El 20 de septiembre, mientras millones alrededor del mundo marchaban en protesta por el cambio climático, los capitalistas de las grandes petroleras y compañías automotrices pedían regulaciones mas estrictas – para ellos mismos. La clase dominante tiene que disciplinarse y aplastar a los enemigos internos, ese es uno de los distintivos del fascismo. Los grandes patrones imperialistas liberales estadounidenses aceleran sus ataques a la clase trabajadora mientras se preparan para la guerra.
Las tensiones entre los capitalistas estadounidenses crece y se vuelve mas volátil. Los capitalistas liberales del capital financiero, los grandes capitalistas, sienten la presión por todos lados – en casa los presionan los pequeños fascistas que apoyan a Trump, y alrededor del mundo los patrones capitalistas chinos y rusos. La respuesta de estos patrones liberales es presionar por la regulación y construir un movimiento masivo como el del cambio climático bajo una cobertura de patriotismo. Para los trabajadores, seguir a estos gobernantes liberales será desastroso. Nuestro camino es convertir la arremetida hacia la guerra y el fascismo en una batalla por el poder obrero – en una revolución comunista.
División en la industria petrolera
La industria petrolera refleja la división dentro de la clase dominante estadounidense. En los últimos 150 años las grandes petroleras han sido la espina dorsal del imperialismo estadounidense. Al principio dominaba la familia Rockefeller y Standard Oil, monopolizando el refinamiento y distribución del petróleo en EE.UU. hasta 1911, cuando se dividió en 34 compañías, Exxon, Mobil, y Chevron, entre ellas – ejemplo de cómo la clase dominante estadounidense disciplina a los suyos. Esta prospera industria escribió o ignoro todas las reglas mientas se convertía en el recurso energético, remplazando al carbón, preferido por los capitalistas, contaminando el aire y los ríos. Pero ahora las mas importantes multinacionales petroleras se pelean contra quienes los desafían dentro de EE.UU. y los crecientes capitalistas chinos. Para enfrentar los ataques dentro y fuera, promocionan regulaciones que les da ventaja competitiva frente a la competencia domestica, representada por la familia Koch cuya imagen es el presidente Donald Trump. Como señalo la revista Time (29/8):
La industria petrolera – y – de gas estaba dividida en la Agencia de Protección del Ambiente (APA) por las reglas sobre el metano [bajo Barack Obama], algunas compañías prominentes las apoyaban y muchos productores mas pequeños presionando por su eliminación. La decisión de la APA [bajo Trump] de aliarse al grupo mas pequeño de compañías de combustible fósil muestra la influencia de estas compañías dentro de la administración de Trump – y el poder que tienen para desacelerar legislación climática…La división dentro de la industria es en parte una cuestión de magnitud. La regulación del APA - que requiere que los productores petroleros implementen una serie de medidas para parar las fugas de gas en los nuevos sitios de perforación, asegurando que el metano no llegue a la atmosfera – es una amenaza pequeña para las grandes compañías petroleras, las cuales pueden fácilmente absorber los costos de del cumplimiento de las medidas del 2016.
Patrones del automovil conspiran contra Trump
Mientras los patrones de las grandes petroleras presionan para que el ambientalismo destruya a sus rivales domésticos, los patrones de las grandes compañías automovilistas abren su propio frente contra Trump y sus pequeños patrocinadores fascistas, entre ellos los Koch, cuyo imperio se respalda en el refinamiento y distribución de productos petroleros dentro de EE.UU. La automotriz Ford, junto a tres compañías extranjeras (Volkswagen, Fiat, y BMW) conspira contra la Casa Blanca y sus niveles de emisiones mas estrictas, en protesta por el desmantelamiento, por Trump, de las regulaciones de la era Obama.
Mientras los patrones automotrices conspiraban contra Trump “antiguos miembros de los equipos de transición de Trump…enviaron una carta al presidente aconsejándolo que ignore a las compañías automotrices y que desmantele las regulaciones…La carta estaba firmada por Tom Pyle del Instituto para la Investigación Energética (IIE), Myron Ebell del Instituto Competitividad Empresarial, Shirley Ybarra, antigua miembro de la fundación Reason. Las tres organizaciones tienen conexión con Koch, además, Pyle fue cabildero de las industrias Koch” (desmog.com).
Movimientos políticos combativos
Las facciones patronales construyen movimientos políticos combativos para movilizar a la clase trabajadora. Los patrones petroleros mas pequeños dirigidos por Koch organizan a millones alrededor de racistas del KU Klux Klan del partido republicano dirigido por Trump. Los grandes patrones petroleros, ahora concentrados enteramente en el partido demócrata, financian una variedad de organizaciones masivas reformistas, en donde esta incluido el movimiento ambientalista:
“las grandes compañías de energía del mundo se han movilizado alrededor de un impuesto al carbón como medida climática…comprometiendo millones de dólares al cabildeo de dicha política” (Time, 29/8).
Para los grandes fascistas, el valor del movimiento ambientalista no tiene nada que ver con limpiar el planeta. Es solamente una forma de distraer a millones de trabajadores y enlistarlos en la pelea patronal – además de socavar la lucha de clases mientras los gobernantes se mueven hacia la guerra mundial y el fascismo. Los movimientos dirigidos por los patrones nunca podrán liberar a nuestra clase. Ellos no podrán nunca construir una sociedad que sirva a los intereses de las grandes masas de gente. Solo construyendo al Partido Laboral Progresista y luchando por el comunismo podremos hacerlo.
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Aumento del fascismo: los patrones liberales usan la reforma climática para aplastar a su rival interno
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- 28 Septiembre 2019 90 visitas