Reciente y repentinamente el presidente de EE.UU. Donald Trump anuncio la retirada de las 2,200 tropas estadounidenses en Siria, además de la mitad de las 14,000 tropas en Afganistán, declarando “victoria” sobre ISIS. En realidad, el imperialismo estadounidense pierde territorio con el imperialismo ruso en Siria. Las pronunciadas divisiones entre los patrones se agudizan mientras su imperio se tambalea. Mientras tanto la indignada oposición contra la retirada de tropas por Trump por falsos “izquierdistas” y el liberal partido demócrata ha mostrado lo que verdaderamente son: fieles sirvientes del capital financiero; ala principal de la clase dominante estadounidense; dirigida por entidades tales como ExxonMobil, JPMorgan Chase, y Citigroup.
Este compromiso con la perpetua – y genocida – guerra en el Medio Oriente y Sur de Asia por el ala principal del capitalismo es estratégicamente opuesta a la mas centrada en lo nacional; el ala “Fortress America” (Fortaleza de Estados Unidos) dirigida por las familias Koch, Mercer y Adelson. El ala principal, con miles de billones de dólares y un imperio en riesgo en los campos petroleros y de gas en el Medio Oriente, prefiere mantener una pequeña presencia militar ahí mientras reorganiza el ejercito estadounidense para enfrentar una guerra aun mas grande contra China y Rusia que vislumbra en el horizonte. El ala nacional preferiría desinvertir en las fuerzas terrestres y concentrarse en los ataques asesinos aéreos para defender su estrecha esfera de interés.
El capital financiero aun tiene control, algo que fue evidente cuando John Bolton, consejero de seguridad nacional de Trump, denegó efectivamente al presidente con “preparando las condiciones para una retirada que podría mantener ahí las fuerzas estadounidenses por meses o años” (New York Times, 6/1). Bolton comenzó en la década de 1980, con una agencia de desarrollo internacional que era reconocida como frente de la CIA (NYT 15/4/14). Aunque tiene lazos con el ala domestica y como Trump no confía en Europa o las alianzas multilaterales, fue un prominente intervencionista en las administraciones de Bush.
El partido revolucionario comunista internacional; Partido Laboral Progresista, es el único que representa los intereses de la clase trabajadora internacional. El PLP es la única esperanza de acabar con el sistema capitalista podrido y criminal. Mientras exista el sistema de ganancias, el petróleo será indispensable para la guerra imperialista. El petróleo continuara los asesinatos en el Medio Oriente. Empezando con los 12 millones de refugiados en Siria, a las masacres de Yemen, donde EE.UU. ayuda a los matones, de la realiza saudí, a matar de hambre a cientos de miles de niños (NYT, 21/11/18). La necesidad de construir nuestro movimiento es mas urgente que nunca.
El Medio Oriente, Sur de Asia, cruciales para los imperialistas estadounidenses
Desde la invasión a Afganistán en 2001, las guerras instigadas por EE.UU. han asesinado a mas de un millón de personas (NYT, 13/4/18). Esto no incluye los anteriores conflictos en la región o los 500,000 niños en Irak, asesinados por las genocidas sanciones del demócrata Bill Clinton en la década de 1990.
Para el 2008, conforme se hacen mas sangrientas las guerras en Irak y Afganistan, la crisis económica en EE.UU. apretaba al imperialismo estadounidense. Los patrones rusos extendían su presencia naval en el oriente Mediterráneo, anclados por su base en el puerto Tartús, Siria, obligo a EE.UU., bajo el demócrata Barak Obama, a acelerar financiamiento a grupos “pro-democracia”. En 2011, cuando la primavera árabe, financiada por los capitalistas estadounidenses, llevaba a demostraciones masivas, EE.UU. estaba listo para explotar los disturbios. Miembros del ejercito sirio, con conexiones a la CIA, formaron el Ejercito Libre Sirio (International Business Times, 26/6/15).
Apoyado por bombas estadounidenses, Obama ordena la entrada a Siria de la CIA en 2013. Irán, representando a Rusia y Hezbollah entran en 2015, apoyados por las bombas rusas (Al Jazeera, 14/4/18). Bajo la careta de luchar “contra el terrorismo” e ISIS, ambos poderes imperialistas han apoyado las guerras de lucro por sus representantes. ISIS, con toda su brutalidad y retroceso, no se compara con los mas grandes terrorista; los imperialistas estadounidenses y rusos.
