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El Eslabon Perdido: Genocidio Guatemalteco e Imperialismo de EEUU

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23 Mayo 2013 47 visitas

Juicio y Sentencia al Genocida Ríos Montt Evade Responsabilidad de Muchos Otros Genocidas Como Oto Pérez Molina y los Imperialistas Norteamericanos.
Hay una larga historia de apoyo político y militar directo de E.U a los dictadores y golpes de estado en Latinoamérica. Desde que la CIA orquestó el golpe de estado contra Jacobo Arbenz en 1954, E.U continuó dando apoyo a una serie de dictadores y genocidas por todo el continente. E.U utilizó estos dictadores como baluartes en su llamada cruzada anticomunista, particularmente después del triunfo rebelde en Cuba en 1959, para mantener su control sobre los recursos naturales, mano de obra barata y mercados, en el que siempre han considerado su patrio trasero y al que otros imperialistas; rusos, europeos y chinos le disputan y actualmente le han ganado terreno.
En 1981, Reagan intensificó el genocidio contra la población y la guerrilla en Guatemala, El Salvador y en contra del gobierno sandinista en Nicaragua. El exterminio de la población indígena en Guatemala fue tan brutal que Washington trató de encubrir su participación, triangulando el envío de armas con el gobierno de Israel.
Cuando el genocida Ríos Montt fue impuesto mediante un golpe militar en 1982, funcionarios de la administración Reagan lo abrasaron entusiastamente como su aliado. Ríos Montt fue recibido por Reagan en la casa blanca para concretar el apoyo militar. Entonces, Ríos Montt queriendo justificar la ayuda militar, declaró, “No practicamos la política de tierra arrasada, sino la táctica de comunistas quemados” aunque el 90% de los muertos fueron civiles. E.U suministró helicópteros, morteros, lanza granadas, ametralladoras y efectivos militares que en el campo entrenaron a los escuadrones de la muerte y dirigieron las matanzas contra la población civil. En los 90s se reveló que la CIA tuvo en su nómina a muchos altos militares durante ese periodo, incluido Otto Pérez Molina. En 1983, Elliott Abrams, secretario de Estado adjunto defendió al genocida Ríos Montt declarando que había “traído considerables progresos” en materia de derechos humanos.
Los imperialistas de E.U como Ríos Montt son los principales responsables de todas estas atrocidades, culpables de la muerte de cientos de miles de trabajadores y campesinos, y de causar el éxodo de otros cientos de miles que se refugiaron y emigraron para poder sobrevivir. Miles de ellos actualmente inmigrantes en E.U.
El racismo institucional capitalista que por siglos ha condenado a los trabajadores indígenas al aislamiento, segregación y opresión, facilitó el trabajo de los exterminadores que exacerbaron el racismo anti-indígena acusándolos de “violentos y una amenaza para la Nación”. El entonces vocero de Ríos Montt, Francisco Bianchi, vociferó que había que matar a los indios, porque estaban colaborando con la subversión. También para apoderarse de sus tierras ricas en recursos petroleros.
El PLP sostiene que la lucha en contra del racismo es cuestión de vida o muerte para los trabajadores.
 Testimonios durante el juicio describieron la crueldad de las matanzas. En cada aldea, los soldados asesinaban en masa, con horror y crueldad. A muchos les sacaban el corazón, a las mujeres las violaban y luego las quemaban, a las embarazadas les extraían su cría y la reventaban en los árboles, a los niños les cortaban la cabeza y terminaban incendiando todo el pueblo. Capitán Jesé García, oficial del ejercito de E.U, explicó a un reportero del Washington Post como enseñó a los soldados guatemaltecos la técnica para destruir pueblos enteros. La misma crueldad está siendo utilizada por los gobernantes para aterrorizar a la población, particularmente en Centro América y México, en nombre de la guerra contra el narcotráfico.
Ningún trabajador en el mundo debe olvidar el exterminio de comunidades que se atrevieron a luchar por una vida mejor. Debemos honrarlos luchando toda nuestra vida para erradicar de la faz de la tierra al capitalismo y el imperialismo creadores de estos genocidios contra la clase trabajadora.
El mayor Tito Arias, nombre que usó Otto Pérez Molina, actual presidente de Guatemala, fue uno de los operadores de las matanzas ordenadas por Ríos Montt, hay videos en la Red donde este siniestro personaje, durante una de las matanzas describe la efectividad de las armas subministradas por E.U especialmente los helicópteros artillados, y las bazucas sin retroceso de 3.5 pulgadas, diseñadas como una arma antitanque, pero eficaz contra las personas y las chozas de paja.
Recientemente, Pérez Molina ordenó “estado de sitio” y suspendió las libertades civiles en respuesta a una protesta medioambiental en cuatro ciudades mineras. Ahora está solicitando a EU ayuda militar directa para su guerra contra el narcotráfico (NYT 5-13-13) Este verdugo ataca a los trabajadores no a los narcotraficantes. Usted apostaría a que el Lord de los Drones no enviará ayuda militar a este genocida, hágalo si quiere perder.
La pesadilla capitalista no termina ni terminará hasta que la clase trabajadora se levante como uno solo para acabar con sus opresores capitalistas e imperialistas. El PLP está unificando a todos los trabajadores del mundo con este propósito, únetenos.