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Elecciones sindicales revelan contubernio entre MTA y sindicato vendido

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25 Enero 2019 47 visitas

New York City, 20 de Enero—Ahora que se despejo la polvareda después de las elecciones del sindicato TWA local 100 (el sindicato de transportes más grande del país) se puede ver la inseguridad que envuelve a todo el país en el sindicato y en sus miembros. Estas elecciones se llevaron a cabo en medio de la presión sobre los patrones del Departamento de Transporte Metropolitano (MTA) para que respondan por el servicio irregular y su creciente deuda. La respuesta de los patrones ha sido amenazar con un alza de pasajes, congelamiento de empleos, una disciplina más estricta y lloriquear pobreza. La realidad es que la mejor cura para el sistema de transportes es deshacerse de los políticos y de los patrones de la MTA. Una sociedad administrada por los trabajadores pondría las necesidades de la clase trabajadora al frente decidiendo qué servicios se necesitan y dónde. Bajo este sistema capitalista los servicios que se recibimos dependen de lo que necesiten los banqueros millonarios y empresarios. La unidad de los usuarios y de los trabajadores de la MTA contra los políticos, empresarios de bienes raíces, patrones de la MTA, y por último, sus patrones banqueros, es la única fuerza que puede conseguir un mejor sistema de transporte a corto plazo y un mundo mejor y comunista a largo plazo.
El liderazgo vendido del sindicato retomó el poder en muchas de las posiciones más altas, mientras que en la división de trenes subtes (Servicios) del sindicato perdieron casi todas sus posiciones de liderazgo a manos de los falsos progresistas. Estos ‘progresistas’ hablan de levantar la moral de los miembros y preparar al sindicato para la huelga, mientras buscan políticos amigables. Su estrategia, al final de cuentas, depende del uso de los medios de comunicación patronales, abogados y árbitros en vez del poder obrero. Estos mal llamados líderes han controlado el sindicato antagonizando una división contra otra, sobornando a los conductores de buses con el sobretiempo, etc. mientras que simplemente ignoran las necesidades de algunos otros. Han apoyado al gobernador anti-laboral Cuomo, el patrón de la MTA, sin criticarlo.
El dinero lo producen los trenes subte de la MTA, que transportan 5 millones de trabajadores al día, pero la vida de los trabajadores de esos trenes no es fácil. El turno de trabajo promedio de estos trabajadores, en su mayoría negros y latinos, dura de 10 a 12 horas diarias. Los nuevos empiezan con los peores horarios y casi ninguna certeza de dónde y cuándo van a trabajar. Todos los viernes tienen que llamar para preguntar si les han cambiando sus días libres la semana siguiente. La sección de asignaciones de equipo controla sus vidas.
El abandono del sistema de subtes por los patrones de la MTA y los políticos hace que los trabajadores traten de hacer lo que pueden con lo que hay; trabajan con señales que no funcionan, sin tiempo para comer, y con poco o ningún tiempo para descansar entre vueltas. Los radios anticuados hacen que la comunicación sea imposible, lo que deja a los usuarios y a los trabajadores sin saber si hay atrasos o algún otro problema.
Ha habido un aumento en el número de acciones disciplinarias contra los del equipo de operaciones que ha tenido poca o ninguna respuesta del sindicato. Lo más que dice el sindicato cuando hay un conflicto con la MTA debido a una acción disciplinaria es que busquemos nuestro propio abogado. La última novedad en la MTA es que van a tratar de acelerar el servicio arreglando las señales rotas. Inmediatamente los trabajadores preguntamos si va a haber una demanda contra los despidos y la pérdida de sueldo y beneficios para todos los trabajadores que fueron disciplinados por ignorar señales que no funcionaban. Desde el entrenamiento nos dicen que vayamos de 5 a 10 mph menos que lo que indican los avisos cuando lleguemos a una señal. Pero si llegas a la señal de 5 a 10 mph por debajo del aviso es tu culpa porque ibas “no atento”. Con la noticia de que la MTA va a arreglar esas señales, finalmente están admitiendo que no funcionaban como debían. El sindicato no dice nada.
La mayor resistencia organizada contra el actual liderazgo vendido del sindicato se encuentra en la división de subtes (conductores, operadores de vías, operadores de torres, limpieza). A esta división la han estado atacando por casi dos décadas y aun más ahora con esta campaña de modernización. La resistencia por ahora no ha sido más que palabras fuertes, que desenmascaran los negociados tras bastidores de los líderes vendidos del sindicato con la gerencia.
Las elecciones pusieron en evidencia una serie de acuerdos turbios que el actual liderazgo del sindicato hizo con los patrones de la MTA. Instalaron cámaras corporales para espiar a los trabajadores más que para prevenir asaltos. El reglamento para el uso de los celulares es tan opaco que deja a los trabajadores vulnerables al hostigamiento y la disciplina. Recientemente la MTA ha instalado cámaras en las cabinas de trabajo de los trenes sin decirle una palabra a los del equipo que sabe que esto sería imposible sin un acuerdo con el sindicato, pero el sindicato tampoco ha dicho nada sobre este programa.
Las próximas elecciones han animado a que más miembros hablen y participen pero muchos todavía ven la alianza con los políticos como la única manera de avanzar. Debemos tener más confianza en nosotros mismos, en la clase trabajadora, ya sean trabajadores del transporte o el público usuario. Depender de los políticos o de los medios sólo crea cinismo. Convirtamos nuestra cólera y discusiones en el trabajo en acciones. Vayamos a las reuniones del sindicato y confrontemos a los mal llamados líderes que no hacen nada. Vayamos a las oficinas de los patrones y confrontémoslos cuando tratan de disciplinar a uno de nosotros. Comuniquémonos con nuestros hermanos y hermanas de clase que usan trenes y buses. Forjemos un sindicato más fuerte, luchador y listo para la huelga antes del contrato de Mayo. Únase al Partido Laboral Progresista en su lucha a largo plazo por un mundo dirigido por la clase trabajadora: el comunismo.