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¡Muerte a los fascistas, poder a los obreros!

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16 Mayo 2020 61 visitas

El 28 de abril es el 75 aniversario de la ejecución de Benito Mussolini, el dictador fascista italiano, por los partisanos comunistas. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, los comunistas italianos libraron al mundo de un fascista, pero permitieron que el capitalismo continuara solamente con una fachada democrática. No solamente es Mussolini, Trump o Biden, sino tenemos que acabar con todo el condenado sistema capitalista, para parafrasear unos jóvenes rebeldes negros quienes lucharon contra el asesinato policiaco en Ferguson, Missouri.
Al principio, Mussolini era un socialista pero fue expulsado del Partido Socialista Italiano por haber apoyado la participación italiana en la Primera Guerra imperialista Mundial. Cuando la guerra terminó, Italia apareció ideal para una revolución comunista. Pero el joven Partido Comunista Italiano (PCI), aunque estuvo grande, no estaba preparado. No fue un partido bien organizado en forma centralista democrático como el de los Bolcheviques Rusos, formado bajo el liderato de Vladimir Lenin. Y fue orientado más a la política reformista en vez de una revolución violenta.
Los Capitalistas Italianos Instalan al Fascista, Imperialista Mussolini
Mientras tanto, los capitalistas italianos se apresuraron en apoyar a Mussolini quien formó una dictadura nacionalista. Su partido fascista hizo ilegal salir en huelga, cualquier movimiento independiente laboral y asesinó o encarceló a los comunistas. El líder comunista, Antonio Gramsci, fue arrestado y pasó el resto de su vida en la prisión. La dictadura fascista de Mussolini arrestaba, torturaba y ejecutaba a todos los oponentes. Sus uniformados matones, llamados los “Camisas Negras”, recorrían las calles, golpeando y matando.
Sin oposición de los Aliados imperialistas, Mussolini dirigió la colonización brutal de Libia, últimamente matando a una tercera parte de la población. Después del 1936, él dirigió la conquista imperialista de Etiopia, Somalia (en ese entonces llamado Somalilandia Italiano), y Eritrea – otra vez sin oposición por los imperialistas occidentales, quienes lo amaban por su anti-comunismo. El reportero del New York Times en Italia, Arnaldo Cortesi, abiertamente apoyaba las póliticas de Mussolini.
Junto al líder Nazi, Adolfo Hitler de Alemania, Mussolini mandó un gran número de soldados, equipo militar y aviones para apoyar al fascista Francisco Franco durante la Guerra Civil de España. La Republica Española fuertemente fue apoyada por Stalin y la Unión Soviética, que los Aliados temían. Los Aliados bloquearon la Republica Española, así garantizando que el fascista Franco ganara.
Mussolini Forma Una Alianza con Hitler
En junio del 1940, Mussolini tomó parte con Hitler en la Segunda Guerra Mundial. Las tropas fascistas italianas ocuparon a Grecia, Albania, partes de Francia y África del Norte. Cuando Hitler invadió el entonces la Unión Soviética Socialista (USSR) el 22 de junio, 1941, Mussolini mandó tropas para pelear junto al ejército Alemán en contra la USSR. Después de unas victorias en el principio, el ejército Italiano fue diezmado en la Batalla de Stalingrado, diciembre 1942-febrero 1943.
En julio del 1943, el Gran Concilio del Fascismo derrumbó a Mussolini y el Rey Italiano designó un nuevo líder. El nuevo gobierno capitalista trató de aliarse con los Aliados. Mientras, Mussolini fue rescatado por una operación comando alemán y fue llevado a Italia del Norte donde lo pusieron a encabezar un estado títere italiano.
Los Comunistas Dirigen la Resistencia al Fascismo – Matan a Mussolini
Los comunistas rehusaron de apoyar al nuevo gobierno capitalista formado por el Rey. Intensificaron su guerra guerrillera contra ambos tropas alemanes e italianos. Las unidades luchadoras comunistas tenían comisarios políticos quienes promovían la consciencia política comunista entre los voluntarios. Muchos estaban organizando a los trabajadores en las ciudades, mientras otros luchaban en los campos. A lo largo de la Segunda Guerra Mundial, el Partido Comunista Italiano dirigió la oposición subterránea al fascismo. Las “Brigadas Garibaldi” comunistas fueron los más numerosos luchadores anti-fascistas y los que también sufrieron las más víctimas mortales en la guerra contra el fascismo.
El 25 de abril 1945, el fuertemente comunista Comité Nacional de Liberación de Italia del Norte ordenó una insurrección general en todos los territorios todavía ocupados por los fascistas Nazi. Dirigieron todas las fuerzas partisanas en Italia del Norte para atacar a los fascistas y alemanes, exigiendo su renuncia. ¡La consigna era “Renunciar o Morir”! Mussolini y docenas de otros líderes fascistas huyeron, hacia Suiza neutral.
Mussolini y 52 líderes fascistas fueron arrestados el 27 de abril. Los partisanos dirigidos por los comunistas fusilaron a Mussolini el siguiente día. Su cuerpo y el de su amante, Clara Petacci, fueron llevados a Milán donde fueron suspendidos por sus talones en la plaza local, la Piazzale Loreto, junto con los cuerpos de otros líderes fascistas.
Políticas Reformistas Permiten que los Capitalistas Mantengan el Poder
Los partisanos querían tomar el poder en Italia antes de que las tropas Aliadas llegaran para poner sus representantes capitalistas otra vez en poder. Sin embargo, esto demostró ser imposible con el enorme ejército Americano presente. En mayo del 1945, los Aliados y el gobierno capitalista italiano ordenaron que los partisanos se desarmaran. Pero solamente 60 % de las armas fueron entregadas. Muchos comunistas no confiaron en el nuevo gobierno y se quedaron con las armas y equipo militar. Durante los 1950’s, muchos partisanos esperaban el regreso a la guerra de guerrillas en las montañas contra el Estado Italiano capitalista.
Pero el PCI adoptó la línea traicionera de “convivencia pacífica”, esperando ganar “el socialismo” a través de la “urna de votación”. Ésta podrida pólitica, ordenado por el revisionista (un comunista farsante) líder Soviético, Nikita Khrushchev, condujo a una derrota tras otra.
Nosotros en el Partido Laboral Progresista rendimos homenaje y respetamos los logros sobresalientes, las victorias y los sacrificios de nuestros antepasados en el movimiento comunista italiano. Asimismo, estamos decididos en no repetir sus errores – especialmente – el error de confiar en los capitalistas. La revolución comunista es la única manera al poder de clase trabajadora.