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Juicio contra Trump: Democracia capitalista en desorden, fascismo en el horizonte

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07 Febrero 2020 40 visitas

La absolución en el juicio político del abiertamente corrupto presidente estadounidense Donald Trump ha mostrado el desorden dentro del sector del capital financiero de la clase dominante estadounidense. Abrumados por sus propios intereses y la caótica lucha interna, los grandes fascistas han perdido el control sobre su aparato estatal e instituciones. Con esa amenaza a su poder y ganancias, estos patrones se verán forzados a imponer mas disciplina fascista a sus propias filas – a lo cual le seguirán mas ataques letales a la clase trabajadora.
El juicio político por el partido demócrata de los grandes fascistas ocurrió debido a las demandas de los grandes donantes leales a los racistas Bill y Hillary Clinton. Este grupo aun sigue furioso por la perdida de Clinton frente a Trump en las elecciones del 2016. Los demócratas se enfocaron en la presión por parte de Trump hacia el presidente ucraniano para que le diera información “sucia” sobre Joe Biden, antiguo vicepresidente y lacayo del senador estadounidense (D-Mastercard), y quien ahora esta en campaña por la nominación demócrata para presidente. Los republicanos se enfocaron en la protección de Biden a su hijo parasito, Hunter, quien ha recibido millones como director, sin hacer nada, de la compañía de gas natural mas grande en Ucrania. Unos a otros se culparon de la desvergonzada corrupción y de dividir el país para su lucro político. Ninguno de los dos bandos esta equivocado.
Un sistema fraudulento
Este enlodamiento partisano ha embarrado las mas huecas instituciones de la “democracia” liberal estadounidense; dictadura capitalista patronal: La Presidencia, la Cámara de Representantes, el Senado, la Suprema Corte. Después de otro fiasco en las primarias de Iowa, el sistema fraudulento electoral de la clase dominante – también ha sido desenmascarado. Los republicanos, aterrados de perder su base blanca nacionalista, ni siquiera pudieron fingir que el proceso de juicio político era justo o legitimo. No quisieron escuchar a testigos como John Bolton antiguo jefe de seguridad nacional, quien lucra con un libro que confirma los “altos crímenes y delitos” de Trump. Los republicanos argumentan que los presidentes pueden hacer lo que quieran, aun socavando ilegalmente un aliado (Ucrania) reteniéndole ayuda militar. Ese es el “estado de derecho” bajo el capitalismo.
Al ala principal patronal no le gusta nada. Necesitan desesperadamente unir a Estados Unidos y prepararse para el siguiente conflicto global contra sus rivales inter-imperialistas, China y Rusia. Pero también luchan en una guerra dual propia. Por un lado, se enfrentan a crecientes desafíos de pate del ala domestica patronal, los pequeños fascistas, quienes han raptado el partido republicano. Por otro lado, los grandes fascistas y su partido demócrata tienen sus problemas internos: guerra de auto aniquilación, individualismo, subjetividad, avaricia, falta de disciplina autodestructiva, y pensamiento a largo plazo.
Hipócritas y Reformistas del Capitalismo
Durante toda su carrera, Joe Biden, ha vendido sus votos en el Congreso para servir a los patrones de las tarjetas de crédito, salud, petróleo, bienes raíces y Wall Street (Guardian, 20/1). Aún cuando todos sabemos que así les a política en Washington, hoy Biden trata de presentarse como el campeón de la clase trabajadora, quien acabara con la corrupción de Trump.
Mientras tanto, la vieja estructura de poder del partido demócrata y los Clinton – incluyendo a Barack y Michelle Obama, quienes están en el rango de $40 millones desde que salieron de la Casa Blanca – están muy ocupados saboteando los intereses a largo plazo del ala principal. En vez de usar las primarias para unir al partido demócrata contra Trump, las han convertido en una guerra a favor de Biden contra el social demócrata Bernie Sanders. Mas allá de los obvios ataques de Hillary Clinton, la vieja guardia esta conspirando para arreglar el proceso de las primarias contra el falso izquierdista Sanders, como lo hicieron en 2016: “Operativos demócratas han estado discutiendo sobre unirse para atacar al senador Bernie Sanders si termina ganando la camarilla en Iowa la próxima semana, y posiblemente la primaria de New Hampshire una semana después”.
Aunque Sanders no sea la primera alternativa de los grandes fascistas para presidente, probablemente sea su mejor opción para recuperar el control.  Con la excepción de Elizabeth Warren, Sanders es el reformista mejor equipado para mantener a los jóvenes y trabajadores antirracistas atrapados dentro del letal sistema electoral – la gente que los gobernantes necesitaran para su próxima gran guerra. Colectando dinero de mujeres suburbanas, militares activos, y estudiantes universitarios, Sanders esta al frente de todos los candidatos, incluyendo a Trump. Es el único candidato presidencial que moviliza un significante numero de trabajadores jóvenes negros y latinos.  Para los patrones no es una buena estrategia hacerle trampa a Sanders y alienar mas a su base.
Aun si logran superar su división para derrotar a Trump en noviembre, el ala principal patronal seguirá siendo desafiada por la base de pequeños fascistas de Tump. Va a ser bastante difícil para los gobernantes ganarse a estos racistas recalcitrantes mientras tratan de construir una campaña imperialista multicultural.
Luchando Contra el Fascismo
A corto plazo, la farsa de juicio político nos muestra las debilidades del ala principal. A largo plazo, marca un significante paso hacia el fascismo. Conforme las reglas de la democracia liberal pierden legitimidad, la próxima vez que lo deseen, los grandes fascistas del capital financiero, podrán suspenderlas mas fácilmente. El poder bruto se esta convirtiendo en la norma. En la década de 1930, cuando la clase dominante alemana avanzaba hacia el fascismo, vimos luchas similares en su sistema. En una masacre conocida como La Noche de los Cuchillos Largos, ellos arreglaron sus diferencias por medio de encarcelaciones masivas y ejecuciones. Después llego el diluvio fascista contra la clase trabajadora.
En el Partido Laboral Progresista debemos prepararnos, y a la clase trabajadora internacional para la próxima envestida fascista. Es decir, luchar en dondequiera que estemos, entre la gente que conocemos, construir el PLP y tomar el poder estatal con la revolución comunista. ¡Únetenos!