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Covid-19 exacerba el racismo de los gobernantes

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17 Abril 2020 89 visitas

Covid-19 desnuda las letales desigualdades del sistema de ganancias. Desde Estados Unidos hasta África, de América Latina hasta Asia Meridional, los trabajadores sufren de muertes anormales por la enfermedad que es el capitalismo. Nunca ha estado mas clara la diferencia entre la decadencia capitalista y un futuro comunista internacional.
Los virus son producto de la naturaleza, pero el desastre del Covid-19 no es natural. El capitalismo depende de la súper explotación de trabajadores negros, latinos e indocumentados para sobrevivir. Quienes tenemos muy poco en este sistema siempre soportaremos los mas severos ataques. Esta ultima epidemia ha demostrado aun mas esta cruda realidad.
Desde los campos de refugiados hasta las ciudades carpa, y los mal financiados proyectos de vivienda, cientos de millones de trabajadores viven sin el servicio de salud y sanidad básicos. Esperamos que, al final de cuentas, el Covid-19 pasara, pero el capitalismo seguirá enfermando a miles de millones. Las desigualdades racistas son fundamentales en el cultivo de las condiciones para que una enfermedad se propague. El mal servicio de salud que genera ganancias, viviendas deplorables, los salarios de hambre – todo conspira para poner en peligro la vida de las familias, especialmente, negras y latinas.
Los gobernantes capitalistas han infectado el mundo con su anarquía, avaricia y su frio desprecio de la vida humana. ¡La única vacuna es la revolución comunista! El Partido Laboral Progresista busca erradicar la plaga patronal para siempre. Aunque somos pequeños, tenemos el poder de organizar a trabajadores para que luchen por las ideas y practicas comunistas a través de organizaciones de masas. Este es un periodo difícil y desafiante, pero tenemos la capacidad de inspirar el optimismo revolucionario (ver pagina 3 y 6). De ello depende la salud y bienestar de nuestra clase.
El capitalismo estadounidense mata
El racismo estilo Jim Crow asesina a nuestra clase – con el alto desempleo, el terror policial, las deportaciones, viviendas decrepitas, desiertos de comida, atención medica deficiente, falta de vivienda y barrios marginales. La desigualdad capitalista, la pobreza, y la segregación matan a 900,000 trabajadores al año (American Journal of Public Health, agosto 2011). Estas son las condiciones pre-existentes, creadas por demócratas y republicanos, ellos crean el camino de la transmisión, infección y muerte en una pandemia.
El excesivo numero de muertes – en hospitales o en casas – son de la clase trabajadora negra, latina e indocumentada. Aunque el 30% de la población en Chicago son trabajadores negros, el 70% de muertos por el Covid-19 son negros. “Los condados que son en su mayoría negros tienen la taza de infección tres veces mayor y casi seis veces la tasa de muertes que los condados donde la mayoría de la población es blanca” (Washington Post, 7/4). ¿La solución patronal? Jerome Adams, ministro de salud estadounidense, uno de los negros vendidos en la administración de Donald Trump, regañando a los trabajadores negros y latinos le dijo que se “esfuercen” y “eviten el alcohol, tabaco, y otras drogas” por “tu abuela y tu mama grande” (The Root, 10/4). ¡Cochinos racistas! Estos hipócritas sin vergüenza no les importa culpar a la victima.
Esta no es la primera vez que los trabajadores negros son abandonados a su suerte. Durante la Influenza Española de 1918, murieron 25 millones de personas en todo el mundo en las primeras 25 semanas de la pandemia, el sistema racista rehusó reportar sobre los enfermos negros, o cavar sus tumbas. La pseudociencia de la época decía que el revestimiento de la nariz de los trabajadores negros los “hacia mas resistentes a los microorganismos” (Washington Post, 11/4). Los trabajadores negros y latinos fueron forzados a llevar la enfermedad a sus trabajos, en el transporte publico y de vuelta a sus familias. Un siglo después, poco ha cambiado.
