Colombia—Durante 27 días 13.000 campesinos organizados impidieron el tránsito de miles de vehículos en la vía panamericana. Esta lucha persiste a pesar del terrorismo racista de los patrones colombianos que han asesinado a más de 600 trabajadores locales en los últimos dos años. El PLP en Colombia está organizando la única solución a esta contienda de clases: la revolución comunista.
Estos campesinos se organizaron en la minga indígena y bajaron desde diferentes puntos del territorio y bloquearon la carretera en varios puntos como, el Cauca, Nariño y otros lugares. Estaban protestando e indignamente exigiendo a los racistas Duque-Uribe una reforma agraria, recursos para hospitales, colegios, vivienda, carreteras, agua potable, alcantarillados, no fumigación de sus cultivos con glifosato y parar el asesinato de líderes sociales y campesinos locales.
Desde el 13 de marzo, los trabajadores bloquearon 14 kilómetros de la panamericana y los gobernantes en vez de discutir las justas exigencias enviaron los escuadrones antidisturbios del ESMAD, el ejército y las hordas de paramilitares que arremeten contra la población nativa que resiste a garrotazos y piedras, los gases lacrimógenos y la fuerza desmedida de los escuadrones de la muerte estatal.
Estas fuerzas patronales dejaron a 8 campesinos muertos, más de 80 heridos y 30 detenidos. A pesar del terrorismo de estado característico en Colombia en las últimas décadas y a pesar de la barbarie paramilitar, que ha resultado en miles de muertos, desaparecidos y desterrados, los trabajadores del campo, la ciudad y estudiantes no cesan en su empeño de luchar. Porque prácticamente todos los campesinos y gente oprimida están proletarizados. La gran mayoría no tienen tierra ni medios de producción. Son obligados a luchar por salarios más altos y horas de trabajo más cortas para salvar sus vidas.
Los anteriores 1.300 tratados que fueron acordados durante los últimos 30 años fueron incumplidos total o parcialmente por diferentes gobiernos. Esto tiene a 3,5 millones de estas personas viviendo en indigencia, miseria y desempleo.
Además, grupos armados patronales los asesinan, amenazan y persiguen. Los desplazan de sus tierras que pasan a ser dominadas por empresas de mafiosos de terratenientes, politiqueros ladrones, y para su explotación minería, ganadera y para sembrar coca, palma africana y caña de azúcar.
El materialismo histórico nos enseña cual es la naturaleza opresora y mentirosa de la burguesía colombiana. Sabemos que nuevamente incumplirán lo acordado. Uribe reniega el acuerdo y clama por una nueva masacre. Miles de indígenas en la plaza pública de Caldono esperaron inútilmente para reunirse con Duque tal como se había prometido, pero eso nunca ocurrió. El corrupto fiscal Martínez se inventó la mentira que grupos infiltrados atentarían contra este fascista mandatario
En el PLP vemos el racismo como un problema de clase. Comprendemos que los capitalistas lo usan para súper explotar y dividir a los trabajadores (hoy la población indígena tiende a ser más urbana que rural en muchas partes del mundo). El racismo es un arma política usada por la burguesía para obtener súper ganancias y dividir al proletariado y evitar que se libre una lucha unida por nuestras reivindicaciones de clase oprimida y explotada derrotando al capitalismo.
La política comunista y anti racista de nuestro partido PLP ofrece la repuesta verdadera al problema indígena desde Colombia a México al Perú a Ecuador. Bajo el comunismo, la fraternidad e internacionalismo proletario crearán una nueva sociedad donde la producción sea de acuerdo a las necesidades de los que producen todas las riquezas, y donde cualquier forma de racismo, sexismo, será combatido usando el poder obrero y la dictadura de proletariado.
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Campesinos indígenas exigen justicia, los patrones ofrecen represión y muerte
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- 12 Julio 2019 83 visitas