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Patrones Comenzaran la Próxima Guerra…. ¡LOS COMUNISTA LA TERMINAREMOS!

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13 Febrero 2014 38 visitas

El fantasma del cataclismo económico hace la guerra entre China y Estados Unidos…impensable… ¿o no? Es más, los estrategas militares de China y Estados Unidos están pensando en el exquisito detalle..., cómo ganar dicho conflicto.  
--David Gompert, Director Interino de Inteligencia Nacional bajo Barack Obama, Los Ángeles Times, 26/8/13.
La guerra imperialista es inevitable bajo el capitalismo.  Solo la guerra puede resolver la competencia por recursos y mano de obra explotable de los poderes imperialistas, la fuente de su brutal sistema de ganancias.  La historia muestra que los capitalistas sacrificaran a millones de trabajadores para defender sus ganancias.  
Pero la historia también muestra que el peligro más grande del capitalismo – la clase trabajadora internacional  - puede trasformar la guerra mundial en una revolución comunista.  Ocurrió en la Unión Soviética después de la Primera Guerra Mundial.  Ocurrió en China después de la Segunda Guerra Mundial.  Y puede ocurrir otra vez si un movimiento comunista masivo es organizado bajo el revolucionario Partido Laboral Progresista.   Con liderato comunista, podemos convertir una crisis cuantitativa capitalista en un cambio cualitativo – en una sociedad dirigida por los trabajadores para llenar las necesidades de los trabajadores.  
En su descripción de las tensiones entre Estados Unidos y China, David Gompert, desafía el mito de que los lazos financieros entre naciones capitalistas aseguran la paz eterna.   Admite lo que Vladimir Lenin, el gran pensador y líder soviético dijo ha hace un siglo: La competencia imperialista es ineludiblemente violenta.  Pero, aunque analistas de la política capitalista, en general, están de acuerdo sobre el inminente conflicto con China, entre ellos existen profundas divisiones en cuanto a estrategia y táctica se refiere.  
División Estratégica de los Patrones
Por el momento, los patrones están divididos entre dos conceptos diametralmente opuestos: “AirSea Battle” [Batalla Aire-Mar] y “Offshore Control” [Control del Litoral].  Esta disputa estratégica se debe a la rivalidad interna y probablemente explica los recientes escándalos sobre hacer trampa en los exámenes, en la Fuerza Aérea y la Marina.  También saca a la luz las restricciones de gastos impuestos por la Gran Recesión en hasta el más comprometido capitalista global de EEUU.  
AirSea Battle visualiza un primer golpe rápido, barato por parte de EEUU – conducido en gran parte por la Fuerza Aérea – contra sitios de control y mando en las profundidades de China.  
Offshore Control significa un bloqueo naval estadounidense a largo plazo que podría ahorcar el comercio marítimo del cual dependen los gobernantes de China.  
La Comisión de Evaluación Económica y de Seguridad U.S.- China, creada en el 2000, tiene un mandato congresional de “monitorear las implicaciones de seguridad nacional de la relación económica.”  El mes pasado escucho testimonios opuestos de un número de testimonios opuestos – en particular, Roger Cliff, un experto en seguridad en el Lejano Oriente nombrado al Concilio Atlántico, comité de expertos de envergadura imperialista. (Antes que Chuck Hagel dejara la presidencia del Concilio para convertirse en Secretario de Defensa de Obama, propuso crear una coalición, para la próxima guerra mundial, liderada por EEUU que incluía a India, Brasil, Indonesia, y Turquía.)
Para contrarrestar una acumulación para la toma de Taiwán, Cliff propuso un ataque limitado de EEUU al centro de comando de China.  Este ataque necesitaría ser ejecutado antes del 2020, señaló, cuando China tenga “significantes números de misiles balísticos de medio alcance y misiles navales de ataque a tierra capaces de llegar a cualquier instalación de EEUU en Japón, el más cercano a Taiwán”.   
