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Los Niños son el Blanco del Imperialismo Estadounidense

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19 Julio 2014 47 visitas

Dadme vuestros cansados, vuestros pobres,
Vuestras masas apiñadas deseosas de respirar en libertad…
Para los 52,000 niños migrantes atrapados por la patrulla fronteriza de los capitalistas de EEUU desde octubre pasado, la Estatua de la Libertad es la mentirosa más grande del mudo.  
Los gobernantes de EEUU tienen poderosas razones para tomar medidas duras contra niños vulnerables.  Primero, darles estatus de refugiados podría alienar los regímenes de sus países de origen y acercarlos más a China, los rivales imperialistas más importantes de los patrones de EEUU, y segundo socio comercial de América Latina.  En enero, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) estableció el foro China-CELAC – un paso significativo en una región con lazos históricos con Taiwán.    El 17 de mayo, como reporto France Press, Mireya Agüero, Ministra de Relaciones Exteriores de Honduras, dijo que su país estaba “abierto” a las relaciones diplomáticas con China, “un país de importancia mundial indisputable.”  El 14 de julio, el nuevo presidente de Honduras culpo la explosión migratoria al descuido de su país por parte de EEUU en la “guerra contra las drogas” (Reuters).
Segundo, los niños migrantes – y lo cientos de miles que podrían seguirles – crean más súper ganancias para los capitalistas, apoyados por EEUU, en sus países de origen.   Bajo el Tratado Libre de Comercio de Centro América (TLCCA), las compañías como Chiquita, Dole, Nike, y Fruit of the Loom pueden pagar a los obreros hondureños $1.40 la hora, o menos, para crear productos exportables – y consumir productos de EEUU – con un mínimo arancel.  Como explica Jeff Faux, fundador del Instituto de Política Económica (un centro de estudios del capital financiero):
Noventa y cinco por ciento de los niños en esta última llegada vienen de Guatemala, Honduras y El Salvador – naciones que son virtuales colonias económicas de Estados Unidos…Su papel en este sistema de capitalismo subordinado es proveer mano de obra barata para cortar la caña de azúcar, recoger el café y bananas, y esclavizar en las fábricas explotadoras y las cocinas de los centros turísticos (Huffington Post, 24/6/14).
Los Inmigrantes Sufren                     de la División Capitalista
Finalmente, los niños migrantes son una amenaza política al DREAM Act y la iniciativa ENLIST de los gobernantes, importantes porque proveerán la carne de cañón que necesitan para su próxima guerra global (ver DESAFIO, 2/7/14).  El capital financiero (representado por liberales demócratas como Obama y republicanos convencionales) está luchando para derrotar el desafío de otros capitalistas dirigidos por los hermanos Koch y el Partido del Té.
Con poca inversión en bancos multinacionales y las compañías petroleras como ExxonMobil, y una visión de ganancias a corto plazo, el ala del Partido del Té tiene poco interés en financiar las preparaciones a gran escala de una Tercera Guerra Mundial.  Su política exterior aislacionista, anti-intervencionista, es congruente con su virulenta retorica racista anti-inmigrante.  Como no ven la necesidad de ofrecer el incentivo del Dream Act, recurren exclusivamente al golpe fascista: una expulsión rápida de todos los inmigrantes indocumentados.  En una elección primaria en junio, el desconocido partidista del Té, Dave Brat, un fanático anti-inmigración, destrono al poderoso Eric Cantor, Líder Mayoritario de la Cámara.  
Los niños migrantes le dieron al Partido del Té más pólvora, entonces los patrones deciden que se tienen que ir.  El 11 de julio, desde un centro de detención en Nuevo México, los primeros 80 hondureños, niños y mujeres, fueron enviados a casa.  
