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Sri Lanka: Atrapado en la rivalidad imperialista y la politica de identidad

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05 Mayo 2019 41 visitas

El bombardeo de una iglesia el Domingo de Pascua en el país isleño de Sri Lanka mató a 359 personas, hiriendo a otros cientos de ellas y aterrorizó la población total. Este ataque expone dos peligros para la clase trabajadora internacional: por un lado, la lucha patronal interna impulsado por los rivales inter- imperialistas; por el otro lado, las ideas atrasadas y anti-revolucionarias de la política de identidad.
El Partido Laboral Progresista (PLP) lucha por la unidad de la clase trabajadora, el principio de que un daño contra uno es un daño contra todos. Luchamos por un mundo sin el racismo, sin el sexismo, sin ganancias y sin fronteras. ¡Unan se a nosotros en la misión de vida, luchando por un mejor mundo posible: el comunismo!
La lucha interna mata a los trabajadores
Al igual que en los Estados Unidos y Gran Bretaña, divisiones existen dentro la clase gobernante de Sri Lanka, y los trabajadores pagaron el precio. El grupo terrorista de poca monta, Thowheed Jamath Nacional, junto con su afiliado internacional, el Estado Islámico, han tomado la responsabilidad por esta sangrienta masacre. ¡Pero los patrones gobernantes siempre supieron que iba pasar! Más de dos semanas antes, la inteligencia india les había advertido del ataque (NYT, 4/22). La manera en que los patrones respondieron fue en distribuir un memorando a unos ciertos oficiales del gobierno. Ustedes se dan cuenta que la clase gobernante está en plano desorden cuando el primer ministro está excluido de las juntas nacionales de seguridad.
Pero los problemas de Sri Lanka van más allá de las subjetividades descaradas de los políticos sedientos de poder. Sri Lanka está atrapado en un fuego cruzado imperialista entre China, el principal rival de los Estados Unidos y India en lo cual está ligada al debilitado orden liberal mundial dirigido por los Estados Unidos. Ambos países tienen intereses estratégicos en el océano índico. Los patrones están siguiendo su viejo axioma de guerra, “el que domina las olas, domina el mundo”.
Mientras el pro-occidental primer ministro, Ranil Wickremesinghe, parece alienarse más cerca a India, el presidente Maithripala Sirisena favorece a China. “Los proyectos de China, respaldado con préstamos del gobierno chino…han enfrentado oposición en Sri Lanka en medio de preocupaciones manifestados por los Estados Unidos, India y Japón que China podría utilizar a Sri Lanka como una base militar” (Reuters, 7/22/18.) De hecho, el puerto estratégico Hambantola y 15,000 acres de tierra a su alrededor ya pertenece a China como parte del esbozo de planos Un Cinturón, Una Carretera por la supremacía mundial.
Los patrones usan el masacre como simulacro de ejercicio para el fascismo y guerra
Los patrones estadounidenses, cada vez más en declive, no perdieron la oportunidad. Junto con otros aliados, “ellos mandaron un equipo de agentes del FBI y oficiales militares para ayudar a las autoridades con la investigación en curso,” (ABC News, 4/26.) Los patrones están usando estos ataques como una práctica para la colaboración fascista que ellos necesitan para las guerras venideras.
Como ilustrado con los ataques del 11 de septiembre en los Estados Unidos, los grandes terroristas responden a los pequeños terroristas con más represión y racismo contra la clase trabajadora. Después de los bombardeos del Domingo de Pascua, el gobierno de Sri Lanka cerró los medios de comunicación, en forzó el toque de queda, impuso cacheos personales, y se prohibió taparse la cara. “Aunque sea de manera temporal, Colombo (la capital) se ha revertido repentinamente a la mentalidad bélica (de la guerra civil) – o peor. Las fuerzas de seguridad ya están puestos en cada esquina, efectuando búsquedas y desplegando otras medidas que antes fueron raros aun durante esos días del derramamiento de sangre” (NYT, 4/24.)
Pero no temen. Nuestras hermanas y hermanos de clase trabajadora encontraran maneras creativas para rebelar contra la feroz opresión del capitalismo en crisis.
Divide y vencerás
Sri Lanka está compuesto de diferentes grupos étnicos-religiosos: Cingaleses Budistas, Tamil Hindúes, Tamil Cristianos, Burgueses Holandés, y musulmanes de idioma Tamil. El bombardeo de la iglesia, organizado por el grupo terrorista de idioma Tamil, es el más grande acto de violencia sectario desde la guerra civil de 26 años, terminando hace diez años. Ese conflicto enfrentó a los separatistas Hindúes del idioma tamil contra el gobierno dominado por los budistas del idioma cingalés. El resultado fue 70,000 muertos.