Los trabajadores ahora enfrentamos opciones imposibles: infectarnos en nuestros trabajos, las pesadillas que les esperan en los hospitales matasanos; hambre y la muerte, solos, en nuestros hogares. Entre el 15 de marzo y el 4 de abril, mas de 16 millones de trabajadores estadounidenses han llenado formularios de desempleo (Business Insider, 13/4). Aunque los trabajadores negros anden con mascarilla por protección colectiva, la policía ha encontrado una nueva razón para acosarlos en las tiendas, calles, y estaciones del tren (New York Times, 14/4).
El epicentro de la pandemia es la ciudad de Nueva York, con una tasa oficial de muertes que supera los 10,000. Pero eso no ha frenado al gobernador del estado, el liberal racista Andrew Cuomo – causante de miles de muertes por dilatar la orden de quedarse en casa – de felicitarse a si mismo por llegar a un “posible planicie de la curva” (Reuters, 7/4). En realidad, mostrar una disminución de la tasa oficial de infección puede ser el reflejo de la limitación en hospitalizaciones, la falta de pruebas de contagio, y la falta de confianza de los trabajadores en el sistema de salud de los patrones. La tasa de infecciones podría aun estar subiendo y estar fuera de control.
Aun así, seguimos luchando. Trabajadores en Chicago nos muestran como (ver paginas 1 y 3).
África: la anarquía de la producción
Toda la nación de Sudan Meridional tiene 4 respiradores. Este sistema racista gira alrededor de las ganancias y la competencia, y las naciones imperialistas mas ricas están ganando. “Se le ha dicho a científicos en África y América Latina que no podrán manufacturar sus ordenes de los vitales kits de pruebas en los próximos meses, porque los suministros serán enviados a EE.UU. o Europa. Los precios han subido considerablemente para las pruebas y mascarillas (NYT, 9/4). Las fronteras racistas e ideas nacionalistas nunca han sido mas letales.
En Kenia y Mozambique, la policía golpea, azota, humilla, y hasta asesina a trabajadores, incluyendo un niño de 13 años, tratando de aplicar el confinamiento (Foreign Policy, 2/4). En una aterradora estampida por alimento, dos mujeres murieron en una línea de distribución (Citizen Digital, 11/4).
Trabajadores migrantes africanos en China, son el blanco de desalojos, acoso en las calles, y denegación de servicio (Quartz, 11/3). El racismo anti-negro es una enfermedad global.
Luchando contra la enfermedad del capitalismo o el coronavirus, nuestro principio es el mismo: Una lesión a una es una lesión a todas. Llevar medicamentos y suministros a las áreas mas vulnerables le concierne a toda la clase trabajadora. Pero, bajo el sistema de ganancias, solo los adinerados y conectados tienen garantía de hacerse la prueba y recibir el servicio de salud a tiempo.  
Aun así, seguimos luchando. Ahora mas que nunca necesitamos el liderato de los trabajadores negros.
 América Latina: Ataúdes de cartón y refugiados
En Ecuador, donde los cuerpos se encuentran en las calles o en ataúdes de cartón (Guardian, 5/4), las desesperadas condiciones en América Latina y el Caribe: presupuestos de austeridad, dependencia en la decadente economía estadounidense, un sistema de salud deficiente, enormes desigualdades salariales. La situación es aun peor para los desnutridos y devastados migrantes venezolanos huyendo de las atrocidades causados por las sanciones de Trump.
En el Corredor de la Violencia (Honduras, El Salvador, Guatemala), “Estos violentos carteles y sus ejércitos privados que muchas veces son mas poderosos que gobiernos nacionales, podrían ahora caer en la anarquía y la competencia asesina por la disminución de los recursos” (Wall Street Journal, 6/4). Nuestra clase pronto vera una ola de refugiados de Covid-19. Depende de nosotros contestar con solidaridad internacional.
