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Mundialmente,Trabajadores Se Rebelan Contra Asesinatos Racistas

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11 Julio 2020 43 visitas

 “Existen décadas donde no pasa nada; y hay semanas en donde pasan décadas”
—Vladimir Lenin
Millones de trabajadores en mas de 50 países se han tomado las calles con inspiradoras y audaces rebeliones contra el linchamiento policial racista de George Floyd, Breonna Taylor, Ahmaud Arbery, Tony McDade, y muchos mas. Las rebeliones han revelado un sistema fallido en todo nivel. Desde Nigeria hasta Pakistán de México y Brasil a Alemania y Francia, este movimiento antirracista ha motivado a los trabajadores del mundo a luchar contra el terror capitalista.
La lucha multirracial masiva es imparable cuando es dirigido por trabajadores negros políticamente avanzados y por las ideas comunistas. En este movimiento muchos trabajadores han apoyado el liderato comunista. Muchos otros buscan algo mejor que el liderato vendido de los politiqueros liberales con sus reformas vacías, y su brutal camino hacia el fascismo y la guerra inter-imperialista. Es la tarea histórica del Partido Laboral Progresista dirigir a la clase trabajadora internacional a la toma del poder, aplastar la dictadura capitalista y poner fin, de una vez por todas al letal racismo y sexismo del sistema de ganancias. ¡La única solución a los asesinatos por la policía es una revolución comunista!
Los criminales mas violentos son los patrones capitalistas
Cuando irrumpieron las protestas por el asesinato de George Floyd a manos de cuatro policías asesinos en Minneapolis, los políticos y prensa patronal se enfocaron en unos cuantos ladronzuelos e incendios de patrullas. Denunciaban lo que llamaban “disturbios violentos” y demandaban que las protestas fueran “pacificas”.
Pero en realidad, todos quienes estaban en las calles, o viendo por televisión, eran testigos de la violencia sistemática de los policías racistas. Mientras miles de trabajadores arriesgaban su salud y sus vidas en una pandemia para protestar contra los asesinatos racistas por la policía, los patrones arremetían con terror fascista. En Brooklyn, un auto policial arremetió contra los manifestantes. En Búfalo, la policía racista empujo a un hombre de 75 años y lo dejaron sangrando e inconsciente sobre la acera, y aun sigue hospitalizado en condición critica. Los perros rabiosos de los patrones disparaban indiscriminadamente contra la gente con balas de goma, cegando a algunos permanentemente. También atacaron a reporteros. Cuando el capitalismo estadounidense esta en crisis, los “derechos constitucionales” les valen un bledo. En Louisville, donde detectives de narcóticos le dispararon ocho veces a Breonna Taylor, paramédica de 26 años en su propio hogar, David McAtee, “un pilar de la comunidad” fue baleado y asesinado en las afueras de su restaurante (abcnews.com,2/6).
Cuando los alcaldes impusieron toque de queda a trabajadores negros, herramienta histórica “para coartar el movimiento y las libertades de libres y esclavos” (Washington Post, 3/6), la policía tuvo luz verde para la guerra química con gas lacrimógeno y el aerosol pimienta.  El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, alababa a la policía por su “moderación” a la vez que exponía a los manifestantes, aun mas, al covid-19. El fascista liberal gobernador del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, negaba que la policía hubiera golpeado a los manifestantes “sin razón” una gran mentira de la que tuvo que retractarse (slate.com,4/6). En Washington, D.C. el terrorista-en-jefe Donald Trump cobardemente se escondió en el bunker de la Casa Blanca, oficiales de alto mando del Pentágono ordenaron que helicópteros de la Guardia Nacional sobrevolaran cerca de los manifestantes, una “demostración de fuerza usualmente reservada para zonas de combate” (New York Times, 6/6).
La realidad es que el instrumento de violencia mas grande; es el estado patronal: su gobierno, fuerza militar, policía, cortes, escuelas y prensa. Los capitalistas asesinan a millones cada año con guerra imperialista, desempleo masivo, sistema de salud deplorable, vivienda inasequible, y el envenenamiento del aire, agua, y alimentos. Durante la pandemia, un sin numero de decenas de miles de trabajadores alrededor del mundo han muerto en sus hogares por no tener acceso a servicios médicos. Muchos no pudieron ser admitidos en los hospitales locales por las décadas de negligencia y recortes de presupuestos, y otros porque los habían cerrado. Y, como de costumbre, los trabajadores negros, latinos e indígenas han sido desproporcionadamente devastados. Mas de 1,200 trabajadores de la salud publicaron una carta abierta llamando las protestas y el antirracismo “vital para la salud publica” (CNN,5/6).
Los asesinatos por la policía; tan estadounidenses como el pastel de manzana
A pesar del declive en la tasa de crímenes en EE.UU. en los últimos 30 años, los presupuestos para los departamentos de policía han seguido aumentando. Cada año, la policía asesina a mil trabajadores, un alto porcentaje de ellos son negros o latinos. De vez en cuando, se adopta una reforma policial: concejos civiles de revisión, cámaras corporales, o entrenamiento de “sensibilidad racial”. O la siguiente ola de alcaldes y jefes de policía negros. Ninguna ofrece gran cambio. Los políticos demócratas son tan cómplices en estos asesinatos como los republicanos. Durante sus ocho años de presidencia, Barack Obama y su Procurador General negro, Eric Holder, rehusaron presentar cargos en contra de los policías que asesinaron a Michael Brown en Ferguson, o Eric Garner en Staten Island, o Freddie Gray en Baltimore. No hicieron nada cuando un aspirante a policía asesinó a Trayvon Martin en Florida. Cuando, después del asesinato de Gray, las manifestaciones encendieron a Baltimore, Obama llamo a los manifestantes criminales y “matones”, clásica palabra racista para rebeldes negros. (Reuters, 1/6).
