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Reverencia a los Patrones Lleva a UAW al Borde

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27 Febrero 2014 36 visitas

DETROIT, MI 20 de Febrero – Mucho se ha escrito sobre la derrota que sufrió la UAW en las elecciones sindicales en la planta de ensamblaje de la Volkswagen (VW) en Chattanooga, TN. La planta es una de las tres plantas no sindicalizadas de la VW en el mundo (las otras dos están en China). Esta campaña fue la clave de una estrategia para organizar un número de plantas automotrices de propiedad extranjera, incluyendo la BMW en Carolina del Sur, Mercedes en Vance, Alabama, y Canton, MS. (El estado de Mississippi aprobó tres leyes anti-sindicales apenas días después del voto en la VW, apuntándole a la campaña de UAW en la Nissan.) La UAW ha levantado cargos en la NLRB, alegando interferencia de altos legisladores en Tennessee, pero el caso puede permanecer en la corte por años antes de que se resuelva.
La elección refleja el largo trecho hacia el fascismo que ha recorrido EEUU, y como los trabajadores están atrapados en el fuego cruzado entre la derecha, los rompe-sindicatos del Partido del Té, y un liderazgo sindical que piensa que su función principal es garantizar el lucro patronal.
La VW y la UAW firmaron un acuerdo de neutralidad, en el que la compañía acordó no oponerse a la campaña del sindicato y el sindicato acordó comprometerse a “mantener la ventaja competitiva de VW”. En otras palabras, ¡la UAW prometió mantener las mismas ventajas anti-sindicales que los políticos de derecha le otorgaron a la VW en primer lugar! Esto fue el resultado de los muchos viajes a Alemania para reunirse con la compañía y con IG Metall, el sindicato de trabajadores metalúrgicos de Alemania. Había un comité sindical muy activo en la planta. Trabajadores de las VW de varias partes del mundo llegaron invitados a Chattanooga para reunirse con los trabajadores y demostrar la solidaridad internacional para esta campaña. El sindicato se sentía seguro. Sin embargo, en el 77avo aniversario de la victoria de la Huelga en Flint, que ganó el reconocimiento del sindicato en General Motors después de 44 días de la toma de la planta, la UAW perdió el voto en la VW por 712 contra 626. La diferencia de 44 votos podría haber cambiado el resultado.
Durante este proceso, la UAW se enfrentó a lo que John Logan (Director del Programa de Empleo y Trabajo en la Universidad San Francisco State) llama, “una vorágine de interferencia” por parte de la coalición fascista liderada por Grover Norquist. (http://www.dissentmagazine.org/blog/a-firestorm-of-interference-understanding-the-volkswagen-vote-in-tennessee). En un llamado abiertamente racista a la mayoría de la fuerza de trabajo blanca, los carteles publicitarios se refirieron a los Trabajadores Automotrices Unidos (UAW) como los Trabajadores Automotrices de Obama, y las imágenes de las fábricas abandonadas de Detroit se desplegaron como culpa de la UAW. Un grupo racista inclusive comparó la campaña sindical con una batalla de la Guerra Civil en Chattanooga donde el ejército de la Unión cayó derrotado. “Detengámoslos otra vez” fue el mensaje. Se organizaron reuniones anti-sindicales en los municipios de la zona y los más altos políticos amenazaron con la perdida de trabajos si ganaba el sindicato. Estas amenazas, que se hicieron durante la votación, son la base de la denuncia de las elecciones que presenta la UAW a la NLRB.
Esto refleja una de las líneas divisorias de la clase dominante en EEUU: los billonarios anti-impuestos, anti-sindicatos, liderados por los hermanos Koch vs. los patrones “liberales” que quieren mantener algunas redes de seguridad y aumentar el salario mínimo. Esta lucha refleja que al menos por ahora, los fascistas más abiertos tienen una base en las masas y mucha influencia en el Sur.
Pero lo que es aun más importante, es que el convencer a los trabajadores que los patrones y los trabajadores tienen los mismos intereses, y que su seguridad depende de que los patrones engorden y se enriquezcan, está llevando a los trabajadores al fascismo. En un periodo de creciente rivalidad imperialista, guerras comerciales, y la creciente amenaza de conflictos armados, la unidad con los patrones conduce a la guerra contra otros trabajadores para garantizar los mercados y el lucro de “nuestros” patrones.
¡El hecho es que los trabajadores y los patrones no tienen nada en común! Los patrones se lucran de nuestra explotación. Sólo podemos asegurar nuestro futuro aboliendo la esclavitud asalariada y construyendo un mundo comunista, donde producimos para las necesidades de nuestra clase, no el lucro de los inversionistas. Debemos ver estas campañas organizativas, de los trabajadores automotrices o los de la comida rápida, como oportunidades para agudizar la lucha de clases y ganar más trabajadores al PLP.