Septiembre: En las dos semanas anteriores miles de campesinos, camioneros, mineros, maestros y estudiantes  han estado en huelga para protestar por la fuerte caída de las condiciones de vida por el acuerdo de “libre comercio” entre E.U. y Colombia. El acuerdo, una extensión del Acuerdo de Libre Comercio Norte Americano (NAFTA) se firmo hace un año. Forza a los pequeños agricultores en Colombia a competir con grandes conglomeraros agrarios de E.U.
El gobierno está tratando de terminar la huelga, que ha bloqueado 30 carreteras alrededor del país, prometiendo negociaciones y millones en inversiones – promesas que han roto repetidamente en el pasado. Nadie debería estar sorprendido por la crisis que el acuerdo de comercio ha causado. Por años,  Los pequeños agricultores y organizaciones sociales han sufrido los efectos que tendría en mayoría de empobrecidos trabajadores rurales en Colombia. Los salarios de las familias campesinas, son los más bajos en el país, han bajado 70 porciento. Eso resulta como pena de muerte para los campesinos.
Cuando se firmo el acuerdo, el ex – vicepresidente Francisco Santos reconoció que habría “perdedores”, pero no le importo. Con emoción visible, afirmo que habría “ganadores”. ¡Debía haberse estado refiriendo a las grandes compañías agropecuarias y los capitalistas locales quienes trabajan con ellos! Un año más tarde, han incrementado las importaciones subsidiadas de arroz a Colombia por un porcentaje astronómico de 2,000. Los pequeños campesinos locales no pueden competir con los precios bajos del arroz importado.
No era una exageración cuando el arzobispo de Tunja, Luis Augusto Castro, llamo el acuerdo de comercio un “engaño”. Como dijo Karl Marx, el estado es la oficina de la cual la clase capitalista hace sus negocios. En Colombia, ese estado es una oficina transnacional dirigida por personas quienes odian a los obreros colombianos y están mas cerca a Nueva York que a Ciudad Bolívar.
En reacción a la ira de los obreros, los patrones han cometido grandes violaciones a los derechos humanos. Han usado el Acta de Seguridad para criminalizar protestas sociales y el ejercito para reprimir “el enemigo interno” – obreros manifestantes y campesinos. Estos patrones arrogantes quieren obreros pasivos quienes simplemente voten y apoyen los partidos de los patrones.
Arrestos arbitrarios han llevado a la cárcel más de 300 líderes cargos de “rebelión”. Igualmente han desenmascarado la  cacareada democracia colombiana  como dictadura de clase, que nosotros en el Partido Laboral Progresista  sabemos debemos destruir.
Amigos militantes y lectores de DESAFIO han estado en estas demonstraciones con nuestra literatura y consignas. Traen nuestro mensaje de lucha internacionalista en contra del nacionalismo, revisionismo y oportunismo. Mientras participan en luchas de reformas inmediatas, también dejan claro que solo una revolución comunista puede fundamentalmente cambiar el sistema en el que vivimos. Solo el comunismo puede terminar el imperialismo, nacionalismo, racismo, sexismo y su sistema letal de ganancias.