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Como, los Enemigos del Comunismo, Destruyeron la GPCR y las Vidas de los Trabajadores

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22 Mayo 2014 47 visitas

El Partido Laboral Progresista se estableció en 1965, apenas un año después del inicio de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Nuestros camaradas chinos influenciaron nuestra línea política e inspiraron nuestro trabajo. Ellos nos mostraron la vital importancia de romper con el revisionismo – la ideología de la falsa izquierda, que proponía el regreso a la vía capitalista, que beneficia a los patrones. Nos demostraron el poder de la colectividad. Nos enseñaron la importancia del liderazgo de las masas, y la necesidad de confiar en los trabajadores en vez de en la elite de expertos y tecnócratas. La experiencia de los camaradas chinos también resaltó el peligro de mantener resabios del capitalismo – como el dinero o los salarios – en un estado administrado por los trabajadores, y cómo estos elementos le abren camino al revisionismo y al regreso del capitalismo con toda su fuerza.
Las primeras tres partes de esta narrativa en primera persona contaron la historia de la fábrica de un pueblo chino y sus trabajadores – cómo sus vidas cambiaron con la Revolución Cultural y después también con la derrota de la Revolución Cultural. Esta cuarta parte ilustra el aumento de las desigualdades en la medida que la sociedad china continua deteriorándose desde la derrota de la Revolución Cultural.
Guan Dunxiao, otro de los que compraron acciones en la fábrica del pueblo, se convirtió en el empresario más exitoso de nuestro país. En 1987, pagó cerca de un millón de yuanes en impuestos. Por ser el contribuyente más importante del país, se le invitó a que se incorporara al Partido Comunista y se convirtió en Vicepresidente de la conferencia de consulta política del condado. La mayoría de los trabajadores de la fábrica original lo abandonaron.
Guan Dunxiao ayudó a su hermano menor, Guan Dunjia, que era sólo un adolescente cuando yo trabajaba en la fábrica, a tomar control de la operación de buses del condado. Esto le permitió ganar veinte millones de yuanes al año.
Guan Dunyan, el administrador que me precedió, abandonó la fabrica tan pronto Deng Xiaoping comenzó a privatizar los bienes colectivos. Vendía artefactos en el mercado y usó el dinero para comprar tierras cuando el precio estaba muy bajo. Ahora vive de las tierras que compró al principio y que después alquiló a los que construyeron fábricas.
En total, ahora hay una docena de personas en el pueblo con bienes de más de cien millones de yuanes. Un tercio de la gente del pueblo son millonarios; el otro tercio vive cómodamente; el resto apenas sobrevive.
Entre los perdedores, algunos sobresalen. Fu Xisan, el que me recomendó que no fuera a la universidad, murió de cáncer hepático en sus cincuenta años de edad, después que se privatizara la fábrica. Dedicó más de diez años de su vida a la fábrica y se sintió abrumado por lo que allí pasó. Muchos piensan que murió de rabia. Cuando fui a ver a su familia durante mis vacaciones de invierno, su viuda me dijo, “El pueblo ha cambiado mucho desde que te fuiste”.
A Wang Siyong, uno de mis primeros colegas en la fábrica, tampoco le fue bien. Era dos años mayor que yo, y de niños jugábamos juntos. Trabajamos en el mismo octavo equipo de producción. Después que privatizaron la fabrica, Wang se fue para comenzar su propio negocio. Pero fracasó. Encima de eso, su cuñado, que había estado trabajando para él, se escapó con mucho dinero. Wang terminó endeudado. Vendió la casa de la familia y todo lo que tenía para pagarle a los acreedores.  Murió a sus cuarenta, dejando a su esposa y a su hija para que se defendieran como pudieran sin él.
Liu Enxun fue el electricista de la fábrica en los primeros años. Después de la privatización se fue a trabajar para Guan Dunxiao. Pero su esposa cayó enferma de gravedad, y por muchos años Liu gastó todos sus ingresos en el tratamiento médico. Eventualmente su esposa falleció. Cada vez que lo veía, me decía que era la persona más pobre del pueblo y dependía de la ayuda del gobierno para tener que comer.
El hermano menor de Liu, Liu Qixun vivía en la misma pobreza y tuvo una vida trágica. Su único hijo se mató en un accidente de auto a los 15 años. Su esposa desconsolada lo dejó para irse a vivir a otro lugar.  A pesar de que es sólo un año mayor que yo, ha envejecido mucho.
Wang Xuejin, el arma secreta, también tuvo su cuota de tristeza. Su hijo mayor, Wang Daying, era una persona muy inteligente y un pintor y músico de talento. Podía escuchar una canción nueva una vez y después tocarla en su erju, un violín chino de dos cuerdas. Pero  era un poco anti social y le costaba levantarse en las mañanas. Cuando trabajábamos en el campo, yo lo levantaba todas las mañanas. Después que fui a trabajar a la fábrica, otro hacia lo mismo. Pero una vez que se dividió el colectivo, nadie se preocupó de despertarlo ya.
Al final, se divorció y su esposa se fue del pueblo con su hijo. Wang Daying se deprimió y en 1998 se ahorcó. Para Wang Xuejin fue una gran tragedia en su vejez enterrar a su querido hijo.
Fu Xisan fue la primera persona que en mi pueblo murió de forma prematura de una enfermedad en quince años. Pero pronto varios otros lo siguieron. Wang Fangjun murió en 1980, en sus cuarenta; su medio hermano, Lu Sihai, en 1982, en sus treinta; Guan Dunxie en 1983, en sus cincuenta; Liu Chengrui en 1985, en sus cuarenta. Todos ellos fueron parte de mi viejo equipo de producción. Otros equipos en el pueblo sufrieron pérdidas parecidas.
¿Por qué mueren todas estas personas tan jóvenes? Una vez que se divide el colectivo, esto marca el fin del cuidado médico gratuito y la educación gratuita en el pueblo. Nuestro sentido de comunidad desaparece, y todos tuvieron que pelear para salir adelante. La presión de la competencia hace estragos en la gente. La desintegración de nuestro pueblo es un micro cosmos de cómo decae China después de la derrota de la Revolución Cultural.