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Nelson Mandela: Traidor a la Clase Obrera

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16 Diciembre 2013 168 visitas

Mientras los gobernantes de EEUU y el capitalismo internacional glorifican a Nelson Mandela, mantienen una agenda escondida: esconder su colaboración con el asesino sistema de ganancias que controla Sudáfrica y el mundo.   Mandela se alió con los grandes patrones imperialistas de USA y británicos.  Bajo la capa de nacionalismo negro, el “fortaleció”  a capitalistas negros y ayudo a crear una pequeña clase de multimillonarios negros.  Junto a algunos de los más grandes capitalistas internacionales, estos patrones negros continuaron explotando y manteniendo en miserable pobreza a trabajadores en Sudáfrica.  
El desempleo en Sudáfrica hoy es 40% más que cuando estaban bajo el apartheid, el sistema de segregación legal que precedió a Mandela.  Según las Naciones Unidas, uno de cada cuatro personas trata de sobrevivir con menos de $1.25 al día.  Millones viven en casuchas miserables sin agua potable, electricidad ni instalaciones sanitarias.  En muchos aspectos, la clase trabajadora del país está en peores condiciones ahora que bajo el régimen de apartheid de la década de 1980.
La clase trabajadora internacional llevo a cabo una lucha mundial contra este sistema fascista. Como líder del Congreso Nacional Africano (ANC, siglas en ingles) y miembro del Partido Comunista de Sur África (que dirigió el movimiento en contra de apartheid), Mandela fue parte del movimiento masivo que uso la lucha armada en contra de un estado brutalmente racista. El y otros hicieron grandes sacrificios personales para la causa; Mandela pasó 27 años en prisión, la mayoría de ellos en trabajos difíciles en una cantera de piedra. Se convirtió en un símbolo de los medios internacionales por la lucha heroica de los obreros, anti-racista.    
Para el tiempo que salió de la cárcel, sin embargo, Mandela estaba siguiendo el guion de los políticos liberales y se alió con los patrones. Poco después se convirtió en presidente en 1994, su falso llamado por la “liberación” fue desenmascarada cuando paro las huelgas de los trabajadores por mejores salarios diciendo que “afectaría la inversión extranjera.” Su legado continúa en ANC, cuya policía de segregada  masacro a 36 mineros negros en el 2012.
Mandela traiciona a la clase que pretendía servir.  Nosotros no tenemos porque llorarle o glorificar a un traidor.  Se ganó su santidad secular al entregar a millones de trabajadores militantes en las manos de sus opresores capitalistas.  Ayudo a sus amos dueños de minas  a dirigir la lucha anti-apartheid hacia el apoyo del sistema de ganancias en vez de destruirlo.  Su ANC continúa apoyando el imperialismo de EEUU el cual está dispuesto a desatar una guerra mundial.  
Gobernantes de EEUU Apoyaron a Racistas de Sudáfrica
Mandela nunca cambio.  Nació en una familia aristócrata de la tribu Thembu, siempre simpatizo con la clase dominante.  Su evolución de terrorista a sirviente capitalista, al menos en los ojos de EEUU y sus aliados los gobernantes británicos, reflejaban un cambio en la rivalidad inter-imperialista al igual que las divisiones entre los patrones de Sudáfrica.  
Los afrikáners nacionalistas eran fastidiados por la influencia de los imperialistas británicos en Sudáfrica.  En 1984, con Gran Bretaña aun débil por la Segunda Guerra Mundial, se tomaron el poder político en una elección y establecieron el apartheid.  Durante la Guerra Fría, cuando EEUU y la Unión Soviética se enfrentaban en una batalla global por las esferas de influencia, Mandela se podría en la prisión mientras su ANC se inclinaba hacia la Unión Soviética, su única fuente de armamento.  Por décadas EEUU se mantuvo firme apoyando a los supremacistas blancos de Sudáfrica, régimen de habla afrikáans a pesar de la oposición mundial al apartheid. Ambos, EEUU y el Reino Unido etiquetaron a Mandela y el ANC como terroristas.
