aun cuando ellos mismos son la prueba que bajo la dictadura patronal esas leyes laborales liberales, y discusiones sobre los derechos humanos en general, ¡a menudo no valen ni el papel en el que están impresos!
La carta de los chóferes también les agradece a los trabajadores de EEUU, incluyendo a los trabajadores del transporte, “que siempre nos han apoyado con los diferentes problemas que confrontamos en Haití.” ¡Obviamente esto no es verdad en lo que se refiere a los vendidos líderes del sindicato de transportistas! Pero estos trabajadores han visto directamente el apoyo de los sindicalistas de bases por varios años, y saben que eso cuenta. Responden, escribiéndoles a los huelguistas en NYC, porque ellos saben que eso también cuenta. Estos son pequeños pasos al internacionalismo proletario, pero que cuentan.
Los trabajadores multinacionales del Local 1181 (no pocos de Haití), deben recibir una carta como esta como si fuera la de un hermano o hermana. Los debe hacer sentir como que tienen una conexión como trabajadores – en la misma industria, en este caso – aunque las fronteras patronales traten de separarlos. Es la función de los revolucionarios trasformar esta conexión en camaradería comunista.
La carta de los maestros a los huelguistas del 1181 tiene el mismo espíritu internacionalista: “La lucha por la seguridad laboral, tan atacada por los patrones y gobiernos durante esta crisis capitalista, es algo que tenemos en común. Merece la más alta solidaridad internacional. Por eso es que desde Haití apoyamos fuertemente esta huelga”. Este mensaje tampoco enarbola la bandera roja, pero, ¿no está acaso muy cerca de hacerlo? Demuestra que cada grupo de huelguistas de cualquier país confronta un enemigo común, el sistema capitalista, con sus crisis constantes y la conexión entre los patrones y el estado.
Hace un llamado a la solidaridad internacional en una lucha de clases común contra un enemigo de clases común. Esto también debe resonar con los huelguistas de Nueva York; ellos saben que los trabajadores de todas partes (en sus países de origen, por ejemplo) tienen los mismos problemas, aunque “en diferentes grados”, como lo pone la carta de los estudiantes. Es el trabajo de los PLPistas elevar esta verdad a un nivel más alto y reclutar huelguistas en Nueva York y a los maestros y transportistas en Haití al partido.
De esta temporal, pero real y cruel, derrota en la lucha de clases de hoy, puede salir la victoria, si cada lucha fortalece nuestras fuerzas para la próxima lucha y especialmente si nuestros esfuerzos por crear un PLP masivo que necesitamos para alcanzar la victoria “en la lucha final”, como anuncia el himno de los trabajadores rojos, la “Internacional”. Esta es una verdad amarga porque implica confrontar años y hasta generaciones de derrotas; y es difícil aferrarse en medio de la cólera y el dolor de la derrota. Pero puede traernos una esperanza nacida de la desesperación.
Estas cartas desde Haití deben inspirarnos. La clave de las victorias patronales hoy es que ellos tienen el poder del estado. Así que todo lo que debilite su control y fortalezca nuestras fuerzas, cuenta; todo lo que hacemos ahora – lo más pequeño – para forjar un PLP  capaz de arrancarles ese poder cuenta. Las cartas de nuestros camaradas y amigos en Haití es un ejemplo vivo.