La elección del ex inversionista banquero Emmanuel Macron como presiente de Francia refleja la crisis global del capitalismo. Como todos los demás poderes capitalistas, la clase dominante francesa responde aumentando el fascismo e intensificados ataques contra la clase trabajadora. Como Donald Trump (Y Barack Obama, antes que él), quien se a rodeado de banqueros de Wall Street, el capital financiero francés maniobra para mantener su reinado.
Bajo la fachada liberal, “pro-inmigrante de Macron, este disque fuereño y su partido político “independiente”(En Marche) recibieron el total apoyo de las elites políticas francesas, ilimitado apoyo de prensa y financiero. Además, aisló, con efectividad, los partidos capitalistas convencionales que habían perdido credibilidad con los trabajadores franceses.
La Tendencia del Declive, Caos
Frente a un déficit presupuestario insostenible, los patrones franceses están en apuros. Para la elección presidencial del 23 de abril y la segunda vuelta dos semanas después, sabían que su próximo presidente necesitaría aumentar los ataques de los gobernantes a la clase trabajadora. Los gobernantes quieren eliminar las protecciones de empleos y cortar el gasto de las pensiones, salud, subsidios a la familia y los beneficios de desempleo – poniéndolos justos equivalen a más de un tercio del Producto Interno Bruto de Francia (www.thelocal.fr, 22/12/16). Desde los 1980, el gobierno francés ha privatizado parcial o completamente, muchas industrias nacionales, incluyendo a Air France, France Telecom y Renault. Sin embargo, el gobierno aun juega un papel en sectores de importancia nacional, como la agricultura, la salud, y leyes de protección laboral que recortan las ganancias y la competitividad de los patrones franceses. (Focus Economics Mayo 2017).
Macron ya prometió continuar con las reformas laborales anti-obreras de su antipático predecesor del Partido “Socialista”, Francois Hollande, incluso ataques a los sindicatos y colectivos negociadores, prohibir las huelgas y recortar beneficios sociales, a la vez que privatiza la salud y la educación. La clase dominante francesa espera que Macron pueda hacerlo y a la vez ganar el aplauso y no la rebelión masiva. Marine Le Pen, la abiertamente fascista del Frente Nacional, quien perdió en la segunda vuelta de mayo, tenia propuestas del frente domestico similares a las de Macron, preo probablemente habría generado la intensa oposición que la clase dominante estadounidense enfrenta hoy con el movimiento anti-Trump. Es difícil atacar a los trabajadores y movilizarlos para la guerra cuando ellos están en huelga o luchando en las calles. No sorprende que Obama endosara a Macron tres días antes de la elección.
Los patrones franceses aprenden con la experiencia de la clase dominante estadounidense. Por mas de 30 años, los gobernantes estadounidenses han atacado salarios y pensiones, privatizado los sistemas de salud y educación con poca oposición. Decenas de millones de trabajadores, incluyendo los súper explotados trabajadores negros, han sido mal dirigidos y pacificados por el Partido Demócrata. En los 1990, el entonces presidente Bill Clinton firmo acuerdos que eliminaran salarios decentes en las fabricas, y casi elimino el welfare, desato a 100,000 policías racistas mas en las calles, y creo la población carcelaria mas grande del mundo, en su mayoría trabajadores negros y latinos. Entonces Obama - quien, como Macron, hizo una campaña “pro-inmigrante” – deporto mas trabajadores inmigrantes que ningún otro presidente en la historia estadounidense.
En Francia, Macron planea agregar su “nueva cara brillante” de fascismo liberal prometiendo 10,000 policías mas, 5,000 policías fronterizos, aumentar la Guardia Nacional a 85,000, y ampliar sus centros de detención con 15,000 espacios mas – políticas que semejan las promocionadas por Le Pen (Instituto Francés de Relaciones Internacionales Abril 2017).