Fue hasta 1990, cuando la amenaza soviética se desvanecía, que estrategas de EEUU y el Reino Unido aprovechó la oportunidad de manipular a Mandela y botar a los afrikáners.  
Arma Secreta Anti-Comunista
Harry Oppenheimer, aliado británico, jefe de la familia más rica de Sudáfrica y odiado por los gobernantes afrikáners, fue el mas grande escudero de Mandela.  Por más de una década, los trabajadores negros perecieron por miles en las minas de diamantes, oro y platino de los Oppenheimer.  Oppenheimer mantuvo a Mandela congelado como su comodín anti-comunista, anti-afrikáner, por décadas.
La página electrónica del Nelson Mandela Center of Memory, financiado por los Oppenheimer (junto a David Rockefeller y Bill Clinton) cariñosamente traza la historia anti-comunista del ANC.  Cita a Mandela en un juicio de 1960: “Yo apoyo fuertemente la resolución de expulsar a los Comunistas del ANC.”
Pero, como el ANC seguía siendo pro-soviético, Oppenheimer tuvo que esperar el colapso del Kremlin para usar su comodín.  Para 1985 el ejército soviético había sido derrotado en Afganistán.  Sus ingresos petroleros se estancaron cuando el Presidente George H.W. Bush hizo un trato de reducción de precio con Arabia Saudita.  Mientras tanto el apoyo de los patrones estadounidenses al Partido de Solidaridad de Polonia y su rebelión minera anti-soviética debilitaba la influencia política del bloque moscovita.   
Ese también fue el año en que el Chase Manhattan Bank, bajo el presidente de consejo David Rockefeller, radicalmente paro los préstamos a los afrikáners.  En octubre de 1985, Margaret Thatcher, Primera Ministra del Reino Unido, informo al Presidente P.W. Botha de Sudáfrica del cambio por venir.  Mandela será liberado, le dijo, “tendrá más impacto que casi cualquier acción que tú pudieras tomar.”   Como escribió el New York Times (08/12/13), “Ya que el bloque soviético se había desintegrado y China se hizo capitalista, los últimos gobernantes blancos de Sudáfrica no eran necesarios como aliados en el lado correcto [EEUU] de la Guerra Fría.  Ellos sabían que el juego se acabó.”
El Falso Comunismo de Mandela
Un raro articulo despreciativo, “Nelson Mandela, Comunista,” por el antiguo editor ejecutivo del Times, Bill Keller, está entre los mejores en la desinformación anticomunista. Keller, pesca con exactitud el oportunismo sin principios de Mandela: “Fue en diferentes épocas un nacionalista negro y un no-racista, un opositor de la lucha armada y un abogado de la violencia, un bravucón y el hombre más calmado, un cliente del aparato marxista y un admirador de la democracia occidental, un socio cercano de comunistas y, en su presidencia, un socio cercano de los poderosos capitalistas de Sudáfrica.
Al mismo tiempo, sin embargo, Keller les atribuye la actual miseria de los trabajadores sudafricanos a los lazos de Mandela con los falsos izquierdistas, en vez de a su despreciable servicio a los capitalistas.  El columnista dice, “La afiliación comunista [de Mandela]…ayuda a explicar porque Sudáfrica no ha hecho grandes progresos en el mejoramiento de las vidas de su propia subclase.”  Pero, la verdadera queja de Keller con Mandela está en su propio historial familiar, el papá de Keller fue presidente de Chevron en la década de 1980 y gano millones con el régimen de apartheid.  
Es verdad que la protesta moral global contra Chevron y otros socios comerciales del apartheid pusieron en peligro sus ganancias. Pero también es verdad que Mandela era un retrógrado capitalista.  Después que Oppenheimer muriera en el 2000, Mandela elogio a su ángel guardián: “Su contribución en la construcción de colaboración... [Con] grandes empresas…nunca podrá ser apreciada demasiado” (Independent Online, agosto 21, 2000)
Una guerra más extensa se avizora entre las varias coaliciones de capitalistas, incluyendo China y Rusia, y la Sudáfrica estadounidense tiene una importancia estratégica enorme en el conflicto por venir, tanto por sus minerales como por la ubicación del Cabo de Buena Esperanza, punto estrecho de envió.  El último servicio de Mandela para sus amos estadunidenses y británicos fue su respaldo de la Fundación Brenthurst de Oppenheimer, financiada por la Fundación Rockefeller.  Brenthurst insta a toda África a seguir “el ejemplo de Australia” de cómo lidiar con China.  En otras palabras: vender materia prima por ahora, pero forjar alianzas militares con EEUU para prepararse para un enfrentamiento.  