Patrones Abusan de Niños
Mientras el resto espera ser procesado – y probable expulsión – por los jueces de inmigración de los patrones, decenas de miles de niños están presos en centros de detención en bases militares en Texas y California.  Según una coalición de grupos de apoyo, ellos han sufrido de un “sistemático y generalizado” abuso, desde la falta de camas, comida, agua, hasta abuso verbal, sexual y físico.  Muchos han sido encadenados o encarcelados en celdas heladas.  En un caso, un niño de siete años – quien sufre de malnutrición, pesando solo 25 libras – fue detenido por agentes de la Patrulla Fronteriza y no recibió tratamiento médico. “Eventualmente fue hospitalizado y operado de emergencia” (The Guardian, 11/6/14).
Como señalo un alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, la detención de niños puede tener “efectos devastadores…a su desarrollo emocional y psicológico, aun si ellos no son separados de sus familias.”
En respuesta, el presidente de EEUU Barack Obama le pidió al Congreso $3.7 mil millones para financiar más drones de vigilancia, aumentar la seguridad en la frontera, más instalaciones de detención y más jueces para deportar a los niños más eficientemente.  Enfatizando que no tenía “gran desacuerdo” en el tema con el gobernador –línea dura- de Texas Rick Perry.  Obama ha deportado más de dos millones y la cuenta sigue.   Su implacable ataque contra inmigrantes, le da cubierta a vulgares racistas como el populacho en Murrieta, California, donde recientemente se bloquearon tres autobuses con madres y niños que iban a ser procesados en la estación de la patrulla fronteriza local (ver articulo en ¿??).  Mientras el presidente llora lágrimas de cocodrilo por esta “urgente situación humanitaria,” sigue una larga historia de la clase dominante; usar el racismo anti-inmigrante para dividir a la clase trabajadora internacional. (Ver recuadro)
Golpe de Estado de la                      CIA en Honduras
Los traumatizados niños de Centroamérica, como millones de otros refugiados, han salido de sus hogares por el empobrecimiento y los horrores letales del imperialismo estadounidense.  Casi todos son de Honduras, El Salvador, y Guatemala una región llamada un “corredor de violencia” por el Grupo Crisis Internacional (Counterpunch, 9/7/14).  Honduras se volvió más peligrosa después del golpe de estado del 2009 contra el presidente Manuel Zelaya, quien propusiera un 60% de aumento al salario mínimo y limitara la distribución de tierras a pequeños granjeros.  
Rodolfo Pastor Fasquelle, ministro de cultura de Zelaya fue entrevistado por Amy Goodman de Democracy Now! Y dijo: “Yo sé que en realidad los operativos de la CIA y el personal militar de Estados unidos estuvieron en contacto directo con lo conspiradores del golpe de estado y ayudaron a los conspiradores en ese golpe” (1/6/11) Durante la deposición y rapto de Zelaya, dos compañías importantes, Chiquita y Dole, criticaron duramente la propuesta del salario mínimo porque cortaba sus ganancias corporativas.  Unos años antes, Chiquita fue defendida por el Procurador General de EEUU, Eric Holder, quien era socio de la agencia de abogados de Washington, Covington and Burling, después de ser acusada de emplear “escuadrones de la muerte” en Colombia (MSNBC, 24/7/09). Chiquita perdió el caso y pago una multa de $25 millones.   
El líder del golpe en Honduras fue el General Romeo Vázquez, “un graduado de La Escuela de las Américas de Estados Unidos…mejor conocida por producir oficiales latinoamericanos que han cometido abusos de derechos humanos, incluyendo golpes de estado militares” (Los Angeles Times, 23/7/09).  Según el Guardian, uno de los principales asesores al golpe en Honduras es Lanny Davis, “un cabildero con mucha influencia y abogado personal del presidente Bill Clinton, y también hizo campaña para Hillary [Clinton]” 923/7/09)
Capital Mundial del Asesinato
Después del golpe, la vieja guardia elimino cualquier amenaza al estatus quo capitalista.  Miguel Facusse, rey del aceite de palma y conocido narcotraficante, uso el ejército y policía hondureña, “quienes recibieron financiamiento generoso de Estados Unidos para la guerra contra las drogas en la región,” para ayudar a su ejército privado a asesinar a docenas de pequeños granjeros activistas. (The Nation, 21/10/11).   Cuando la mayor parte del contrabando de cocaína hacia EEUU cambia de México y Colombia a Honduras, los carteles de las drogas y líderes de pandillas eficazmente se toman el país.  
