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Los Capitalistas son los Verdaderos Terroristas

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25 Abril 2013 55 visitas

Bajo el capitalismo, el terror es constante para la clase trabajadora internacional.  Recientemente, los trabajadores de EEUU han sufrido una serie de ataques asesinos, en línea con el terror mundial que los imperialistas estadounidenses y sus aliados infringen sobre los trabajadores en todo el mundo.  El 15 de abril, el día que bombas terroristas asesinaron a tres e hirieron a por lo menos 170 en la maratón de Boston, treinta personas fueron asesinadas y muchas más heridas en Irak, por los drones (aviones no tripulados) asesinos de Obama que llenan de terror a Afganistán y Pakistán (ver recuadro).
Dos días después, la indiferencia por la seguridad de los trabajadores causo una explosión en una planta de fertilizantes en la ciudad de West, en Texas.  Este crimen del capitalismo masacro a 15 e hirió a más de 100, destruyo tres escuelas públicas y destrozo cientos de hogares.
La respuesta oficial de EEUU a estas atrocidades golpeo aún más a los trabajadores.  La cacería y toque de queda de Obama se convirtieron en un día pesado para la imposición de ley marcial de los patrones. Casa por casa, escuadras elite rompían puertas buscando a los supuestos terroristas.  Mientras que miles de policías y tropas cerraban la ciudad y sus suburbios por un día entero, robándoles a los trabajadores sus salarios.   
Pero la respuesta en Texas no fue menos amenazadora.  Los patrones imperialistas no hicieron operativo para capturar a Donald Adair, dueño de la fábrica, por asesinato masivo, solo una severa advertencia de atención a su agenda de guerra. Mientras tanto Adair, muy cómodo en su mansión, anuncio la inquisición de aquellos trabajadores que su avaricia asesino, hirió o quedaron sin hogar (ver abajo).
Juntos estos dos desastres muestran las intenciones de los gobernantes capitalistas de EEUU.  Mientras planean una guerra más extensa afuera, aclimatan a la clase trabajadora doméstica a la destrucción y el terror fascista.
Las agencias de inteligencia estadounidense y rusa, sabían de los hermanos bombarderos de Boston en el 2011 cuando el FBI, a insistencia de Moscú, investigo al mayor Tsarnaev.  Parece imposible que las raíces de las explosiones en Boston se encuentren en el tire y afloje de dos rivales imperialistas cada vez más hostiles.    
Pero en realidad los hermanos Tsarnaev pudieron no actuar solos.  Aun no lo sabemos.  Pero lo que los haya motivado a atacar el maratón, ambos patrones, rusos y estadounidenses, buscan aprovechar las repercusiones.  Vladimir Putin, presidente ruso, espera usar a Boston para aumentar el apoyo a su brutal represión de separatistas islámicos en Chechenia, donde nacieron los Tsarnaevs, quienes se mudaron después a EEUU (el más joven se hizo ciudadano de EEUU).
El oportunista Barack Obama y Co.  También saltaron, haciendo un rápido desplazamiento de la prensa deportiva convirtiéndola en una campaña nacional por el patriotismo militarista.  Después del 15 de abril, casi todos los deportes profesionales, beisbol, básquet, hockey, en EEUU, empezaban y terminaban con un bien orquestado tributo a Boston, preparando la base para una subsecuente operación militar.
El 19 de abril, cuando atraparon al joven bombardero, la gente se reunía en las calles para aplaudir a la policía que pasaba en autos blindados.  Eso fue un mal presagio para la clase trabajadora.  Pero aunque trataran, la prensa no pudo producir imágenes de trabajadores negros y latinos aplaudiendo a la policía.  
Desde 1995, estos mismos policías de Boston han asesinado a 20 víctimas inocentes, todos negros, latinos o de Cape Verdean.   Existen ocho veces más presos negros y seis veces más latinos presos que blancos en las prisiones de Massachusetts, donde la población es 76% blanca “no-hispana” (ver Proyecto Sentencia, 2007).  Un segmento crítico de la clase trabajadora no tiene ilusiones sobre el verdadero papel de la policía.  
