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‘Reforma Educativa’ Una lección de Guerra de Patrones

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14 Marzo 2013 53 visitas

El Partido Laboral Progresista repetidamente ha advertido a los trabajadores sobre las guerras que llevaran a una guerra mayor, con la que se decidirá cual capitalista(s) controlara el mundo.  Hemos analizado que la clase dominante de EEUU usara su poder estatal para preparar y tratar de movilizar la población aquí para la guerra.  
El 20 de Marzo del 2012, El Consejo en Relaciones Exteriores de EEUU (CFR, sigla en inglés) la Fuerza de Trabajo Independiente (FTI) en Reforma Educativa y Seguridad Nacional de EEUU, presento un reporte de 96 páginas.  El CFR es el principal consejero de la clase dominante estadounidense y que dirige la política exterior de EEUU e influencia oficiales de gobierno que son instrumentales para sus planes.  Es importante saber que esta Fuerza de Trabajo es dirigida por Condoleezza Rice, anterior Secretaria de Estado bajo la administración Bush (figura importante en ambas guerras en Irak), y Joel Klein, ex canciller de las Escuelas de la Ciudad de Nueva York.
Los gobernantes de EEUU tratan de tomar la oportunidad creada por la derecha, el movimiento “reformar la educación” (RE).  Ha movilizado con éxito a padres y otros para atacar maestros sindicalizados de las escuelas públicas; han demandado el uso de los exámenes estandarizados para evaluar a maestros en base a esta información; ellos hicieron populares las escuelas chárter y el cierre de las escuelas públicas; y pidieron que el gobierno del estado instituyera un “currículo básico común.”  El movimiento RE es responsable de los superintendentes derechistas como Michelle Rhee en Washington, D.C.  y Cami Anderson en Newark.  
Utilizando la plataforma RE, el FTI propone usar un currículo estándar para “asegurar que estudiantes dominen las destrezas y conocimiento necesario para salvaguardar la seguridad nacional del país,” es decir: ejército, servicio exterior y destrezas de defensa industrial; para crear más patriotismo en clases de cívica y en otras asignaturas; agudizar la competencia entre las escuelas públicas, chárter, y privadas; e instituir una “fiscalización de disposición en seguridad nacional” para poder censurar a los educadores que no logren estar en concordancia con los planes de los patrones.  
Esta auditoria también inculcara en estudiantes y maestros ideas nacionalistas y competitivas.  Todo esto permite que la clase dominante pueda tener un nivel más alto de control social (fascismo) en las escuelas y preparar a los jóvenes de EEUU para un futuro conflicto con uno o más de los principales competidores en el mundo (guerra imperialista).
Envolviendo su retórica en el fantasma de la amenaza al “papel de liderazgo” de EEUU en el mundo, el reporte del FTI delata su verdadera agenda.  Dice explícitamente que en EEUU “la crisis educativa es una crisis de seguridad nacional” (pg 7).  Sus “5 amenazas distintivas” incluyen la competitividad y crecimiento económico de EEUU, seguridad física, propiedad intelectual, conocimiento global, y unidad y cohesión (pg 7-13).  Cada una de estas “amenazas” significa un área que este grupo dirigido por la clase dominante ha identificado como crítico de enfrentar en su arremetida hacia el genocidio imperialista.  
Al citar el FTI estas amenazas refleja el crecimiento actual de China y otros imperialistas competidores, cuya meta es remplazar a EEUU en su actual posición de número uno.  El FTI dice que los trabajadores de EEUU no tienen la destreza necesaria para posibilitar a los negocios en EEUU de revertir estos desafíos aumentando la productividad por trabajador, elevando el nivel de ganancias de los patrones.  Ellos se lamentan que el 75% de la juventud en EEUU (especialmente negra y latina) no este calificada para unirse al ejército.  Esto sucede porque muchos no se gradúan de la escuela superior o no están preparados mental o físicamente para ser soldados en ese ejército de alta tecnología.  
El reporte además critica las escuelas de EEUU por no producir suficientes graduados en idiomas extranjeros que puedan trabajar como diplomáticos, espías, en las Fuerzas Especiales y como agentes de EEUU en corporaciones foráneas.   El FTI también cita la creciente “grieta educacional/movilidad” (en realidad un producto de la crisis económica patronal además de sus políticas racistas y anti-obreras).  Ellos creen que esta creciente desigualdad perjudicara la lealtad de los trabajadores y su voluntad de morir por el imperialismo estadounidense.
El FTI teme que “esta tendencia obligue a EEUU a mirar hacia adentro y ser menos capaz de ser una fuerza estabilizadora en el mundo.”  Este panorama representa el pensamiento de casi todos los poderosos capitalistas para quienes “estabilidad” significa, el continuo dominio político y económico por Estados Unidos.
Las fuerzas del PLP, dentro y fuera de las escuelas, debemos mostrar estas metas nefastas.  Así como el movimiento de “reformar la educación” le ha dado a los gobernantes la oportunidad de usarlo para sus propósitos, el liderato comunista en las escuelas puede voltear las cartas contra ellos.  Un movimiento militante izquierdista de masas de estudiantes y trabajadores contra el racismo, fascismo y guerra imperialista podrían ser un componente importante de la lucha del PLP hacia la revolución comunista.