Mientras los patrones de EE.UU. y China cierran consulados y corren tratando de crear la primera vacuna para el covid-19, la rivalidad entre ambos súper-poderes capitalistas se acelera hacia el conflicto belico. El mundo esta cambiando frente a nosotros. Mientras que los gobernantes estadounidenses demuestran sus desunión y decadencia con su caótica respuesta al covid-19, los gobernantes chinos se vuelven mas osados, política, económica y militarmente. Como nos muestra la historia moderna, un dramático cambio de poder entre los imperialistas mas grandes solo se puede resolver con la guerra mundial. Es tan inevitable – e imparable – como un terremoto.
Para la clase trabajadora internacional, es mas urgente que nunca organizar la lucha contra todos los patrones. Ningún bando, en esta lucha de poder, le sirve a los trabajadores. Liderados por el Partido Laboral Progresista tenemos que voltear las armas, debemos transformar las guerras imperialistas, de los capitalistas parásitos, en guerras de clase ¡por la revolución comunista!
El 21 de julio, el consulado chino en Houston fue cerrado por el gobierno de EE.UU., acusándolos de espionaje medico y científico. Como retaliación, el Partido Comunista Chino (PCC) cerro la embajada estadounidense en Chengdu. A estos eventos le siguieron una serie de “conflictos en el comercio, tecnología, Hong Kong, acusaciones de espionaje y quejas de abuso contra los musulmanes chinos” (Time, 25/7). Todo esto nos muestra el fin de una era de cooperación entre los capitalistas estadounidenses y chinos – y un nuevo periodo de abierta competencia adversaria.
La pandemia mundial, que asesina a millones de trabajadores por el lucro de los capitalistas, es lo que hace que la guerra sea mas inminente. Quien sea que logre desarrollar la primera vacuna contra el Covid, podrá usarla - o retenerla – para ejercer su enorme poder geopolítico (Washington Post, 19/3). En abril, en una reunión de la Organización Mundial de la Salud, se hacia un llamado a la cooperación para desarrollar y distribuir una vacuna, EE.UU. y China se rehusaron a firmar (Pharmaphorum, 27/4). Bajo el comunismo – un sistema construido para llenar las necesidades de los trabajadores, no para la competencia ni el lucro – todos los avances médicos beneficiaran a toda la clase trabajadora.
Como señalo Lenin, la guerra imperialista es la forma que usan los poderes imperialistas para re-dividirse el control sobre el planeta. Pero, ellos ya no la pueden controlar cuando empiezan los disparos. La primera guerra mundial no fue planeada. Un nacionalista serbio fue quien incendio la mecha cuando asesino al heredero del imperio Austrohúngaro, lo cual se dio en un ambiente de competencia entre Bretaña y Alemania y la volatilidad política en los Balcanes. Nadie puede saber la chispa que desencadenara la próxima guerra entre China y EE.UU., los focos álgidos son muchos; Hong Kong, Taiwán, el Mar del Sur de China, y la agudización de la guerra comercial, además de la pandemia. Pero, no importa como comience, es la clase trabajadora la que tendrá que pelear y morir para resolver los conflictos patronales.
El imperialismo estadounidense, a punto de desplomarse, debe recurrir a la guerra
Conforme su dominio global disminuye, la clase dominante estadounidense esta cada vez mas desesperada por mantener su poder y ganancias. Su desastroso manejo del Covid es una humillación internacional. Su economía es un desastre. No han estado dispuestos a sacrificar sus ganancias a corto plazo o a disciplinar a entes como Facebook por las necesidades imperialistas de su clase. Como resultado tienen una enorme desventaja frente a la disciplina extrema de China, una economía centralizada y un fascismo total (ver pagina ¿??). El súper poder mas peligros es aquel que esta en declive. “La única opción impensable – el conflicto armado entre EE.UU. y China – ahora parece posible por primera ves desde el fin de la guerra coreana. En otras palabras, estamos enfrentándonos a la posibilidad, no solo de una nueva guerra fría, sino a una guerra caliente” (Foreign Affairs, 3/8).
