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Patrones Hablan de Guerra Mundial

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03 Julio 2014 48 visitas

Los llamados Grandes Poderes han explotado y esclavizado por mucho tiempo un gran número de pequeñas naciones débiles.  Y la guerra imperialista es una guerra para la división y redivisión de esta clase de botín.
Vladimir Lenin, El Estado y la Revolución, 1917

La creciente crisis en Irak muestra la amenaza más aguda hasta ahora al control de EEUU sobre el petróleo del Medio Oriente – al punto que la clase dominante de EEUU está más abierta a reconocer la posibilidad de una próxima guerra mundial.
Las dos últimas semanas han mostrado como el Estado islámico de Irak y Siria (ISIS), un despiadado retoño de al Qaeda, han mantenido su avance hacia Bagdad desde el norte de Irak.  Las fuerzas de ISIS ahora ocupan una tercer parte del país y se posesionan para tomar Baquba, a solo 30 millas de la capital.  Han  destrozado la frontera entre Irak y Siria y rebasan un cruce entre Irak y Jordania, uno de los pocos aliados confiables de EEUU en la región.  Los linderos nacionales de la región, creados para dividir el botín entre los poderes imperialistas de Gran Bretaña y Francia después de la Primera Guerra Mundial, son borrados frente a nosotros.  
“Habiendo tomado Mosul y Tikrit,” reporto The Guadian, “ISIS esta ahora muy cerca de la mayoría de los sitios estratégicos de Irak.  Continua amenazando la refinería de Baiji y la presa Haditha, ha rodeado la base aérea más grande de Irak al norte de Taji” (28/6/14).   Reuters señalo que ambos, ExxonMobil y la British Petroleum “sacan su personal extranjero de Irak, temiendo que militantes sunní del norte pudieran atacar los grandes campos petroleros concentrados en el chiita sureño a pesar de los movimientos del gobierno de Bagdad para reforzar la seguridad.” (17/6/14)
Aún más alarmante para la clase dominante de EEUU es la creciente amenaza a su vulnerable estado de Arabia Saudita, productor de petróleo más grande del mundo y eje de las rivalidades inter-imperialistas de hoy.  Según Fahad Nazer, antiguo analista en la embajada Saudí en Washington, ISIS “ha jurado ‘conquistar’ Arabia Saudita después de haber ‘aniquilado’ los regímenes de Damasco y Bagdad.” (Al-Monitor 25/6/14)  Los saudís etiquetaron al grupo como una organización terrorista en Marzo.  Recientemente publicaron una declaración haciendo un llamado a “la derrota y destrucción” de ISIS y todas las redes de al Qaeda en Irak.  Diez días después, la ofensiva de ISIS les había “llevado a una docena de millas de Bagdad y un par de horas de la frontera saudí” (Wall Street Journal, 27/6/14). Motley Fool, una perspicaz compañía de servicios financieros, advirtió solapadamente sobre un shock petrolero si ISIS logra tomar el tesoro saudí: “La diseminación de ideología extremista y la movilización de grupos como ISIS a los países vecinos es una amenaza más grande…de alteración de suministros en países productores clave de la OPEC.
Patrones No Pueden Retroceder
En contraste, “Gazprom, gigante de gas ruso…no tiene ‘ningún problema’ en Irak,”  se jacto la red RT de Moscú (19/6/14).  No es coincidencia que Rusia se jacte de la administración anti-EEUU y pro-Irán del presidente sectario chiita Nuri Kamal al-Maliki. Como reporto el Times (29/6/14):
Oficiales del gobierno iraquí dijeron el domingo que expertos rusos habían arribado en Irak para ayudar al ejército introduciendo aviones de guerra rusos en la lucha contra los extremistas sunnís.  Este movimiento fue, por lo menos, una reprimenda a los Estados Unidos, en donde la preocupación del Congreso es sobre la viabilidad política del gobierno del Primer Ministro Nuri Kamal al-Maliki han estancado las ventas de avanzados aviones y helicópteros de combate a Irak.  
Para la clase trabajadora internacional, los costos de este creciente conflicto no podrían ser más altos.  En su determinación por controlar la producción y distribución mundial del petróleo,  los gobernantes de EEUU han asesinado a más de tres millones de iraquíes en dos guerras y una década de sanciones de hambre.  Pero su estrategia de dividir y conquistar – para alimentar las asesinas divisiones entre musulmanes chiitas y sunníes – les pego en el trasero.   La idea de perder a Irak nuevamente, sin mencionar las reservas energéticas de Arabia Saudita, probablemente provoquen una, aún más letal, tercera Guerra del Golfo.  
