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Trabajadores de GM abandonan plantas; se avecina lucha por contratos

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12 Enero 2019 50 visitas

NEW YORK CITY, 23 de Diciembre—Cuando General Motors anunció el cierre de cuatro plantas automotrices en EEUU y una en Canadá, los trabajadores abandonaron las plantas en protesta. Más de 16,000 empleos están en juego. Mientras los capitalistas compiten para maximizar ganancias, los trabajadores sufrimos. A los inversionistas les encantan las noticias de los despidos para reducir costos y así las acciones de GM se disparan en casi ocho por ciento.
En la planta de ensamblaje en Oshawa, Canadá, los trabajadores tuvieron una respuesta diferente. Abandonaron la planta y después bloquearon los portones para prevenir la entrada de partes y la salida de autos ensamblados. Los trabajadores automotrices de Canadá, EEUU, México y el mundo van a tener que llevar a cabo muchas más acciones parecidas en luchar contra sus patrones. No van a recibir ninguna ayuda de los políticos o inclusive de sus “lideres” sindicales. El Presidente Canadiense Trudeau comentó, “Hablé con Mary Barra, (la Directora Ejecutiva) de GM, para expresarle mi profunda desilusión por el cierre” (Reuter.com, 26 Nov. 2018). El Presidente Trump dijo que, “no estaba ‘contento’ con la decisión y le habló ‘fuerte’ a Barra por esa acción” (Autonews.com, 23 Dic. 2018). Los líderes sindicales también hablaron fuerte pero sin planes de acción.
A los patrones los rescata el
gobierno; a los trabajadores nos despiden y reducen salarios
La industria automotriz ha tenido ocho años de enormes ganancias gracias a los $60 billones del rescate de Obama en el 2009 y billones más que el sindicato UAW (United Auto Workers) le otorgó en concesiones. Pero ahora llega la crisis de sobreproducción, que es una característica del capitalismo y de la industria automotriz en particular. Todas las plantas por cerrar operan por debajo de su capacidad total. En la feroz competencia global por mercados, materias primas y mano de obra barata, los patrones persiguen el lucro despiadadamente. En algún momento estas fábricas que no funcionan a toda capacidad se convierten en un dreno de esas ganancias. En este cierre, las cinco plantas operaban un solo turno. Los otros turnos ya habían sido despedidos por completo. Y según el Detroit Free Press, cuatro de las 12 plantas de GM, tres de las nueve plantas de la Ford, y dos de las seis plantas de la Fiat Chrysler operan por debajo de su capacidad. Esto apunta a más cierres.
Esto refleja así mismo otra restructuración de la industria automotriz global. Las ventas han decaído en Norte América y China y las patronales automotrices han estado perdiendo dinero en Europa y Sud América. Más de 1,000 trabajadores de Nissan van a quedarse sin trabajo en Méjico y es posible que la Ford anuncie pronto su propio plan de recortes laborales, que podría eliminar hasta 25,000 empleos.
En Septiembre del 2019 expiran los contratos laborales de GM, Ford y Fiat Chrysler en los EEUU y Canadá y los patrones y el liderazgo de la UAW van a usar estos recortes para dividir a los trabajadores y usarlos a unos contra otros. Después que se resuelven los contratos nacionales, cada planta local negocia sus propios acuerdos locales. Allí es donde el sindicato y la compañía “carambolean” a los trabajadores, unos contra otros para que acepten acuerdos laborales que aumenten las ganancias de la corporación, y cada uno espera que el acuerdo más beneficioso consiga que se asignen más trabajos a esa fábrica.
Al acercarse la fecha de discusiones de los contratos, sigamos el liderazgo de los trabajadores canadienses y hagamos que el 2019 sea el año de la lucha militante. Los trabajadores ya están hartos de la corrupción de los oficiales del sindicato UAW, que aceptaron sobornos de la Fiat Chrysler durante las últimas negociaciones de contrato. Mientras que los oficiales de la UAW aceptaban sobornos de miles de dólares en efectivo, regalos y viajes, los contratos vendidos permitían que las plantas ensambladoras contrataran trabajadores temporales y de medio tiempo, por bajo salarios. Esto, en una industria que ya está inundada de trabajos de bajos salarios en el sector de proveedores. Los trabajadores podrían decidir tomar cartas en el asunto. Las huelgas rebeldes podrían regresar.
Como comunistas, los miembros del Partido Laboral Progresista vamos a apoyar cualquier rebelión de las bases contra los patrones. Al mismo tiempo luchamos para forjar un mundo comunista donde la producción se base en las necesidades de la clase trabajadora internacional y no en el lucro de los banqueros y patrones que se dedican a promover guerras de lucro.