Aun bajo la fachada de unión, las tensiones y divisiones entre los patrones estadounidenses y los capitalistas europeos, fueron evidentes en la reunión numero 70 de La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Londres. Aunque los gobernantes estadounidenses abiertamente consideran a la OTAN como un instrumento de protección y para aumentar sus intereses imperialistas, los gobernantes europeos lo consideran una línea de defensa contra la Unión Soviética (ahora Rusia) y de protección para la próxima guerra mundial.
Los intereses de los gobernantes capitalistas no solo son opuestos a los interese de la clase trabajadora sino que son a costa de nosotros. Mientras que los gobernantes arremeten por el máximo de ganancias, los trabajadores sufrimos de racismo, sexismo, explotación salarial y guerra imperialista. La implacable competencia patronal y su opresión brutal de trabajadores, continuara hasta que las naciones sean abolidas bajo el comunismo.
Los fascistas, grandes y pequeños, chocan por la OTAN
La división entre las dos alas de la clase dominante estadounidense fue obvia durante la reunión de la OTAN. Los grandes fascistas (imperialistas del capital financiero) y los pequeños fascistas (patrones que, a través de negocios domésticos hacen casi todo su dinero) se quejaban que EE.UU. lleva una carga financiera injusta de la OTAN. Los pequeños fascistas fueron aun mas allá, con el presidente Donald Trump liderando la arremetida, cuestionaban la valides de esta alianza creada después de la segunda guerra mundial (National Public Radio, 3/12). El instituto Cato, altamente financiado por los Koch, la familia mas importante entre los pequeños fascistas, argumentaba que Rusia ya no es una amenaza a los intereses estadounidenses, y que por lo tanto la OTAN es obsoleta (Cato Institute, 5/12).
Para mantener su dominio internacional, los grandes fascistas necesitan sus alianzas multinacionales. El New York Times, vocero importante del ala principal, dice que la OTAN, es “la alianza militar mas exitosa en la historia” e indispensable para la seguridad nacional estadounidense (NYT,8/7/18). Por el momento, a pesar de los llamados a la reducción por parte de Trump, el ala principal esta ganando la batalla; recientemente el Pentágono se comprometió a aumentar en 20,000 las tropas para la defensa europea (Foreign Affairs, 3/12).
Las clases dominantes europeas tienen sus propias diferencias, convirtiéndose en alianzas menos confiables para EE.UU. Un conflicto de tres años sobre Brexit ha paralizado a la clase dominante británica. Las divisiones en la coalición gobernante alemana crecen y se hacen mas aparentes. Francia enfrenta huelgas masivas por los recortes en las pensiones. Italia esta en caos, y su partido mas popular es la Liga Fascista. En marzo, se convirtió la primera de la unión europea en unirse a la iniciativa de la Ruta de Seda china. Otros poderes europeos podrían estar en la misma dirección muy pronto.
Mientras tanto en el Medio Oriente, el retiro de EE.UU. de Siria ha dejado un vacío político que Rusia espera llenar. Turquía aprovecho la retirada parcial para atacar a sus rivales kurdos, provocando alarma entre miembros de la OTAN. Emmanuel Macron de Francia ha criticado la falta de liderato de Trump y trata de dar rienda suelta a Turquía, a lo que Trump contestó acortando su estadía en Londres. Alemania hace lo que puede para mantener la paz dentro de la OTAN, lo cual Europa necesita para contrarrestar a Rusia y posiblemente a China (NYT, 2/12).
Sean cuales sean sus diferencias, los patrones imperialistas continúan atacando a la clase trabajadora desviando recursos, que deberían de ser para la salud, alimento, y educación, hacia los preparativos de guerra. Documentos filtrados muestran que el Primer Ministro británico Boris Johnson, le ha prometido a Trump dar mas para la OTAN mientras privatiza secciones del Servicio de Salud Nacional Británico, el cual ya enfrento severos recortes a su presupuesto bajo gobiernos del Partido Conservador (Independent, 13/12). En Grecia, el segundo contribuidor en porcentaje de producto interno bruto, sus trabajadores sufren las medidas de austeridad que recortan todos los servicios gubernamentales. Aunque la OTAN dice que el desarme nuclear es una de las principales metas, tres miembros, EE.UU., Bretaña, y Francia – han amasado armas nucleares, y otros cinco, incluyendo a Turquía, “comparten” bombas estadounidenses (Stratfor, 27/6). En cualquier guerra nuclear, somos los trabajadores quienes pagamos el precio, como ocurrió durante los genocidas ataque atómicos estadounidenses contra Hiroshima y Nagasaki en 1945.
Conforme los patrones intensifican sus ataques contra nuestra clase, los trabajadores del mundo salen a las calles a protestar. En Bretaña, hubo manifestaciones masivas contra Trump, la OTAN, y los recortes a la salud. En Bruselas en 2017 y 2018, miles se enfrentaron a la OTAN demandando la disminución al gasto militar (AP News, 7/7/18). Estas luchas son cruciales. Dan confianza a los trabajadores al mostrarles que no están solos, además crean la oportunidad de propagar las ideas comunistas.
Al mismo tiempo, no debemos subestimar el contenido revolucionario de esta resistencia. Todas las luchas europeas son mal dirigidas por un sector u otro de la clase dominante. Lo cual puede ser una etapa hacia un fascismo mas completo. La ira de los trabajadores no es suficiente. Sin organizar por el comunismo, nuestra clase no tendrá defensa contra las severas medidas fascistas por venir y la guerra inter imperialista. La clase trabajadora internacional debe aplastar el sistema capitalista y convertir la tercera guerra mundial en una revolución por el comunismo.

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En 1949, cuatro años después que terminara la segunda guerra mundial, EE.UU. Canadá y diez países europeos fundaron la OTAN, como una alianza política y militar para frenar la expansión de la Unión Soviética. Las victorias electorales de los particos comunistas en Italia y Checoslovaquia, junto con el control soviético de Alemania del Este, incrementaron el miedo de los gobernantes estadounidenses de perder la Guerra Fría, y además, su lugar como el superponer imperialista líder en el mundo.
Aunque la Unión Soviética se dividió en 1991, la OTAN aun continua tratando de contrarrestar cualquier amenaza a su alianza de- ahora -29 miembros, en particular de Rusia y China. La OTAN actualmente tiene tropas en Afganistán, Kosovo, Irak, Somalia, el Mar Mediterráneo y espacio aéreo sobre Montenegro, Albania, Eslovenia, y la región Báltica (OTAN, 25/4). Aunque la OTAN dice defender los “valores democráticos” ya se ha demostrado una y otra vez, que no es nada mas que una herramienta de EE.UU. y el imperialismo occidental.