Desde una perspectiva global, Irak es el detonante para la intensificada competencia entre los poderes capitalistas más peligrosos, nucleares del mundo: EEUU, China, y Rusia.  Los tres compiten por la supremacía petrolera y de gas proveniente desde el Golfo Pérsico a Crimea y el Mar del Sur de China.  Los tres han demostrado su disposición de asesinar un sin número de trabajadores en busca del máximo de ganancias.  Ninguno puede retroceder.  Especialmente, los patrones de EEUU – aun en la cima, pero en relativo declive – no se quedaran de brazos cruzados mirando como sus adversarios los rebasan.  
Pronosticando la Tercera Guerra Mundial
Últimamente, la clase dominante estadounidense ha empezado a abordar el resultado de su antagonismo inter-imperialista de manera más franca.   Siguiendo el análisis centenario de Lenin, ellos predicen una tercera guerra mundial.  Consideremos el ensayo “World War Next,” en el Asia Times (27/6/14) escrito por Michael Vatikiotis, director del Centro por un Dialogo Humanitario basado en Geneva.  Entre los fundadores de la organización están George Soros y el Fondo de los Hermanos Rockefeller, dos líderes financieros para el ala del capital financiero del capitalismo estadounidense.  
Vatikiotis compara a ISIS y al Qaeda a los grupos anarquistas de principios del siglo 20 y a los nacionalistas serbios que asesinaron al archiduque Franz Ferdinand en 1914, que fue el detonante para lo que hoy conocemos como la Primera Guerra Mundial.  “Los insurgentes sunnís del oeste de Irak,” escribe, “están conectados al rápido crecimiento de la guerra civil en Siria…la cual a su vez ha permitido que los kurdos esculpan con celeridad su proto-estado.   Arriesgando abrir un camino para la nueva era de aventurismo pérsico, haciendo aún más real la contra-amenaza del uso de armas nucleares por Israel.”
En Asia, Vatikiotis señala a hacia China y sus “demandas territoriales de amplio espectro en el Mar del Sur de China” y las tensiones con Japón, las cuales “pronto podrán mudar las restricciones constitucionales sobre sus fuerzas armadas puestas al final de la Segunda Guerra Mundial.”
Con EEUU y la Unión Europea preocupados por el Medio Oriente y el Este de Asia, el escritor ve “casi nada parara la lenta anexión del Este de Ucrania a Rusia, la cual inevitablemente envalentonara a Vladimir Putin para poner en marcha su gran designio para la Gran Rusia.”  Agrega a eso los estados colapsantes de Pakistán y Afganistán, y “no es de sorprenderse…que el número de refugiados globalmente ya haya excedido los 50 millones, primera vez que este número ha sido más alto que inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial.”
Hablando de lo obvio, Vatikiotis cree que Estados Unidos no sirve para enfrentar este último “resurgimiento de rivalidad y conflicto interestatal de gran poder.”  Y va mas allá: “En este, 100º aniversario del comienzo de la guerra para terminar con todas las guerras, podríamos estar nuevamente en la resbaladera hacia lo que parece ser una anticuada guerra mundial.”
De la Guerra a la Revolución
La clase trabajadora no tiene control sobre cómo y cuándo los patrones tengan su próximo enfrentamiento mundial.  Nosotros tenemos un poder diferente: el poder de transformar la guerra inter-imperialista en una lucha por el comunismo.  Dos grandes revoluciones comunistas nacieron de las dos “grandes guerras” del siglo 20.  Pero esta secuencia de eventos no fue espontaneo ni inevitable.  En ambas, la Unión Soviética y China, un dedicado partido comunista organizo las masas de trabajadores por muchos años antes que las hostilidades explotaran.  El liderato comunista – y una paciente preparación – fueron esenciales.
Hoy enfrentamos un desafío similar.  El Partido Laboral Progresista ha tomado la tarea histórica de organizar a la clase trabajadora y prepararla para voltear las armas.  Nuestra meta es crear un mundo libre de racismo y sexismo, de explotación y desempleo, de pobreza y guerra.
¡Únetenos!