La declaración de Trump de la retirada de tropas le da la victoria a los gobernantes rusos. Ya sea que Trump lo haga o no, lo cierto es que los patrones estadounidenses seguirán masacrando trabajadores para mantener su nivel de control sobre esta estratégica locación y los campos petroleros de la región.
Hipocresía de la falsa izquierda
El New York Times, vocero del ala principal capitalista, diariamente presenta los indignados alaridos de los demócratas reclamando contra la retirada de Trump. Su comité editorial se ha pronunciado repetidamente de querer “proteger la nación” señalando a Trump por ceder, a Irán y Rusia, un país estratégicamente vital” y “un regalo a Vladimir Putin” (NYT, 19/12/18 y 27/12/18).
Los demócratas por ahora son los mas leales sirvientes del ala principal y defensores del imperialismo estadounidense. Desde 2016 a 2018, como partido de minoritario en la Cámara de Representantes, votaron dos a uno para dar aun mas dinero de lo solicitado por Trump al ejercito (Forbes, 20/6/18). Haciendo echo de los gobernantes estadounidenses, la “heroína de la resistencia” la presidente de la Cámara, Nancy Pelosi, ataco la retirada de Trump como “prematura” y prometió una revisión, por el Congreso, de la decisión “para asegurar que las decisiones del presidente promuevan nuestros intereses de seguridad nacional” (Independent, 20/12/18).
Pelosi, pro Wall Street, la demócrata mas poderosa en el Congreso, nunca ha estado contra la guerra. Ha apoyado cada acción militar estadounidense desde su elección en 1987 y apoyo, secretamente, la tortura después de los eventos del 11 de septiembre del 2001 (NYT, 14/5/09; CNN, 25/11/09).
Mientras tanto, los nuevos “demócratas socialistas”, electos al congreso, como Alexandra Ocassio-Cortez, Ilhan Omar, y Rashida Tlaib, no dicen ni pio. Los tres, besándole la mano a la archí-imperialista Pelosi, votando para que regrese como presidente de la Cámara
Muchos trabajadores esperan que el liderato obrero emerja de alguno de estos políticos electos. Pero apostar por cualquiera de estos lideres engañosos, como si fueran menos peligrosos que el racista y sexista Trump seria un error letal.
Imperialismo estadounidense necesita mas fascismo
Aun con lo errático e indisciplinado que es Trump, ha logrado consolidar una base blanca supremacista alrededor del ala capitalista nacional. La intensificación de la lucha entre las dos alas fue aparente cuando al sorpresivo anuncio de retirada le siguieron renuncias de alto rango, entre ellas la del secretario de defensa Jim Mattis, leal al ala principal.
Para los trabajadores en EE.UU. el fascismo significa la disminución de calidad de vida y crecientes ataques racistas, sexista y nacionalista para pagar por la tercera guerra mundial. Richard Haass, presidente del Concejo en Relaciones Exteriores, grupo de expertos mas prominente del ala principal, predijo que la siguiente guerra estadounidense comenzaría en Irán: “Siria podría ver un aumento en combate…[posiblemente] Arabia Saudita, Egipto, Turquía…las cosas, cuando ocurren en el Medio Oriente, tienden a esparcirse por todo el mundo” (MSNBC, 27/12/18).
Acabemos el imperialismo con el comunismo
Mientras los patrones en el mundo planean la guerra para proteger sus tesoros, el PLP nos ofrece otra solución para la clase trabajadora internacional: el comunismo. Los trabajadores, estudiantes, y soldados alrededor del mundo no tienen opciones con ningún grupo de capitalistas y terroristas.
Nuestro interés esta en construir un Ejercito Rojo internacional de millones para acabar con este sistema racista y genocida y las fronteras racistas que los imperialistas marcan para mantenernos divididos. El capitalismo solo ofrece a nuestra clase las miserias del fascismo y guerras imperialista. El comunismo significa abolir el capitalismo. No tenemos nada que perder y un mundo que ganar. ¿Te unirás a nosotros?