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Charlottesville: levantamiento del fascismo e incertidumbre

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01 Septiembre 2017 34 visitas

El espectáculo y las secuelas de Charlottesville anuncian un movimiento de fascistas cargando antorchas en EE.UU., un peligro para el ala principal de la clase gobernante. Donald Trump el primer presidente en EE.UU. desde los 1930s que falla a hacer una condena a los Nazis, finalmente cedió a condena bipardista y presión de los capitalistas y principales generales en EE.UU. Incluso en ese entonces, sin embargo, el Jefe Racista propuso que el combatir los antirracistas- actuando en defensa de nuestros hermanos y hermanas – era igualmente de “malo”.
Fascistas domésticos
El 12 de agosto, cientos de Nazis, KKK, y otros blancos supremacistas se reunieron en Charlottesville, muchos cargando armas. Miles de antirracistas, juntos con miembros del Partido Laboral Progresista, llegaron a confrontarlos. Muchos atacaron físicamente a los primeros Nazis en llegar. La policía y la Guardia Nacional estaban a la mano a proteger los fascistas, pero no los podían salvar de las masas.
Cuando los fascistas se estaban yendo, un Nazis uso un carro para atropellar una multitud de antifascistas, asesinando a la joven de 32 años Heather Heyes e hiriendo a otros 19.
Igual de estadounidense como un Nazi
Entre la furia de las masas antirracistas, Trump fue forzado a leer una declaración diciendo: “Aquellos que propagan la violencia en el nombre de la intolerancia ataca el corazón de Estados Unidos.” ¡No es así! Estos delincuentes cobardes estaban actuando de acuerdo a los valores en los cuales se fundo EE.UU.: genocidio racista. La Casa Blanca fue construida por esclavos en terreno robado de los indígenas que fueron exterminados.
Las masas antifascistas han mostrado valor y una disposición a repelar la violencia fascista con su propia resistencia. Muchos aun creen que el fascismo “no es estadounidense,” y desmontar estatuas confederales es un ataque patriótico en contra de los “traidores.” Obreros y estudiantes en EE.UU. y en el mundo entero han marchado en solidaridad con los antifascistas en Charlottesville (véase pagina 4). Este movimiento ha aumentado establemente en números y en su ira, intensificado por el apoyo abierto de Trump a los Nazis.
Peligro al ala principal
Los medios de comunicación que son los portavoces de los patrones halaron las cuerdas para desviar la conversación de la violencia organizada hacia el pacifismo y patriotismo liberal. Su desesperación refleja la inestabilidad dentro de la administración de Trump y la preocupación creciente dentro de la clase gobernante que Trump puede competentemente servir a sus intereses.
Un movimiento abiertamente fascista es peligroso para el ala principal por que rompe la ilusión de la democracia y desautoriza su necesidad por un ejército fuerte y una población unida en luchar la guerra imperialistas capitalistas. Note la angustia de los patrones sobre la desilusión aumentante y aislamiento de la clase obrera blanca:
    La campaña presidencial de [Trump] se construyo en un fundación de la desesperación de la clase obrera blanca…como concluye un estudio de la Institución de Brookings, “El sueño americano de prosperidad, igualdad, oportunidad, y democracia estable lo esta desafiando la desigualdad salarial aumentante, el hueco que queda en la clase obrera, salarios bajos e inseguridad en subida para los obreros de bajas habilidades, y altas tasas de mortalidad.”
La amenaza percibida de los otros [obreros negros, latinos, musulmanes e inmigrantes] fue lo que empujo la candidatura presidencial de Trump y se ha convertido en el tema primario de su presidencia (Foreign Affairs, 8/21).
Mientras que los patrones necesitan racismo y explotación para dividir la clase obrera, no pueden permitir a ceder su monopolio sobre el terror a agentes libres clandestinos.
No libertad de expresión a racistas
Trump, abiertamente promovido por el Ku Klux Klan, ha repetidamente culpado a “ambos lados” por la violencia racista en Charlottesville. Por su parte, los políticos liberales, pastores, medios, y sindicatos hicieron un llamado de “no violencia” en la cara del fascismo. El mantener el monopolio de la violencia por el estado capitalista es crítico para la continua represión de los patrones hacia las masas y mantenimiento de su sistema capitalista.
El Partido Laboral Progresista tiene una larga historia y orgullosa de combatir racistas y organizadores fascistas de todo tipo. El PLP cree en la violencia masiva multirracial en contra de los Nazis y los del Klan. Pero para eliminar el fascismo de una vez por todas, los antifascistas necesitan unirse a ayudar crear una revolución comunista masiva de la clase obrera antirracista.
El Comunismo: el sueño de los obreros, la pesadilla de los patrones
La peor pesadilla para los capitalistas es que los obreros, soldados y jóvenes vean la necesidad de la unidad de la clase obrera a destruir el sistema racista de los patrones y los criminales Nazis. Quieren parar los antirracistas airados antes que se puedan movilizar para el comunismo. Pero eso es exactamente lo que las masas necesitan hacer para aplastar el racismo y construir un sistema que cumpla las necesidades de los obreros.
Algunos antifascistas ya entienden que “Trump es el síntoma, el capitalismo es la enfermedad.” Necesitamos propagar el conocimiento que el racismo y sexismo es vital para el capitalismo global. Usa esta ideas asesinas para dividirnos, permitiéndole a unos cuantos explotadores a que nos gobiernen.
El comunismo abolirá el sistema salarial. Podemos trabajar colectivamente a producir lo que necesitamos, sin patrones y sin fronteras. Ultimadamente necesitaremos una revolución masiva armada para crear una sociedad comunista.
Nuestra tarea es distribuir el DESAFIO, y construir el PLP en fábricas, escuelas, y cuarteles. Necesitamos prepararnos con nuestros amigos y combatir los racistas donde sea que muestren sus caras, igual que los valerosos antifascistas en Virginia. En cada acción y conversación, nuestra meta debe ser movilizarnos para el comunismo. Necesitamos prepararnos a liderar una nueva sociedad dirigida por y para la clase obrera internacional. Únetenos y crear un Partido Laboral Progresista. Solo el comunismo puede aplastar el fascismo.