Desde que comenzó la pandemia del covid-19, en un periodo de desigualdad extremadamente racista dentro de la infraestructura básica para mantener a los trabajadores vivos y saludables, los multimillonarios han robado $434 mil millones (Common Dreams, 28/5). Con la creciente inestabilidad dentro de EE.UU. e internacionalmente, los patrones necesitan el control social mas que nunca. Aunque traten de calmar las protestas reestructurando a la policía, los patrones no pueden subcontratar la guerra de clases contra los furiosos trabajadores. Para eso necesitan la policía racista. Como escribió el Washington Post, “Aun con la pandemia de coronavirus y la orden de cuarentena para millones durante semanas, la policía asesinó a 463 personas hasta la primera semana de junio – 49 mas que en el mismo periodo en 2019. En mayo, la policía asesinó a 110 personas, el numero mas alto de asesinados desde que el Post ha hecho seguimiento a esos incidentes” (8/6).
Los nuevos abolicionistas Joe Biden, el idiota racista que los demócratas han escogido para su campaña presidencial contra Trump, tiene un penoso historial como cómplice de la policía. En un discurso en el Senado en 1994, cuando creo la legislación que encamino las encarcelaciones masivas en EE.UU., Biden dijo, “Quien no quiera policías, que no los llame; mándenmelos. Envíenlos a Filadelfia, Wilmington, Trenton, al área donde vivo. Y mi hija estará mas segura, mi esposa estará mas segura, mi madre estará mas segura, y yo estaré mas seguro, y estaré feliz” (NYT,1/6).
Recientemente, Biden presento una sugerencia para mejorar el entrenamiento de la policía: “Dispárales en la pierna en vez de dispararles en el corazón” (foxnews.com, 1/6).
Algunos reformistas mas sofisticados, como Las Vidas Negras Importan (BLM, siglas en ingles) proponen ocho medidas que, según ellos, se deben tomar para reducir la violencia policial en un 72%. Otros, como Alexandria Ocasio-Cortez, se inclinan por el llamado a reducir el presupuesto (“defund”) de la policía y limitar el alcance de sus operaciones. El Consejo Municipal de Minneapolis hasta declaro su intensión de “desmantelar” y “abolir” su rabiosa fuerza policial (theguardian.com, 7/6). Demócratas convencionales como Biden y Nancy Pelosi, Presidenta de la Cámara, están en contra de estas medidas. Los capitalistas financieros, ala principal de los patrones, tienen un problema que no pueden resolver. Por un lado, necesitan la lealtad de los trabajadores negros y sacar a Trump, para, al final de cuentas, hacer la tercera guerra mundial. Por otro lado, necesitan a la policía para que defienda sus intereses aterrorizando a los trabajadores – específicamente, a trabajadores negros. Mujeres y hombres negros, los mas explotados y oprimidos tienen el mayor potencial de liderato revolucionario para nuestra clase.
Aunque el reformismo de BLM y su política de identidad es peligrosa y divisoria, es positivo el hecho que cada vez mas trabajadores desean vivir en “una sociedad sin policías” como dijo el presidente del Consejo de Minneapolis. Pero, no podremos llegar ahí hasta que destruyamos el capitalismo, la fuente de todo el racismo y desigualdad.
¡La única alternativa es el comunismo – únete al PLP!
Como dijo el líder revolucionario comunista Mao Zedong, “El poder político nace del cañón de un arma”. La clase dominante no nos dará pacíficamente el poder estatal ni tampoco los billones de dólares de ganancias. Ojalá fuera tan fácil. Históricamente, los grandes cambios – aun dentro de los limites de la lucha por reformas – suceden después que los trabajadores recurren a la violencia. Por ejemplo, John Brown y los otros abolicionistas armados que ayudaron a acabar con la esclavitud, o los mineros sindicalizados armados de la década de 1920. Lo logros del movimiento por los derechos civiles no hubieran ocurrido sin los grupos armados de autodefensa como los Deacons For Defense and Justice – o el miedo de los patrones a los levantamientos urbanos que destruían sus bienes y socavaban su competencia durante la Guerra Fría con la Unión Soviética.
El verdadero y duradero cambio requiere de algo mas: la violencia organizada y masiva para la toma del poder y para hacer una nueva sociedad dirigida por y para la clase trabajadora. Eso es lo que paso en Rusia y China, aunque después se hayan revertido sus revoluciones. Eso es lo que creemos en el Partido Laboral Progresista. Los saqueos individualistas o la violencia espontanea no nos llevara a ese punto. La ira de los trabajadores es algo bueno y poderoso, pero deberá ser dirigida de forma estratégica contra los patrones. Necesitamos que millones de trabajadores internacionalmente se nos unan para acabar el estado patronal con una violenta revolución comunista.
En las ultimas dos semanas, una lucha multirracial, multi-generacional e internacional nos ha mostrado el poder y capacidad de los trabajadores. En Nueva York y Minneapolis, choferes rehusaron trasladar a las cárceles a manifestantes detenidos. En Washington, un hombre alojo a 70 manifestantes por una noche para que no los arrestaran. Trabajadores de la salud salen de sus largas jornadas laborales a las marchas. No necesitamos que los políticos de los patrones pacifiquen nuestra ira. No necesitamos la policía para mantener el “orden” ahorcando a nuestras hermanas y hermanos. Somos nosotros quienes podemos lograrlo, ¡no esperemos mas!Va a llegar el momento en que se acaben las protestas. Es entonces que debemos seguir luchando con la misma fuerza en nuestros lugares de trabajo, escuelas e iglesias. Acabemos con la pesadilla del estado policiaco capitalista. ¡Luchemos por el comunismo! ¡Únete al PLP!