En su discurso racista y divisivo del Estado de la Unión¸ el presidente Donald Trump hizo lo mejor que pudo para culpar a los inmigrantes por la intensificación del capitalismo EE.UU. en medio de la agudización de la rivalidad inter-imperialista. Para convencer a la clase trabajadora de los EE.UU. de ir a guerra sobre el petróleo del Medio Oriente y otros intereses de la clase gobernante, los patrones necesitan aumentar el racismo contra los trabajadores en otros países. Así como Hitler culpo a los judíos de la depresión en Alemania en los 1930’s, Trump está tratando de culpar el crimen violento y la perdida de trabajos a los inmigrantes huyendo de los regímenes de terror apoyado por los EE.UU. y la inestabilidad económica del capitalismo.
Pero los trabajadores no pueden ser engañados. La clase trabajadora internacional no tiene fronteras. Los “inmigrantes” simplemente son trabajadores súper explotados quienes están forzados a moverse más allá de las arbitrariamente líneas fronterizas patronales por los fracasos del sistema de ganancias. De frente a estos ataques de Trump y los patrones que él sirve, tenemos que construir un partido comunista revolucionario para derrumbar todas las paredes y muros fronterizos que sirven a los capitalistas. Tenemos que crear un mundo nuevo que honra la labor de los trabajadores y atiende a las necesidades de los trabajadores.
Dos marcas del fascismo
El capitalismo EE.UU. esta en declive en comparación a China y Rusia. En un esfuerzo desesperado para detener su posición superior, los patrones EE.UU. se han sumergido en guerras de Siria a Afganistán a Yemen, todo esto en preparación por el más amplio conflicto global por llegar. Pero los gobernantes EE.UU. también se están enfrentando con significantes divisiones en sus propios campamentos. La sección de la clase gobernante orientado domésticamente esta menos invertido en una guerra prospectiva por el petróleo del Medio Oriente. Está promoviendo una más pequeña, menos costoso, un predominantemente militar blanco entrenados como asesinos racistas.
Pero el ala dominante del capital financiero entiende que se necesita un ejército “multicultural” para la Tercera Guerra Mundial por venir. Estos patrones ven a los inmigrantes como inestimable carne de canon, y están dispuestos a ofrecer la ciudadanía EE.UU. como incentivo para reclutar a inmigrantes a su máquina de matanza. Como noto el presidente anterior Barack Obama, los inmigrantes jóvenes conocidos como Sonadores “comienzan nuevos negocios, trabajan en nuestros laboratorios, sirven en nuestro militar, y contribuyen de otro tipo al país que amamos” (cnn.com, 9/5/17).
El resultado de este debate significa más fascismo, ya sea de una cara abiertamente racista o una apariencia liberal. El discurso de Trump-ofreciendo un “camino “a la ciudadanía para 1.8 millones de “Sonadores” mientras excluyendo a miembros de la familia, acelerando las deportaciones, construyendo una pared, y demonizando a otros inmigrantes como criminales – quizás hubiera sido un torpe intento a un consenso entre los campamentos patronales en conflicto. La incoherencia de sus planes de inmigración, que parece cambiar día a día, es un síntoma de la volatilidad y una vista a corto plazo del racista Trump. Pero también refleja una contradicción esencial para la clase capitalista. Por un lado, todos los patrones necesitan usar el racismo anti-inmigrante para dividir a los trabajadores, bajar los salarios y evitar la amenaza mortal de una clase trabajadora unida. Por el otro lado, todos los patrones necesitan a los inmigrantes como una fuente de mano de obra barata. Como escolar de inmigración Mae Ngai noto en el New York Times (1/29):
La migración es propulsada por los incontenibles deseos humanos para la reunificación familiar, el mejoramiento económico y seguridad física…El realidad, la migración indocumentada no es una desviación de la inmigración “normal.” Esto es el inevitable resultado de cualquier póliza general de la restricción de inmigración. La restricción crea dos corrientes de inmigración, legal e ilegal. Esto es una presunción del poder soberano en pensar que solamente puede tener inmigración legal.
