Acabo de regresar de la protesta, en un barrio obrero del Bronx, contra la falta de justicia para Ramarley Graham.  Con tan solo 12 horas de aviso, 200 de nosotros nos reunimos en respuesta al llamado de Frank Graham, quien nos pidió nos reuniéramos por su hijo frente a la oficina del procurador del Bronx.  El tema era “justicia” pero la realidad es todo lo opuesto.  Las consignas eran familiares y fuertes,  la amargura de sus vidas saliendo con los cantos.  
“¡Ellos dicen que retrocedamos, nosotros decimos: luchar!”  En su nombre, a nombre de todos los caídos.   Bajo proceso el juez fallo en contra del caso del policía Richard Haste, quien asesino a Ramarley en su propio baño frente a su abuela, pero, como siempre imparcial,  dejo el caso abierto para otro gran jurado.  Anoche el gran jurado rechazo la acusación.   “Ellos dicen retrocedan”  La familia Graham quiere ahora demandar una investigación federal.  “Nosotros decimos: luchar”
Mi corazón sangra por ellos cuando Frank dice, “todo está oscuro,” pero el gobierno federal investigando a los escuadrones de la muerte del NYPD del Bronx ¡es una farsa! El gobierno de EEUUU es el rey de los escuadrones de la muerte en todo el mundo, desde Vietnam al Congo al Salvador a Irak, solo por mencionar algunos de los lugares en donde los Ramarleys han sido asesinados en sus hogares por los matones del gobierno durante mi vida. “Nosotros decimos: Luchar”,  ¿Cómo? Me viene a la mente una imagen de la película Hombres Libres de Ismael Ferroukhi, las mujeres y hombres trabajadores del partido comunista argelino en Paris luchando contra la ocupación nazi junto a sus hermanos y hermanas francesas para después ver como la colonia francesa volteo las armas contra ellos en Argelia.   
Siempre lucharemos, muchos de nosotros.  Pero tendrá que ser de manera que nos demos cuenta del cruel predicamento de nuestros antecesores comunistas argelinos, y de los Grahams de hoy.  Luchar siempre es necesario pero ninguna lucha parece ser suficiente.  Pienso en cómo, aun con el poder estatal ganado y mantenido a tan terrible costo, las primeras revoluciones tuvieron muchos problemas tratando de transformar este podrido mundo.  Ninguna lucha, ni siquiera la revolución es suficiente.  Todo siempre parece estar obscuro cuando nos damos cuenta.  Es la verdad dialéctica de que nada está quieto al fin, nada es el final, nada es seguro, todo cambia, nosotros debemos mantenernos en movimiento y mantener el paso.  “La libertad es la conciencia de la necesidad.”  

Pero nos sobreponemos de alguna manera, la lucha continua más dura más lista la próxima vez.  Un puñado de gente de nuestro sindicato estaba ahí, como siempre durante este largo año, porque Ramarley Graham debería haber vivido.  Un día de aprendizaje, tan cerca de asesinato estatal legal de un joven negro del Bronx.  “¿NYPD, KKK, cuántos niños han asesinado hoy?” La pancarta decía simplemente, “Richard Haste, no puedes esconderte,” todos los que estábamos sabíamos la consigna, creada por el PLP, continua, “Te acusamos de genocidio.”
 Una larga historia de genocidio, en esta ciudad racista, este país racista, este continente racista, este planeta de barriadas racistas, que siguen creciendo.   Pero también con aquellos que decimos, no.  ¿Quién tendrá la última palabra?  ¿Cuál será esa palabra? Por ahora es “¡NO!” La familia Graham ha estado inspirando a oradores de esa palabra.  Sera “¡NO!” hasta nuestro último suspiro, hasta que no podamos hablar más, por todos los hijos e hijas caídas.  Libertad.
Maestro de Nueva York