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En memoria: De Inés Weiner

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09 Febrero 2018 40 visitas

Inés Weiner, amada maestra de matemáticas en las escuelas públicas de Nueva York y revolucionaria del Partido Laboral Progresista, murió el 16 de enero después de una batalla de un año contra el cáncer. Ella solo tenía 61 años. En su última semana, más de cien personas visitaron su cama de hospital.
Politizada de joven en la República Dominicana, Inés se graduó de la Escuela Secundaria Walton en el Bronx y obtuvo su licenciatura en Matemáticas en Lehman College, donde comenzó a organizar para el Partido. Ella era conocida por su espíritu de lucha, primero como estudiante, y luego como maestra, era popular entre sus alumnos, que a menudo la buscaban para pedirle ayuda.
Su familia la recuerda como alguien que valoraba el crecimiento: una flor en su jardín, un niño, un esposo, un compañero, un partido comunista. Dicen que sabía que la lucha, a través de toda la ira, la frustración y las lágrimas, era crecimiento. Aunque el capitalismo le falló a Inés como a muchos millones más, sabía que los comunistas eventualmente lo destruirían. Su familia la extrañará y la recordará como alguien que les mostró a ellos y a muchos otros cómo luchar, crecer y ganar. Como ella deseaba, intentan dispersar sus cenizas en la tumba del abolicionista John Brown.
”La Maestra, luchando, también está educando”
Como maestra activa del PLP en el Bronx, Inés fue fundamental para muchas luchas políticas. Primero, contra el terror policial. Cuando José Luis Zarate, un joven trabajador desarmado de México, fue asesinado a tiros en el trabajo por los policías racistas, Inés ayudó a la familia a ver por qué deberían tomar las calles con un grupo de padres de víctimas y el PLP. Unos meses más tarde, en 1999, a diez cuadras de donde fue asesinado Zarate, Amadou Diallo, otro joven obrero desarmado de Guinea, recibió 41 disparos del NYPD, e Inés fue clave para que el PLP lanzara la primera manifestación contra uno de los más infames homicidios de la policía racista en Nueva York. En 2012, ayudó al Partido a organizarse contra el asesinato de Ramarley Graham. Inés tenía claro que nunca habría justicia para la clase trabajadora bajo el capitalismo.
Segundo, en el trabajo. Ella creía que los estudiantes deberían “luchar para aprender y aprender a luchar”. Creó lecciones de matemáticas que les enseñaron a sus alumnos el sistema de desigualdad capitalista. Cuando hablaba en las reuniones sindicales, todos le ponían atención. Cuando su escuela grande estaba siendo reestructurada, sus esfuerzos organizativos enfurecieron a los jefes de la escuela. Cuando Inés se acercaba a la jubilación, la moral en su escuela era tan baja que el personal ya no organizaba celebraciones. Sin embargo, hicieron una excepción para Inés, una gran fiesta de retiro de 100 miembros del personal.
Tercero, como una organizadora comunista. Inés tenía una fuerte visión de la construcción conjunta de bases: sabía cómo trabajar en conjunto con otros camaradas para ayudar a construir una base más amplia para el Partido, pasar muchas horas visitando a las familias de sus alumnos o formar amistades con aquellos a quienes traían a los eventos del Partido. Inés ayudó a construir el Partido entre muchas personas, como los huelguistas del Bronx Stella D’oro.
Boston: ”Muerte a los fascistas!”
Inés también participó en el proyecto de verano del PLP en Boston de 1975, mostrando gran valentía frente a los viciosos racistas del movimiento anti-busing. En 2002, Inés fue a Boston con otros camaradas de Nueva York para ayudar a cerrar una reunión nazi programada para llevarse a cabo en la Biblioteca Pública de Wakefield. El PLP estableció un piquete militante e Inés ayudó a dirigir nuestra acción, golpeando a un nazi en la cabeza con un palo. Ella fue acusada de asalto y agresión, y se produjo un largo juicio con su licencia de enseñanza y pensión en riesgo. El partido construyó una fuerte defensa legal que eventualmente ganó el caso. Inés llegó a Boston para muchas citas en la corte, y se convirtió en compañera para siempre con su familia de Boston. Su coraje comunista convirtió ese día en Wakefield en una victoria para la clase trabajadora.
Haiti: Cuando los arboles marcharon
Inés vino del lado dominicano de La Española y desmintió en la unidad con los trabajadores en Haití. Nuestros camaradas haitianos la amaron por superar la amarga historia de las relaciones haitianas-dominicanas, envenenadas por los patrones de ambos lados. Una vez, en una tarde nadando en ese mar que había sido un cementerio de esclavos, los nadadores de diferentes naciones y colores que flotaban sobre las olas parecían prometer el futuro por el que Inés soñó y luchó.
Una huelga de hambre de un maestro de escuela reunió a maestros sindicalizados en apoyo. Se quedó medio muerto sobre un piso de concreto e Inés susurró que teníamos que detener esto. Nosotros tratamos; pero no estaba en nuestras manos. Marchamos en las calles y nos dirigimos al Departamento de Educación con nuestras demandas. Los maestros flanqueaban y guiaban a los estudiantes como en un viaje escolar, pero esta fue una marcha no autorizada que detuvo el tráfico durante más de una hora mientras cientos de nosotros se amontonaban entre el polvo, el barro y el ruido, recorriendo el recuerdo del hombre tendido en el piso del aula para protestar con su vida. Todos llevamos ramas que los niños habían sacado de los árboles para que actuaran como banderas y pancartas. Los árboles marcharon. Los árboles marcharon, los niños bailaron y cantaron, y allí estaba Inés agitando su rama, y allí estará siempre para nosotros, en las calles de todo el mundo, en la lucha de todos los trabajadores, entre los niños, con los maestros, cantando por la liberación
Bella Ciao, comarada
Inés tuvo una vida inspiradora de un camarada tan capaz de trabajar para nuestra clase, y tan humano con todos, incluida su segunda familia de camaradas repartidos por todo el mundo. Inés, no amabas nada más que hablar con nosotros, luchar con nosotros, comer con nosotros. Los estudiantes que vinieron a ser tutelados, una familia de visita, los compañeros en una lucha o simplemente para hablar. Una casa de amor, compañerismo y comida. Bella Ciao, camarada! Continuaremos la lucha por el comunismo y, a través de la lucha, vivirás.