Cliff le dijo al Concilio que un AirSea Battle podría ser una defensa efectiva de Taiwán y “probablemente significaría compromisos a largo plazo y altos, pero no ilimitados, niveles de intensificación.”  Pero también acepto que los patrones chinos, si son provocados, podrían desatar un ejército de cientos de millones, junto con su formidable arsenal nuclear: “Los conflictos sobre temas que amenazan la sobrevivencia nacional de China podrían, posiblemente implicar el compromiso de todas las fuerzas militares chinas e ilimitados niveles de intensificación.”
Contradicciones y Restricciones
Las contradicciones en el testimonio de Cliff reflejan su trayectoria profesional, pero también el estado de indecisión dentro de la dominante facción de capital financiero de la clase dominante.   Antes de ser parte del Concilio Atlántico, Cliff trabajo para el Centro de Estrategia y Asesoramiento Presupuestario (CSBA, siglas en inglés) centro de expertos sobre la guerra barata.  (El Centro es financiado por Pete DuPont IV, antiguo congresista y gobernador de Delaware que ha campeado la lucha por recortes de impuestos.) Pero, el Concilio Atlántico, financiado por ExxonMobil, Rockefeller Financial y el Rockefeller Brothers Fund, está en el centro del campo del capital financiero, quienes actualmente están cortos de dinero, podrían estar pensando también en un remedio barato para Taiwán.  
Cinco días antes del sorprendente discurso de Cliff, David Gompert – consejero de confianza de Obama – hablo con el mismo consejo de planeación.  Advirtió en no confiar únicamente en una AirSea Battle, la cual “implica una amenaza temprana de ataques estadounidenses a territorio chino” y “podría ser percibido como – en realidad, sería intensificación.” Como alternativa, Gompter argumenta por la opción de un bloqueo Offshore Control y “cooperación multilateral de seguridad marítima en el Pacifico Occidental.”
Ninguno de estos expertos capitalistas reconoce el problema.  Ni AirSea Battle ni Offshore Control toman en cuenta el posible costo y repercusiones letales de un enfrentamiento entre dos  imperialistas: invasiones territoriales masivas y/o un holocausto nuclear múltiple.  Ambas estrategias ignoran la verdadera perspectiva de una guerra terrestre en China, un país que podría movilizar más de cien millones de hombres y mujeres a pelear.  (EEUU solo logro una décima de su población durante la Segunda Guerra Mundial).  Y ningun estratega señala un papel para el ejército, la más grande rama militar estadounidense.  
En realidad, estas doctrinas comprometen a la Fuerza Aérea y la Marina más allá de sus capacidades en una guerra sin cuartel.  En un reciente número de la Revista Air Force, Benjamín Lambeth del CSBA se jactaba:
El poderío aéreo ha eclipsado al poderío terrestre como principal medio para destruir fuerzas enemigas.  Desde el final de la Guerra Fría, los papeles clásicos del poderío aéreo y terrestre han intercambiado posiciones en grandes combates contra modernos oponentes mecanizados.  En sus papeles revertidos, las fuerzas terrestres han llegado a hacer el formato y arreglo de las fuerzas enemigas, mientras que la fuerza aérea ahora hace casi todos los actuales asesinatos.  
Pero, asesinar desde 40,000 pies de altura o dominar los mares no es lo mismo que ocupar o controlar un país, mucho menos conquistarlo.  Las aventuras inútiles de EEUU en Irak y Afganistán, naciones con una pequen fracción de los recursos militares de China, lo han demostrado.  
Guerra y Revolución
Más importante, los capitalistas continúan ignorando la repercusión más importante de un conflicto extenso  inter imperialista: el levantamiento de una clase trabajadora revolucionaria internacional.  Conforme los gobernantes recurran a un fascismo más abierto – racismo, sexismo, desempleo masivo y recortes salariales – los trabajadores, inevitablemente, lucharan.  Una vez que armados con las armas de los patrones y con las ideas comunistas, ellos voltearan las armas – como lo hicieron en Rusia en 1917 y en China en 1949.
El Partido Laboral Progresista no podrá evitar la Tercera Guerra Mundial.  No podemos controlar como y cuando los patrones empiecen su conflicto final.  Pero podemos construir un movimiento revolucionario masivo, podemos determinar cómo esa guerra termine y lo que surja de ella. Podemos terminar el sistema de ganancias patronal y crear un mundo comunista en su lugar.  ¡Únetenos!