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Poder de Trabajadores del Transporte Publico Pueden Minar Ganancias de Patrones

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20 Junio 2014 37 visitas

SAN FRANCISCO — La clase capitalista de EEUU está compitiendo por el dominio y control de la energía, los recursos básicos y mano de obra barata en todo el mundo.  Aunque son dueños de billones de capital (dinero) ellos se rehúsan a invertir hasta que se les garantice que recibirán un margen de ganancias más alto de los devastadores recortes en el costo de la mano de obra.  El transporte público, los caminos y puentes se están cayendo, los trabajadores están desempleados, y aun así no hay “dinero para infraestructura.”
El poder monopolista determina las políticas de los gobiernos locales como el de La Autoridad De Transporte de San Francisco (SFMTA, siglas en ingles) que gobierna el transporte público de la ciudad y su aparato político.   Esta es la fuerza que está detrás de los ataques a toda la clase trabajadora, en ambos sectores, público y privado.  La clase capitalista usa su control de lo social, la política, policía/cortes y los medios de comunicación masivos para gobernar y hacer que la clase trabajadora pague por su gobierno a través de los impuestos, intereses a la deuda pública, crédito y los salarios bajos.  Los comunistas le llamamos a esto el aparato estatal.  El alcalde local y la SFMTA implementan estos ataques.  
Globalmente, los trabajadores de transporte público tienen el poder de parar el funcionamiento diario del capitalismo.  Esto es el irreconciliable conflicto entre las necesidades de los trabajadores del transporte y usuarios, por un lado, y los dictados de recortes al presupuesto de la MTA dictados desde el centro de los grandes negocios (es decir el capitalismo).  Este conflicto creo una explosión el 2 de junio cuando dos terceras partes de los operadores de MUNI llamaron enfermos, incapacitando los negocios y ganancias normales.  (ver recuadro)
La población y producción están más concentradas en las congestionadas áreas urbanas.  Por lo tanto, los trabajadores de transporte son vitales en la cadena de ganancias de las grandes corporaciones, de los capitalistas financieros como los bancos y grandes negocios.  SFMUNI moviliza a 700,000 personas al día en una ciudad con una población de 826,600.  La infraestructura de SFMUNI ayuda a que San Francisco sea el “Portal al Este.”
Además, el trabajo de transporte indirectamente produce ganancias para los dueños de bienes raíces.  Se estima que SF MUNI agrega $35/ por pie cuadrado de renta o precio de venta de la propiedad comercial del centro.  Los grandes edificios no tienen valor si nadie puede llegar a ellos.  En el transporte aquí, sus medios de comunicación, su proceso electoral y su sistema tribunal no solo han atacado a los salarios de los operadores de Muni y las condiciones laborales, sino que han reforzado racismo institucional.  Una serie de contratos y arbitrajes han destruido las reglas laborales y los beneficios que se habían ganado en los últimos 40 años.  La inacción del liderato del sindicato de Trabajadores del Transporte local 250 le puso su estampa al acuerdo.  
Por ejemplo, una campaña financiada por dos multimillonarios – que reciben grandes ventajas en impuestos, pusieron la cacareada reforma de pensión (es decir los recortes) a votación, con grandes mentiras como “los trabajadores del transporte son sobre pagados” y “no proveen un transporte confiable ni a tiempo”; además de “las infladas pensiones llevaran a la bancarrota el Fondo de Pensión y pone en peligro la salud financiera de SF.”
Un grupo del de ricos del 1% de SF uso esta iniciativa para pasar la Proposición G, instalando el arbitraje sin derecho a huelga.  Esto garantiza que la MTA pueda recortar los costos laborales porque representa “el interés público” y remover todos los precedentes de prácticas pasadas.  La prensa estaba llena de pequeñas muestras de racismo para incendiar las flamas contra la fuerza laboral, en su mayoría negros, latinos e inmigrantes.  La clase dominante esta tratando de forzar a este grupo vital de trabajadores a trabajar por menos y a aislarse y marginarlos para poder minar su poder.   
Nuevamente, el que la base llamara enferma ha mostrado una forma de desafiar este pacto.