En Texas, no fue terrorismo, solamente capitalismo rutinario con un toque de fascismo, de acuerdo a las futuras necesidades de guerra capitalistas.  Para aumentar la producción e ingresos, Adair, dueño de la fábrica, había estado almacenando “1,350 veces la cantidad de nitrato de amonio [agente altamente explosivo] lo cual normalmente podría causar una inspección del U.S. Department of Homeland Security [DHS]” (Reutiers, 20/04/13). Esta práctica peligrosa solo la pudo hacer el dueño de West Fertilizer, no sus trabajadores.  Los trabajadores no compran camiones de químicos.
Atrapado desobedeciendo a Washington, Adair, presento a sus trabajadores, como los presuntos culpables, al aparato policial que tanto desprecia, el FBI y DHS.  “Estamos presentando a todos los trabajadores para entrevistas…con las agencias investigadoras,” dijo.  
El ala imperialista guerrerista del capital financiero de EEUU está utilizando a West Fertilizer para presionar por un control gubernamental más firme y centralizado de la industria, incluyendo las peligrosas sustancias necesarias para la guerra.  El 20 de abril, el New York Times publico una columna por Bill Minutaglio, un profesor liberal de la universidad de Texas en Austin, declarando:
Ya es hora para que la patológica anulación de vigilancia termine en Texas.  Para entender cuan profunda es la resistencia a la regulación estatal, uno solo necesita escuchar al procurador general del estado, Greg Abbott, quien, muy seguido, encabeza los rechazos a imperativos federales. A principios de año se le pregunto cuál era su trabajo, el contesto; “Voy a la oficina en la mañana, demando a Barack Obama, y me voy a casa.”
Los imperialistas de EEUU usan el alimento como arma en “tiempos de paz” y de guerra.  Premian a sus amigos y niegan alimento a sus enemigos.  Predominio en una industria critica como la agricultura donde los fertilizantes son importantes, fue esencial para el éxito de imperialistas de EEUU en la primeras dos guerras.  Ellos esperan una ecuación similar en la próxima.  Los grandes capitalistas financieros no confían  en tipos como Adair, quien es anti-gobierno y que una vez demando a Monsanto, insignia de los imperialistas de EEUU.  Hasta el 17 de abril, Adair acumulaba, ignorando las órdenes de DHS, el químico volátil esencial para la agricultura, con el cual Timothy McVeigh armo sus  bombas en 1995 y detono en el edificio federal de  Oklahoma City.
Desde Boston hasta Texas, podemos ver como se agudiza el fascismo doméstico y las preparaciones para la guerra mundial.  Nuestro enemigo de clase, los capitalistas, parecen demasiado poderosos.  Pero la historia muestra que la lucha de clases persiste y acelera la reacción a los ataques de la clase dominante. Muestra que la miseria creada por las guerras de los gobernantes puede ser crisol para la revolución comunista, si los trabajadores están organizados y dirigidos por un partido luchador de y para la clase trabajadora.   
El 1ro de Mayo simboliza esta lucha.  Las acciones del Partido Laboral Progresista contra el racismo en los asesinatos de Shantel Davis, Kimani Gray y Ramarley Graham por la policía de Nueva York; la lucha del PL contra los desalojos de trabajadores palestinos por gobernantes israelitas; contra los líderes sindicales vendidos en Metro de Washington, D.C.; contra los gobernantes mexicanos que inundan los hogares de trabajadores cerca de la ciudad de México; contra las fuerzas de EEUU-UN responsables por la extensión del cólera en Haití; contra la negligencia hacia los trabajadores en Pakistán abatidos por los terremotos.  Todas estas luchas están construyendo las fuerzas que pueden contrarrestar el terror capitalista para al fin destruir el sistema de ganancias y construir una sociedad de los trabajadores: Comunismo.  
El 1ro de Mayo representa la necesidad de unirse a este movimiento.  ¡Únete al PLP!