Reforma migratoria: Solamente otro ataque contra los trabajadores
Bajo Trump, el ataque contra los trabajadores inmigrantes ha cambiado e intensificado. Los agentes de Inmigración y Aduanas (ICE) se están poniendo más agresivos – deteniendo y deportando cualquier inmigrante indocumentado que encuentren, no solamente los que están convictos de haber cometido crímenes, como bajo Obama. Trump ha parado el programa de DACA (Acta del Sueno –Ley Dream), siendo sujeto a deportación a 800,000 personas indocumentadas que entraron a los Estados Unidos de niños. Él ha hecho lo mismo a cientos de miles de inmigrantes de países que sostuvieron desastres naturales (incluyendo a Haiti y El Salvador) en terminando sus Estatus de Protección Temporal (TPS). Trump también quiere terminar el programa de lotería de visas, que concede cartas verdes a 50,000 inmigrantes cada ano de países con bajos números de inmigración, y parar a inmigrantes de legalmente trayendo a familiares aparte de esposos/as y niños dependientes. El plan de Trump para la inmigración basada en los méritos de países como Noruega es un paso transparente para intensificar el racismo anti-inmigrante por trazar una línea entre “buenos” inmigrantes , o sea, gente blanca que habla el inglés con títulos universitarios, y todos los demás. El propone dividir a la clase trabajadora mientras animando a la base supremacía blanca quien lo eligió en 2016.
No se puede confiar en los Demócratas
La historia demuestra que la clase trabajadora no puede confiar en el partido demócrata para defender y proteger a los trabajadores inmigrantes. En los 1990’s, bajo demócrata Bill Clinton, la Patrulla Fronteriza de los Estados Unidos inicio operaciones llamados “Gatekeeper” y “Hold the Line”, en que concentro agentes y la tecnología para hacer un “despliegue de fuerza” para los potenciales que piensan cruzar la frontera ilegalmente (cbp.gov) y supervisó el “primer paso mayor federal hacia la construcción de un muro fronterizo” en Tejas, Arizona, y California (cndls.georgeown.edu). La administración de Clinton deportó un record de 12.3 millones de inmigrantes y presionó para leyes que estableció “nuevos procedimientos de deportación, multas por los crímenes de entrada ilegal y reingreso, mandatos para la detención de no ciudadanos que pueden ser deportados, y una estructura para arreglos cooperativos sobre la aplicación de inmigración entre el gobierno federal y agencias estatales y policía local” (Migration Policy Institute, 1/26/17).
Más recientemente, Obama deporto a más de 2 millones de personas y criminalizo a más inmigrantes que cualquier otro presidente. Mientras las apelaciones groseras de Trump a la supremacía blanca son más abiertamente viles, y ha presionado para prohibir a los inmigrantes de países principalmente musulmanes, su posición racista acerca la inmigración esencialmente no es diferente de su predecesores, demócratas o republicanos (New York Times, 1/29). De hecho, Trump deporto a menos personas el 2017 que Obama en 2016 (politifact).
Luchar contra el racismo anti-inmigrante
Como comunistas, damos la bienvenida a los inmigrantes como compañeros de trabajo quienes han sido los más militantes luchadores contra la brutalidad y explotación capitalista. Miles de grupos ahora están luchando contra las deportaciones de Trump. Los maestros en sindicales han formado comités contra las deportaciones. Abogados de Nueva York han demostrado para expulsar a agentes ICE del sistema judicial. Los movimientos de “Santuario” están protegiendo a los inmigrantes y publicando sus historias. En Norwalk, Connecticut, Nury Chavarría, una madre afrontada con deportación a Guatemala después de 24 años en los Estados Unidos, ganó más tiempo después de que varios cientos de trabajadores demostraron en su nombre. Un estudiante indocumentado de Boston, encarcelado en una cárcel de ICE, fue concedido fianza después de que un movimiento “go-fund-me” de estudiantes de su escuela recaudaron el dinero para la fianza. Todos los días, voluntarios dejan comida y agua en el Desierto Sonora para salvar a los migrantes de muerte por deshidratación y golpe de calor.
Respuesta comunista
El Partido Laboral Progresista llama a todos los trabajadores a que defiendan a nuestros hermanos y hermanas inmigrantes contra la deportación, y para luchar contra las mentiras racistas de Trump. ¡Derrotemos las deportaciones racistas! Entrenémonos y a nuestra clase para luchar por un mundo donde jamás haiga “deportados.”
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Combatir la reforma racista de inmigración Los Obreros no tienen fronteras
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- 09 Febrero 2018 83 visitas