Hasta el 13 de abril, oficialmente han muerto, de Covid-19, mas de 300 trabajadores en México, aunque las pruebas son tan limitadas que el numero de muertos podría ser cinco veces mas (U.S. & World Report, 13/4). Tan solo en la ciudad de México, dos millones de vendedores ambulantes han sido abandonados a su suerte. Conforme el virus se extiende, el presidente López Obrador muestra su lealtad a los patrones y sus negocios aconsejando a los trabajadores que “sigan con su vida normal” (Guardian, 25/3).
Aun así, seguimos luchando. Trabajadores en Haití y México nos muestran como (ver pagina 4).
Asia Meridional: negligencia criminal de la salud publica
Para casi una cuarta parte de la población mundial, unos dos mil millones de personas, la distancia física es una broma pesada. Asia Meridional tiene una enfermera por cada 10,000 trabajadores. La infraestructura de salud, aunque decrepita, se concentra en las ciudades, pero el 66% de la población en la región vive en áreas rurales (World Bank).
En India, los patrones impusieron el confinamiento de 1.3 mil millones de personas, la mas grande en la historia. Pero no pueden prevenir el próximo cataclismo creado por su descarada negligencia con la salud de los trabajadores. Han invertido en solo 40,000 respiradores, mas o menos el 6% que EE.UU., por habitante (Aljazeera.com, 2/4/). En un país basado en castas y donde la violencia anti-musulmana es la orden del día, los trabajadores musulmanes y Dalitas, no podrán escapar el racismo. Mientas tanto, el fascista primer ministro, Narendra Modi dijo que el Covid-19 no era una verdadera emergencia, mientras promovía el mito de que “el virus se va a evaporar por la “reverberación” de aplausos en masa” (Foreign Policy, 10/4).
En Bangladesh, mas del 90% de los trabajadores están en el sector informal. El que las familias puedan comer depende de estos trabajadores y sus escasos salarios diarios. El agua es escasa en las casas densamente pobladas, un ambiente ideal para el virus.
En Afganistán, los desinfectantes de manos distribuidos por el gobierno en los hospitales “no contienen alcohol”. La Organización Mundial de la Salud le dio al país 1,500 kits de pruebas, “pero solo dos laboratorios…[tienen] maquinas que puedan procesarlos” (The Intercept, 2/4).
El resultado del Covid-19 será el genocidio de trabajadores negros y no blancos. De todas las plagas del capitalismo, el racismo es la mas letal.
Si, tenemos que luchar.
Matar al capitalismo o ser asesinados
El capitalismo es el genocidio racista de nuestra clase: el creciente fascismo, pseudo-lideres liberales disfrazados de salvadores, y las guerras inter imperialistas por los limitados recursos (ver recuadro). Los patrones responderán a esta crisis de la única manera que saben hacerlo, con competencia nacionalista asesina.
La otra opción – para los trabajadores es la única opción – el comunismo. Donde quiera que estemos, debemos luchar contra la enfermedad del sistema de ganancias. Siempre que luchamos avanzamos mas en nuestra misión internacional de igualdad en todos lados.
El capitalismo no puede proteger a la clase trabajadora de las enfermedades y la desigualdad. Los trabajadores necesitan una sociedad dirigida por trabajadores para la salud de todos, no por las ganancias y el poder de unos cuantos. Solo el comunismo organizado por las masas trabajadora dirigida por el Partido Laboral Progresista, puede humanamente contener una pandemia y asegurar la supervivencia del mas alto numero de trabajadores. La clase trabajadora internacional necesita construir un mundo sin fronteras. Necesitamos una sociedad basada en la ciencia para proteger a nuestra clase, el ambiente, y el plantea donde vivimos. Solo entonces la humanidad florecerá.
¡Deshacernos del capitalismo es cuestión de vida o muerte! ¿Con quien te alias? ¡Únete al PLP y lucha por el poder obrero!