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Estado Policiaco Racista es Nocivo Para La Salud

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04 Noviembre 2013 38 visitas

Mientras cientos de miles de obreros y profesionales de la salud pública se reúnen en Boston para su reunión anual de APHA (Asociación Americana de Salud Publica), están abriendo de piernas a miles de jóvenes negros y latinos sobre patrullas de NYC bajo el programa infame del alcalde Bloomberg de “Parar y Revisar”. Si le dan cargos de un crimen, como posesión de marihuana, tienen un buen chance de hacer parte del 3(2?). 5 millones de prisioneros en los E.U. el sistema más grande de población prisionera en el mundo.
Están honrando al alcalde billonario de Nueva York como “legislador del año,” basado en campañas que reducen el consumo de bebidas azucaradas de Neoyorkinos y de grasas saturadas. Pero también ha arruinado la vida de miles con su programa racista de “parara y revisar”, veto leyes de paga de ausencia de enfermedad y ha combatido en contra de legislación de salarios con uñas y dientes. Adolfo Hitler, quien era un vegetariano, instituyo la primera campaña pública de salud en contra de los cigarrillos en Alemania Nazi en los 1930s. Nadie ha propuesto que el APHA lo honre por sus leyes innovadoras de salud pública.  
Programas racistas como “Parar y Revisar” o la “Guerra Contra las Drogas” dicen hacer nuestras ciudades más seguras. De hecho, están hechas para aterrorizar jóvenes de la ciudad para aceptar un futuro de guerra, pobreza y desempleo. Esto no se trata de prevenir el crimen. De acuerdo a la asociación de Libertades Civiles Americanas (ACLU), la tasa de crímenes violentos en NYC había caído años antes de que Bloomberg comenzara sus perfiles raciales y acoso en las calles de Nueva York. Similarmente, de acuerdo a las encuestas en el momento, cuando Reagan anunció la “Guerra contra las Drogas” solo 2% de estadounidenses identificaban el uso de drogas como un gran problema en nuestras ciudades (véase el análisis mejor vendido de Michelle Alexander, The New Jim Crow: Mass Incarceration in the Age of Colorblindness). La única cosa conseguida por la “Guerra Contra las Drogas” es que ahora, es más probable para un joven negro ir a la cárcel que a la universidad.
Estos programas tan publicitados están diseñados para el control social. En Nueva York, los banqueros y desarrolladores de finca raíz quieren aislar a los obreros jóvenes y estudiantes de color y mostrarlos como depredadores y criminales. Quieren usar el racismo para dividir la clase obrera y plantar las semillas de desconfianza y miedo para desviar nuestra ira de aquellos quienes son verdaderamente responsables por el desempleo, recortes de servicios públicos y ejecución hipotecaria.
La Comisión de la ONU en Determinantes Sociales de Salud (una organización  no revolucionaria) señalo en su reporte del 2008 que “…el grado social en la salud entre países, y las desigualdades marcadas entre países se causan por la distribución desigual del poder, en salarios, bienes y servicios.” Aquellos en el poder desean mantenerse en el poder, entonces diseñan leyes que debilitan sus desafíos potenciales. Mas que no, estas leyes, como “Parar y Revisar” y de encarcelamiento masivo, tienen efectos devastadores en la mayoría de la población, dañando la salud y el futuro de millones. Pero hacen lo que están supuestos a hacer: mantienen la estructura del poder existente.
Pocos en la salud publica han tomado en serio la conclusión de la Comisan de la ONU, tan fuerte como suena. La Comisión escribió que debemos “atacar la distribución desigual del poder, dinero y recursos.” El Partido Laboral Progresivo está de acuerdo. Riqueza y poder, ahora en las manos de unos pocos, se debe redistribuir para que la masa de personas, la clase obrera, tengan lo que necesitamos y el poder de controlar nuestro futuro. Una sociedad donde se comparta la riqueza y el poder político pertenece a gente ordinaria de la clase obrera es lo que nosotros en el PLP queremos decir cuando usamos la palabra “comunismo”.
Ese futuro no vendrá pronto y no vendrá sin una revolución con  lucha violenta bajo el liderazgo de un partido revolucionario. Creando un movimiento masivo hacia en esa dirección nos mueve, pero solo hasta cierto punto. Necesitamos crear un movimiento mientras mantenemos la meta de largo tiempo en la mente: una sociedad basada en compartir la igualdad con el poder en las manos de la clase  obrera.