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África Oriental: Médicos brujos y políticos arruinan la vida de los trabajadores

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16 Mayo 2020 96 visitas

ÁFRICA ORIENTAL, 29 de abril—El Partido Laboral Progresista culpa a los líderes del gobierno capitalista por el manejo criminal de la pandemia. Insisten en que las personas continúen trabajando, minimizando el peligro de la enfermedad mientras las infecciones continúan diariamente. Inicialmente, cerraron las escuelas y universidades, pero, ilógicamente, le dijeron a la gente que fuera a la iglesia y mantuvieron abiertas las fronteras y los aeropuertos. El presidente Magafuli pidió tres días de oraciones nacionales para derrotar al coronavirus, que describió como una enfermedad muy pequeña. Desde el 22 de abril, cuando habló con el jefe del ejército, no se han informado nuevas actualizaciones de casos o muertes. El gobierno está encubriendo el número de infectados y muertos y dónde se ha propagado la enfermedad. Tanzania tiene solo un laboratorio en el país y solo Arusha y Dar es-Salam tienen la capacidad de evaluar y tratar a los pacientes con COVID-19. Los funcionarios en esas ciudades están enterrando a las víctimas por la noche, para mantener el encubrimiento.
Mientras COVID-19 se extiende por todo el país, el gobierno se está organizando activamente para las elecciones generales de octubre. El partido gobernante les advierte a las personas que las áreas que votan por la oposición no recibirán fondos para el desarrollo. Formaron un partido de oposición falso para engañar a la gente haciéndoles creer que será una elección libre y justa. Las masas no se dejan engañar por esto y se han negado a registrarse para votar. Sin embargo, aparte de algunas quejas en Twitter, la clase trabajadora ha guardado silencio sobre el engaño criminal y la mala gestión de la pandemia.
Además, discutimos y condenamos la discriminación de color en los EE. UU. y en China y queremos unirnos a otros para hacerlo. Nuestro PLP está a la vanguardia de la lucha contra el capitalismo y expresamos nuestra solidaridad de clase con los trabajadores del mundo que enfrentan esta enfermedad debido a la incapacidad del capitalismo de proporcionar atención médica decente y protegernos en emergencias de salud.