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CAMBOYA

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16 Enero 2014 31 visitas


Más de medio millón de obreros de la costura, mayormente mujeres jóvenes, están en huelga en Cambodia, donde minoristas internacionales han ido en manada a buscar ropa producida baratamente. Empleadores camboyanos exportan más de 5 mil millones de dólares en ropa al año, de lo cual los obreros reciben una fracción pequeña. El salario mínimo camboyano es solo $80 al mes, las condiciones de trabajo son abismales y la Organización Internacional del Trabajo recientemente reporto que fabricas de costura rutinariamente violan regulaciones de salud y seguridad, haciendo los lugares de trabajo trampas de muerte potenciales. Como dijo una mujer obrera: “A las fabricas no les importamos. Nos pagan poco, trabajamos duro y nos botan cuando no podemos trabajar por un momento.”
La lucha de clases en China subió los salarios al punto donde los minoristas globales como Wal-Mart, Target, Gap, Nike y Carrefour en Francia ahora miran hacia Cambodia a producir la ropa y zapatos que venden. Pero a donde sea que va el capitalismo, la lucha de clases –incluyendo huelgas y demonstraciones militantes- le sigue después. El número de huelgas en Cambodia incrementaron casi 170% entre el 2010 y el 2012, y los obreros de la costura camboyanos han liderado numerosas huelgas este año. Ahora han cerrado más de 500 fábricas. El viernes, 3 de enero, cientos de miles bloquearon el camino que lleva fuera de la ciudad capital de Phnom Penh, quemando llantas y reusándose a darse por vencidos por la policía. Están demandando que se doble el salario mínimo, a $160 al mes.
Como los gobiernos capitalistas por doquier, el gobierno camboyano del primer ministro Hun Sen está completamente al lado de los manufacturadores y sus compradores internacionales. Se está reusando a alzar el salario mínimo mas de $100 al mes, que casi ni cubre el costo de comida y el arriendo en las cabañas de madera sin agua o electricidad, dejando nada extra para emergencias (como enfermedad) o placer. El gobierno ha mandado policías con rifles AK-47 a atacar brutalmente los manifestantes, asesinando cuatro e hiriendo otros.
Actualmente hay una lucha política aguda en Cambodia entre el Partido de la Gente Camboyano (el partido gobernante de Hun Sen, que se debería llamar el “Partido de la Gente Rica”) y la oposición Partido Rescate Nacional, liderado por Sam Rainsy. El partido de oposición ha liderado demonstraciones de cientos de miles de personas demandando de que Hun Sen renuncie como Primer Ministro y piden nuevas elecciones. La oposición está usando oportunamente la rebelión masiva de los obreros de costura para atraer mas personas a sus manifestaciones prometiendo alzar salarios, disminuir precios de la gasolina y proveer cuidado de salud gratuito al pobre. Sin embargo, tan pronto llegue al poder, el Partido Rescate Nacional estará tomando órdenes de la clase rica de Cambodia y las compañías globales y bancos que hacen negocios con este. Su líder Sam Rainsy trabajo por años como un inversor banquero francés y hoy promete “limpiar al gobierno” que trabajara por parte de los inversores internacionales, en contraste con el gobierno lleno de corrupción de Hun Sen.  
Los obreros de Cambodia, al igual que los obreros de Bangladesh, han descubierto que sus intereses y los intereses de sus empleadores son diametralmente opuestos. Algunos de estos obreros explotados – como millones de obreros antes que ellos- han comenzado sin duda a pensar sobre crear una sociedad controlada por los obreros, sin dueños u oficiales del gobierno usando la fuerza para suprimir sus luchas.