En una fría noche de noviembre, una iglesia de Brooklyn organizó un foro sobre el tema de la justicia ambiental. Unas 40 personas debatieron los méritos de un sistema capitalista que solo se preocupa por la clase trabajadora por la mano de obra barata que proporciona. ¿Se puede reformar el capitalismo o tiene que ser reformado todo el sistema podrido? Tres clérigos y un activista reformista describieron algunos de los problemas y propusieron cambios en las políticas, mientras que los miembros del Partido Laborista Progresista inyectaron conciencia comunista en la conversación.
El clérigo de esta iglesia explicó cómo el racismo ambiental usa la discriminación para confinar a los trabajadores negros pobres a las áreas menos deseables de una ciudad que no tienen recursos como hospitales y tiendas de abarrotes con productos frescos. La mayoría de los sitios de eliminación de residuos se encuentran en los vecindarios más pobres y en su mayoría negros y latinos. Estaba bastante claro que la gente de la clase trabajadora tiene poca o ninguna voz sobre qué males se llevan a sus barrios y se les niega la oportunidad de escapar debido a prácticas de vivienda racistas.
Un ministro baptista habló clara y apasionadamente sobre cómo un sistema capitalista en decadencia usa el racismo o el sexismo para oprimir a los trabajadores. Es el racismo ambiental lo que permite que las personas vivan en un área sin acceso a agua limpia sin plomo. Las personas de clase trabajadora están al capricho de los desarrolladores y banqueros en cuanto a lo que entra en sus vecindarios. En Greenpoint, la gentrificación ha provocado que las rentas aumenten y está desplazando a los residentes actuales sin preocuparse por dónde pueden permitirse vivir. El racismo ambiental está destruyendo a todas las comunidades de clase trabajadora con la colocación de desechos tóxicos, servicios pésimos, precios altos de alimentos, agua con plomo, etc.
Otro ministro habló sobre la debacle en Puerto Rico y cómo la gente de la clase trabajadora lucha por mantener su dignidad frente a la humillación del imperialismo estadounidense. El ministro también habló apasionadamente sobre las hermosas bahías llenas de vida bioluminiscente que se está volviendo más oscura a medida que las restricciones sobre el vertido de residuos se han levantado a raíz de los huracanes. Se desenmascaró la incompetencia y el amiguismo del capitalismo ya que el contrato de $300 millones para reconstruir la red eléctrica se adjudicó a una pequeña empresa con 3 empleados en el estado de origen del Secretario del Interior.
El último panelista propuso una estrategia de reforma para hacer que las empresas se comprometan a reducir su huella de carbono a través de energía más limpia, mediante la instalación de techos verdes y paneles solares. Después de escuchar cómo el racismo ambiental destruye la vida de los trabajadores y cómo los trabajadores enfrentan condiciones aún más devastadoras en todo el mundo, los techos verdes y los paneles solares parecen un sueño capitalista. Un mundo dirigido por la clase obrera, el comunismo, realmente es la única solución.
Durante la discusión en la asamblea, algunos de los panelistas promovieron el voto y la abogarles a los funcionarios públicos para el cambio. Otros cuestionaron qué tipo de sistema permitiría a las personas vivir en condiciones tan terribles. Varias personas, incluido uno de los ministros, propusieron acciones masivas de una clase trabajadora unida. Aunque este foro estuvo muy orientado a la reforma, pudimos incorporar la idea de la lucha a la sala. Planteamos el tema de la lucha contra el racismo con unidad multirracial. ¡Ahora debemos ganar más amigos para luchar contra todo el maldito sistema capitalista!
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Un foro sobre la justicia ambiental reconoce que el racismo es fundamental al capitalismo
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- 12 Enero 2018 76 visitas