Aprendiendo de Mandela
Hay mucho que aprender de Mandela/la experiencia sudafricana:
•    Para emancipar a la clase trabajadora internacional, nosotros nunca debemos aliarnos con ninguna facción capitalista.
•    Votar en las elecciones capitalistas solo puede producir más capitalismo.  En Sudáfrica produjo una clase más pequeña de multimillonarios negros que se unieron con sus contrapartes blancos.
•    La no-violencia protege la violencia perpetrada por los patrones. Cuando los mineros negros de Mariana hicieron huelga en el 2012, el “no-violento” gobierno del ANC llamo a la policía y masacro a 36 huelguistas.  Siempre que los patrones ven amenazadas sus ganancias por una clase trabajadora organizada, ellos no dudan en usar su poder estatal.  ¿Qué es, sino violencia racista cuando los gobernantes negros y blandos de Sudáfrica someten a los trabajadores a condiciones esclavistas? ¿Qué es, sino violencia racista cuando los patrones causan un sin número de muertes por pobreza, falta de servicio de salud, malnutrición y desempleo masivo?
•    Finalmente, ¿qué significa “liberación?”  Las masas de trabajadores y jóvenes en Sudáfrica aspiran primero a la liberación nacional y después al comunismo. (o socialismo, según lo veían)  Ellos fueron traicionados porque su teoría de las dos etapas permitió que los capitalistas anti apartheid mantuvieran el sistema de ganancias y continuaran explotando a la clase trabajadora.  La estrategia nacionalista fue una gran debilidad del viejo movimiento comunista en la Unión Soviética y China.  El Partido Comunista de Sudáfrica siguió esta misma línea política.  Igualmente dañino, el PCSA sumergió su política en el masivo reformista movimiento anti apartheid que juro “normalizar” el capitalismo.  Al aliarse con “capitalistas progresistas,” los trabajadores solo consiguieron más capitalismo.  Los grandes ganadores de la destrucción de apartheid fueron los patrones estadounidenses y británicos.  
Liberación para la clase trabajadora significa libertad del sistema de salarios que crea ganancias para los patrones y miseria para los trabajadores.  El heroísmo de los líderes comunistas como Joe Slovo y de miles de jóvenes en El Levantamiento de Soweto de 1976, cuando más de 700 fueron masacrados, no puede ser cuestionada. Pero su movimiento fue debilitado y efectivamente destruido desde adentro porque ellos siguieron las políticas equivocadas.  
Cuando Mandela y el ANC tomaron el poder y fueron unánimemente alabados como “libertadores” de las masas obreras por todos los grupos seudo-izquierdistas en el mundo, como por todos los capitalistas liberales, solo el Partido Laboral Progresista expuso su falacia de unidad con capitalistas “progresistas.”  El PLP fue atacado por todas y cada una de estas fuerzas.  Pero la prueba es contundente.  Pobreza masiva y la brutalidad racista continúa afligiendo a Sudáfrica.  Multimillonarios – negros y blancos – aún siguen ganando con la explotación de trabajadores.  La lección de Sudáfrica es clara: El nacionalismo significa la muerte para la clase trabajadora.  
Aunque la lucha antirracista masiva puede afectar a la clase dominante capitalista, no existe liberación para los trabajadores mientras el capitalismo prospera.  No podemos seguir el camino de Mandela de cambiar un grupo de explotadores por otro.  Mientras las celebraciones del legado capitalista de Mandela inundan el mundo, nosotros debemos llevar nuestro mensaje comunista a la clase trabajadora internacional.
La verdadera lección de la lucha en contra del apartheid es: ¡Únete y construye el PLP!