Aun cuando, el trastornado Donald Trump empeora las cosas negando la crisis de salubridad y presionando por una negligente reapertura, fue el ala del capital financiero quienes prepararon el terreno que nos tiene en esta situación hoy. Liberales demócratas como el gobernador de NY; Andrew Cuomo fue quien comenzó cerrando cientos de hospitales no lucrativos; el expresidente Barack Obama, corto miles de millones del presupuesto a Medicaid y Medicare. Estos ataques, no solo causaron la muerte prematura de miles de personas, sino que mostraron las desigualdades del sistema de ganancias.
El ascendiente imperialismo chino se prepara para la guerra
El declive estadounidense abre la puerta para que China aumente sus agresiones imperialistas: “En los meses desde que la pandemia envolvió al mundo, el gobierno chino se ha involucrado en ofensivas diplomáticas nunca antes vistas en casi todos los frentes de política exterior” (Foreign Affairs, 15/7). La alianza del presidente Xi Jinping con Irán, el propuesto acuerdo económico y de seguridad de $400 mil millones, desafía las sanciones estadounidenses y amenaza la “seguridad e intereses energéticos estadounidenses en el Medio Oriente y Eurasia” (Forbes.com, 17/7)
Las propuestas instalaciones portuarias en Irán le darán a China una ventaja estratégica sobre un paso marítimo de mucho del petróleo mundial. Después de un ejercicio militar entre China, Irán, y Rusia, el comandante Hossein Khanzadi de la marina iraní declaro, “la era de invasiones estadounidenses en la región ha terminado” (New York Times, 11/7).
China ha aumentado su actividad en el Mar del Sur de China, en donde se encuentra un tercio de los suministros alimenticios para millones y grandes reservas de petróleo y gas. En “los últimos meses…
China ha aumentado considerablemente sus actividades coercitivas…El departamento de defensa se ha pronunciado con preocupación sobre la decisión de la armada china de cerrar el área alrededor de las islas Paracelso para llevar a cabo sus ejercicios navales “(NYT, 27/7). EE.UU. respondió aumentando sus propios ejercicios navales en las aguas en cuestión. La proximidad de barcos rivales aumenta el riesgo de enfrentamiento militar, un escenario incendiario que pudiera iniciar una guerra.
China también extiende su arsenal de armas nucleares, a lo que se espera que EE.UU. responda igual: “Los requerimientos de fuerza nuclear estadounidense para asegurar disuasión contra China afectaría el balance estratégico nuclear EE.UU.-Rusia, y el rechazo a un dialogo significativo afectaría la estabilidad en múltiples niveles” (NYT, 29/7).
Aunque los patrones de Beijín aun usan la palabra “comunismo” dentro del nombre de su partido, el país hace tiempo que se convirtió en un estado capitalista – una devastadora perdida para la clase trabajadora china y para el mundo. Los campos de concentración del PCC para los trabajadores musulmanes Uigur y su vigilancia y represión de los manifestantes reflejan el encarcelamiento fascista de trabajadores migrantes por gobernantes estadounidenses, y el brutal ataque a las manifestaciones antirracistas. Los trabajadores no tenemos porque apoyar ninguno de los poderes imperialistas.
Tenemos un mundo que ganar
Conforme sus contradicciones llegan al punto de rompimiento, la guerra imperialista será la única solución para los gobernantes capitalistas del mundo. Para la clase trabajadora internacional, el comunismo es la única solución, para poner fin a nuestras contradicciones con la clase dominante – para aplastar el capitalismo que nos desangra, de una vez por todas. Las dos primearas guerras mundiales fueron seguidas por dos grandes revoluciones comunistas, en Rusia y luego en China. Pero eso no ocurrió espontáneamente. Fueron décadas de lucha y organizar las que crearon una clase trabajadora combativa que pudiera derrotar los ejércitos patronales. Con el liderato internacional comunista del PLP los trabajadores del mundo pueden convertir la guerra imperialista en una guerra de clases – “la lucha final”. Dondequiera que luchemos contra los ataques racistas y sexistas y la explotación criminal de los gobernantes, avanzamos hacia ese día. Cuando desenmascaramos el nacionalismo patronal como el arma asesina de nuestros opresores, ayudamos a los trabajadores a construir la unidad de clase internacional mas poderosa que cualquier ejercito imperialista. ¡Lucha por el Comunismo, únete al Partido Laboral Progresista!