La lección es que la política de identidad es una trampa mortal, su tribalismo político organizado en torno al mito, pues, de la “identidad” propia. Organizando basado en la raza, el género y/o sexualidad – cualquier cosa menos el de clase – es una creación mortal de la clase gobernante. En ningún lugar es más evidente que en el sur de Asia. La póliza imperial de Gran Bretaña de “dividir y vencerás” incitó las hostilidades religiosas y étnicas para mantener su control colonial y generar ganancias. En Sri Lanka, los patrones británicos sistemáticamente enfrentaron a los trabajadores Tamil contra el Cingalés. En India y lo que ahora es Pakistán y Bangladesh, los patrones británicos dividieron a los trabajadores musulmanes contra los trabajadores Hindúes y Sij, grupos que habían coexistido por casi un milenio. En los dos casos, el resultado fue el desplazamiento masivo, el derramamiento de sangre innecesario y la pérdida de conciencia de clases.
El sur de Asia actual consiste de muchos países nacidos de las luchas de liberación nacional. Todos están gobernados por rapaces opresores quienes comparten una “identidad” con los oprimidos.
La política de identidad, un veneno global
La clase gobernante liberal estadounidense construyó la política de identidad como una manera de apartar a los luchadores del movimiento masivo dirigido por comunistas en contra el imperialismo y el racismo en los últimos 1960’s. Sus raíces en las universidades capitalistas, el “radicalismo intelectual del inicio movimiento de la política de identidad se puede ver como una búsqueda por una política universal que pueda tomar el lugar del…Marxismo” (Revista Harpers, septiembre, 1993.)
En los 1980’s, la época del racismo obviamente derechista bajo la presidencia de Ronald Reagan, el movimiento patronal canalizó la ira de los trabajadores al callejón sin salida de la política electoral. “El desarrollo de una explicita política de identidad izquierdista…se hizo un credo de hecho de dos generaciones de políticos liberales, profesores, maestros, periodistas, activistas de los movimientos y oficiales del Partido Demócrata” (New Statesman, 9/18/2017.)
La política de identidad se apropia de la ira de la clase trabajadora contra el terror policial patronal y la violencia sexista, y cínicamente lo usa para construir una falsa unidad entre los trabajadores y patrones. Incluso, la política de identidad empuja a que los trabajadores sigan su propio éxito individual (tu haz por ti) en vez de vernos como una clase – nuestra clase, la clase trabajadora.
¿El monstro de Frankenstein para los Patrones?
En 2016, la política de identidad blanca – una parte siendo reacción a la política de identidad liberal “multicultural”, una parte siendo reacción al desastre del capitalismo – le dío a Donald Trump la presidencia. Mientras que los patrones nos mantengan luchando por una sociedad donde nuestros opresores se parecen como nosotros, y donde la unidad es solamente superficial, el capitalismo se sale con la suya.
Pero ya con los patrones estadounidenses siendo desafiado por China y Rusia, y en relativo declive, los patrones realizan que se pasaron de rosca. La política de identidad está bloqueando su intento de construir la unidad pro-imperialista estadounidense entre los trabajadores que antes batallaban tan fuertes para dividir. Mientras, los patrones fascistas de poca monta en los Estados Unidos y mundial han arrebatado la política de identidad para construir sus propios movimientos, incluso el nacionalismo blanco, para socavar a la ala principal, los capitalistas financieros.
Hoy en día, los capitalistas estadounidenses necesitan una forma más patriota “americana “de política de identidad para construir una lealtad nacionalista a la inevitable guerra global por venir. Los candidatos presidenciales del partido demócrata, incluyendo una mayoría de mujeres, políticos negros, latinos y homosexuales, representan esta tendencia. Cualesquiera que sean sus diferencias sobre póliza, todos estos falsos líderes buscan de unificar a los trabajadores para apoyar un movimiento liberal para la guerra y el fascismo.
Pero los trabajadores no pueden ser engañados. Una y otra vez, vemos destellos de la unidad verdadera y multirracial. La respuesta mundial a la rebelión de Ferguson en 2014 permanece como una estrella luminosa en la noche obscura.
Los trabajadores necesitan el internacionalismo
Junto con la construcción de unidad de todas las clases en el interés patronal, la política de identidad sabotea el internacionalismo. Al continuar la lucha contra el racismo y el sexismo, también estamos luchando por algo profundo. El PLP aspira a ganar a los trabajadores a la idea y practica que nosotros tenemos más en común que con cualquier patrones, independiente del género o del color de piel de nuestros explotadores. Luchamos por un mundo, una clase, un Partido. ¡Unan se a nosotros para celebrar la unidad de nuestra clase el Primero de Mayo, el Día Internacional de los Trabajadores!