Los trabajadores hondureños fueron quienes pagaron, especialmente los niños.   Desde enero del 2013, más de 400 niños han sido asesinados en una nación de menos de ocho millones de habitantes (New York Times, 9/7/14).  En el 2011, la tasa de asesinatos de San Pedro Sula, la segunda ciudad más grande del país, era de 169 por cada 100,000 habitantes – la más alta del mundo (Business Insider, 6/12/13).   Mientras Obama regañaba a los padres centroamericanos “no pongan en peligro a sus niños” enviándolos a EEUU, el New York Times reportaba una noticia horrorosa:
“Durante una reciente visita nocturna a la morgue de San Pedro Sula, más de 60 cuerpos, todos víctimas de violencia, eran apilados, cada uno envuelto en una bolsa de plástico café.  Mientras sacaban las balas de un joven de 15 años baleado 15 veces, los técnicos discutían lo común que era recibir cuerpos de niños menores de 10, y a veces hasta de 2.  La semana pasada, cerca de Santa Barbara, unos niños le cortaron la garganta a un niño de 11 años porque no pago los 50 centavos de extorción.”
Entre enero y mayo del 2014, más de 2,200 niños de San Pedro Sula llegaron a EEUU – más que de ninguna otra ciudad de Centroamérica.  Como dijo Manuel Orozco, un socio mayor del Inter-American Dialogue, con base en Washington: “Los padres ven la membresía pandilleril en todos lados.  Cuando su hijo se une, las posibilidades de ser asesinado o encarcelado son muy altas.  ¿Por qué esperar hasta que pase?” (NYT, 9/7/14).
La situación no es mejor en El Salvador, donde los asesinatos de niños menores de 17 han subido un 77% mas que el ano pasado (NYT, 12/7/14).  Después de entrevistar a 322 niños ahí, Elizabeth Kennedy, asociada de Fulbright, explico porque tantos están huyendo: “He escuchado una y otra vez que ‘no hay niñez aquí’ y que ‘hoy en día es un crimen ser joven en El Salvador.’”  Casi la mitad de los niños han tenido por lo menos una pandilla en su barrio, “y casi la mitad de estos viven en territorios en disputa pandillera.  Reportan oír disparos todas las noches y muchas veces tienen miedo de caminar a más de dos o tres cuadras de su casa.” (NYT, 11/7/14)
Respuesta de Obama: Sentencia de Muerte Para Niños
Un vocero de las Naciones Unidas declaro que niños migrantes centroamericanos deberían ser tratados como refugiados y no forzarlos a regresar:  “Están huyendo de un ambiente de crimen organizado transnacional” (npr.com, 8/7/14).  Aun el Departamento de Homeland Security de EEUU, según la documentación obtenida por el Pew Research Center, reconoce que “niños salvadoreños y hondureños…vienen de regiones extremadamente violentas donde ellos probablemente perciben el riesgo de viajar solos a EEUU como algo preferible a quedarse en casa” (NYT, 9/7/14).
Con toda esta evidencia, Obama sigue buscando más “flexibilidad” para evadir una ley del 2008 contra el tráfico de humanos pasada bajo la administración de George W. Bush.  Su meta es deportar a los niños en los primeros diez días de su revisión, en vez de esperar meses por una audiencia de asilo.  Obama, protesto la ACLU, “está mal manejando una crisis humanitaria al proponer un procedimiento de extracción inadecuado y rápido que solo pone aún más en riesgo a niños vulnerables que huyen de la violencia y persecución en Centroamérica.”  En muchos casos, la expulsión de los niños significa una sentencia de muerte.  
El sábado 13 de julio, más de cincuenta miembros del Partido Laboral Progresista tuvieron un plantón en Murrieta, donde un grupo local antirracista nos apoyó para luchar en contra de los ataques racistas recientes.  Nuestro punto principal es: La clase trabajadora internacional necesita luchar por un mundo sin fronteras o cercas.  Los trabajadores no tenemos nación.  Tenemos algo mucho mejor, un mundo comunista que ganar.