Para el capital financiero francés, la victoria de Macron no resuelve los problemas fundamentales que enfrenta cada poder mientras rivales inter imperialistas se preparan para la próxima guerra global. Los patrones deben ganar la lealtad de la clase trabajadora, unirlos alrededor de su agenda patriótica mientras libra feroces ataques racistas y sexista contra esos mismos trabajadores. Aun con Macron como opción, el 25% votantes se abstuvieron de votar, la porción mas alta desde 1969. Además el 25% de quienes votaron por Macron lo hicieron como voto contra Le Pen (CNN, 8/5).
La Lucha
El verano pasado, cuando Macron fue ministro de economía de Hollande, y el país estaba envuelto en violentas protestas por los intentos del gobierno de eliminar la seguridad laboral y la semana laboral de 35 horas, a Macron le lanzaron huevos, uno de los cuales aterrizo en su nueva cara brillante.
En las semanas antes de las elecciones de primavera, las masas de estudiantes de secundaria y universidad decidieron que ni Macron ni Le Pen eran aceptables para su futuro, lanzaron una campaña de no-votar. Con la consigna “Ni Padre Patria, Ni Patrón, Ni Le Pen, Ni Macron” los jóvenes en las calles se lanzaron a protestar contra el imperialismo francés. Dos mil salieron a las calles en la ciudad de Rennes. En Paris, las protestas bloqueaban la entrada a 20 secundarias.
Estos audaces jóvenes se enfrentaron a la policía antidisturbios, quienes los atacaron con gas lacrimógeno. Denunciando el nacionalismo racista de Le Pen y el frente pro-negocios de Macaron, como comienzo esta bien, pero solo un movimiento comunista puede traer el cambio que estos jóvenes buscan. Solo una revolución comunista, dirigida por el Partido Laboral Progresista, puede aplastar a los patrones y su padre patria y crear una nueva sociedad. “Un Partido, Un Mundo, Una Clase”.
Mientras que los trabajadores en EE.UU. han visto un repique en la lucha contra la administración Trump, aun queda por ver si Macron puede efectivamente mal dirigir y callar a los trabajadores como lo hiciera Obama en EE.UU. No obstante, la falsa izquierda en Francia ha demostrado su verdadera fachada vendiendo a la clase trabajadora a los bancos y el sistema capitalista. Y, aunque Le Pen perdió la elección, su partido abiertamente fascista recibió de nuestra clase mas apoyo masivo que nunca.
Ningún partido capitalista electoral puede defender a los trabajadores del creciente fascismo. Solo un partido revolucionario comunista como el PLP puede luchar por los intereses y necesidades de nuestra clase. ¡Únetenos!

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El Papel del Imperialismo Francés
A pesar del declive y caída de su imperio colonial, los patrones franceses siguen interesados en jugar un papel imperialista en el escenario mundial. Marine Le Pen, del Frente Nacional, tomo una postura aislacionista, llamando a la retirada de Francia de la OTAN y la Unión Europea, y rechazo la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP, siglas en inglés). Además ella argumentaba a favor de levantar las sanciones y crear alianza con Rusia. Su movimiento esta en contradicción a la posición de los patrones francés pro-EE.UU. y pro-Europa desde la Segunda Guerra Mundial. La posición más tradicional de Macron le gano el apoyo de los principales patrones y finalmente gano la elección.
Aunque hablaba de recortes al presupuesto publico y ataques a los trabajadores, Macron promueve el imperialismo francés al apoyar el aumento al presupuesto militar y sus aventuras alrededor del mundo. El ejército francés, el más grande de Europa con 205,000 soldados, planea modernizar sus armas nucleares. Tiene desplazadas 30,000 tropas en África y el Medio Oriente, y apoya el imperialismo estadounidense y su “guerra al terror”.
Bajo la “Operación Chammal”, el ejercito francés tiene toda la batería de arma-obuses Caesar 155mm, además de aviones de combate Rafale, peleando junto a las fuerzas estadounidenses en su guerra petrolera en Irak y Siria. Los gobernantes franceses continúan su devastación imperialista en África en busca de petróleo y minerales en Libia y su “Operación Barkhane” en Mali, Mauritania, Burkina Faso, Nigeria, y Chad (U.S. Department of Defense, Enero 2017).